Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

sábado, 25 de diciembre de 2010

La Última Temporada


Es triste anunciar que la tercera temporada que acaba de iniciar es la última temporada de la serie. Sin embargo, me es grato anunciar la aparición de 5 nuevos personajes, un nuevo enemigo inimaginable, y muchos giros inesperados en la trama. El final será explosivo y espero de su agrado. Disfruten el 1er capítulo de la última temporada y esperen proximamente el siguiente!

Capítulo 23

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 23 “A Prologue To The End”

Un disparo, una explosión, una muerte…el final es tan simple y sin embargo lleva consigo tanto dolor… ¿Cómo seguir adelante? ¿Cómo sobrevivir a una pérdida…? Ya deberíamos estar acostumbrados…Al final, todo es simplemente una parte más del plan macabro que nos depara la vida misma…

Abrí mis ojos, yacía en un colchón algo viejo, no tenía una almohada, simplemente una cobija de cuadros rojos que me cubría las piernas y un poco más arriba de la cintura. Trate de levantarme pero el dolor aún palpitaba en mis extremidades, decidí seguir acostada otro rato más. Al final, una hora o dos más no harían diferencia alguna, finalmente el pesimismo se había adueñado de mi.

Cada que cerraba mis ojos, las imágenes crueles invadían mi mente. Las peleas, la sangre, los cuerpos sin vida, las noticias arrebatadoras. En verdad no lograba comprender como seguíamos vivos, aquella batalla parecía ser nuestra última, sin embargo, henos aquí, tratando de recuperarnos de las heridas dejadas por la batalla.

Habían pasado 15 días desde esa sangrienta batalla, aquella a la cual logramos sobrevivir. Habíamos perdido a muchos, todos estábamos heridos de gravedad y no teníamos esperanza ni a donde ir. Pero en aquellos momentos quedarnos no era una opción, quedarnos significaría una muerte inminente. Tomamos lo que pudimos y tomamos camino hacia el único destino que se nos había ocurrido, aquel que pensamos antes de que la carnicería comenzara.

Tomamos rumbo hacia Bernal, un pequeño pueblo a una hora aproximadamente de la ciudad de Querétaro. Nuestras esperanzas no estaban precisamente puestas en el pueblo, sino en aquel monolito que yacía a las orillas del lugar. Un lugar bueno para escondernos, eso pensamos. Con el 80% de nosotros heridos de gravedad, un refugio era lo único a lo que podíamos aspirar. Simplemente queríamos ganar tiempo, tiempo para recuperarnos física y mentalmente, tiempo para pensar en un nuevo plan de ataque, tiempo para digerir todo lo que había ocurrido y lo que vendría. Sí, tiempo era lo único que anhelábamos.

Continué viendo el techo por el cual se filtraban pequeñas gotas de agua cayendo constantemente en un pequeño charco. Aquel sonido me relajaba un poco, cerré mis ojos un momento, sin embargo aquel sonido fue sustituido por el de mi puerta abriéndose.

“Iraís? Estás despierta?” oí como la voz de Jess susurraba desde la puerta.
Reuní todas mis fuerzas y me alcé para poder verla mejor. “Qué pasó Jess?” mi voz sonaba algo ronca.
“Quería ver si me podías ayudar con las rondas de la mañana?” me dijo tímidamente.
Solté un leve suspiro. “Está bien” me levante del viejo colchón y la acompañe cerrando la puerta de mi humilde cuarto detrás de mí.

Desde que llegamos aquí, así ha sido todos los días. Ya que Jess y yo hemos sido las primeras en “recuperarnos” de las heridas de batalla, hemos tomado la ardua labor de cuidar a nuestros demás compañeros. Todos en cama, algunos incapaces de levantarse aún, unos por sus heridas, otros por depresión. Lo cierto es que por aquí, la palabra esperanza es solo un sueño del pasado.

Jess y yo caminamos por el frío corredor hasta la primera puerta. Ella la abrió lentamente, no se veía más que oscuridad. Jess entro con cautela.
“Quién anda ahí?” se escucho una voz ronca decir.
“Somos Iraís y Jess” dijo Jess con suavidad, “Cómo amaneciste Harry?”
“Ah…pues aún me duelen mis costillas” dijo con algo de ironía y una pequeña sonrisa en su rostro.
“Y tú brazo?” Jess lo vio con seriedad.
“No he tenido el valor de quitarme las vendas, pero pues…sigue ahí, lo siento” dijo con algo de burla en su voz. Jess lo miraba incapaz de sonreír, ni siquiera falsamente.
“Por cierto…” Harry se tornó algo serio, “Cuándo puedo volver a fumar?”
Jess trato de contener sus emociones, sin embargo no pudo abstenerse y le dio un tremendo sape a Harry.
“Estuviste a punto de morir, aún no sanas por completo, no sabemos qué onda con tú brazo mutante…y lo único que se te ocurre es pedir un estúpido cigarro!?” Jess respiraba rápidamente tratando de recuperar su aliento.
Harry la observó incapaz de decir una sola palabra.
Sentí la tensión entre ambos, sin pensarlo, termine interviniendo.
“Sabes Harry, Jess sólo se preocupa por ti…hubo un momento en el que todos creímos que no volverías a abrir los ojos…” le dije mientras cambiaba unos de sus vendajes.
“Lo sé…” la mirada de Harry se tornó fría. “Sé que es un milagro que siga vivo…”
“Aprovéchalo Harry, mucha gente perdió la vida, pero tú sigues aquí” le dije sin darme cuenta como una pequeña sonrisa se formaba en mi rostro, algo melancólica, pero una sonrisa al fin y al cabo.
Jess se relajo y se volvió a acercar a Harry. “Volvemos al rato con algo de comida, creo que en la tarde intentaremos ponerte de pie” ella le dijo con algo de suavidad en su voz, casi tratando de animarlo.
Harry sólo movió la cabeza. Jess y yo nos retiramos de su cuarto, sus heridas ya estaban casi completamente curadas, pero sé que a todos lo que les preocupa es ese brazo mutante y el virus que recorre el cuerpo de nuestro Harry.

Regresamos al corredor y continuamos al siguiente cuarto. Entramos y el cuarto estaba iluminado por una vela, en la esquina pude observar la figura de alguien con audífonos.
“Aldo…deberías estar en cama descansando” le dije con una voz preocupada.
“Ah…son ustedes” nos dijo con su usual tono de voz.
“Por qué los hombres son tan necios?” dije en voz alta a nadie en particular, escuché a Jess reírse a mi lado.
“Es muy aburrido estar acostado todo el día, incluso para mí” con esfuerzos Aldo se levanto para acercarse a nosotras.
“Tus heridas podrían abrirse…”me acerqué a él para ayudarlo mientras tambaleaba hacia nosotros.
“Sí tan sólo tuviera un videojuego o una lap, tal vez así sí podría estar en cama todo el día” dijo algo pensativo.
“Aldo, sé realista” le dije con un tono algo burlón y serio a la vez.
“Sí…” dijo mientras se desplomaba en el colchón y yo me sentaba a su lado y comenzaba a cambiar sus vendas con ayuda de Jess.
“Por cierto…” Aldo comenzó, “Ustedes que saben sobre lo que está pasando en el exterior? No ha habido noticias de Omar o Tovar?”
Jess contestó. “Asahel y Mile han estado alerta respecto a eso, pero es como si ambos hubieran desaparecido del mapa, no hay señales de ellos ni de Isidro”.
“Creen que se hayan rendido de buscarnos o hayan encontrado algo mejor que hacer?” preguntó Aldo algo inocente.
“Dudo que esa sea la razón…” le dije inconscientemente.
Jess continuó. “A decir verdad, creemos que estén planeando algún tipo de ataque a nosotros…pero no estamos seguros”.
“Vaya, las cosas en verdad están mal…en fin, no hay nada que hacer al respecto” Aldo se recostó y cerró sus ojos.
“Parece que a él no le preocupa en absoluto…” Jess dijo algo desanimada.
“Sí le preocupa, pero no quiere demostrarlo” suspiré y las dos nos retiramos del cuarto.

Continuamos con la habitual ronda, visitamos el cuarto de Josué, después a Vilchis, después a Ramón y por último llegamos al cuarto de Pancho. Jess abrió lentamente la puerta, descubrimos el colchón viejo vacío. La cara de Jess se empalideció y literalmente irrumpimos en el cuarto. Estaba algo oscuro y Jess denotaba preocupación en su rostro. De pronto noté algo y toque levemente su hombro. Ella volteo y soltó un suspiro de tranquilidad.

Pancho estaba sentado contra la pared de piedra observando fijamente aquel dije en forma de cruz. Es cierto, cada que llegábamos a éste cuarto, Pancho se encargaba de recordarme algo que preferiría borrar de mi memoria: Laura estaba muerta. Pude ver también como la mirada de Jess se tornaba una de tristeza al ver como Pancho sostenía aquel artículo que alguna vez le perteneció a nuestra amiga que falleció en batalla.

Estábamos curando a los heridos, haciendo lo posible por mantenerlos vivos. Sólo faltaban en regresar Pancho y Laura, sabíamos de antemano que Raúl había caído presa a manos de Toño, pero teníamos esperanzas de que Laura y Pancho regresaran victoriosos, ninguno de los dos dejaría al otro morir. Acababa de terminar el último vendaje en el cuerpo lastimado de Ramón cuando pude observar a lo lejos una figura acercándose. Pude ver como todos comenzaron a alborotarse, acercándose a la figura que se acercaba.

Poco a poco pudimos distinguir mejor a la persona acercándose, era Pancho, pero venía sólo. Jess se dio cuenta de esto y se acercó corriendo a él. “Dónde está Lau?” le pregunto algo desesperada. La mirada de Pancho estaba vacía, lentamente él alzó su brazo y reveló el dije en forma de cruz. Todos se quedaron en silencio observando dicho objeto. Pancho separó sus labios para hablar. “Ella…Ella está muerta”.

La noticia nos tomó por sorpresa, hubo un momento de silencio que se rompió cuando Pancho se desplomó en el suelo aún sosteniendo la pieza de joyería y la chamarra en su abdomen que comenzaba a tornarse de un color rojo vivo, característico de la sangre fresca.

Después de curarlo, logramos convencerlo de que nos contará lo que había pasado. “Estábamos en una casa, yo estaba herido, ella me encadenó a unas protecciones de una ventana y se fue a enfrentar a Toño sola…escuché una explosión, cuando me logre liberar, salí a buscarla…pero sólo encontré su collar…” Después de ese día, las palabras de Pancho se redujeron simplemente a un sí o no, no volvió a sostener conversaciones con nadie, más que las necesarias por el bien del equipo.

En ese momento vi a Pancho, su estado era deplorable, aquel que alguna vez fue nuestro líder…ya sólo era una sombra de lo que fue. Me acerqué a él para cambiar los vendajes en su herida en el abdomen. Ésta parecía estar ya casi completamente sana, sin embargo, creo que la herida en su alma estaba lejos de estar siquiera cerrada. Jess se acercó a él y trató de quitarle el dije para cambiar la venda en su brazo, él se negó a soltarla.
“Deja de hacerte esto Pancho…” Jess le dijo seriamente.
“No pude salvarla…” Pancho respondió sombríamente.
Pude ver como la expresión de Jess mostraba tristeza y preocupación, de todas las personas heridas, él era de los que más nos preocupaban. Al menos Harry trataba de mantener su ánimo a pesar de su estado, pero Pancho…esa era otra historia.

Terminamos de cambiar sus vendajes y lo dejamos en la misma posición, sin expresión viendo el collar en sus manos. Las dos salimos del cuarto con rostros preocupados y heridas vueltas a abrir. Aquella era una historia triste, de eso no había duda.

Escuchamos unos pasos corriendo por el corredor. Giramos para ver a una mujer acercarse a nosotros.
“Sharon, qué pasa?” preguntó Jess.
“Jess, ya terminaron la ronda matutina?” la chica preguntó.
“Sí, acabamos de terminar…” dijo algo seria Jess.
“Perfecto, Montes quiere verlas abajo…parece que descubrimos algo” Ella dijo cambiando el tono en la última oración.

Bajamos a un pequeño salón con unas sillas de madera en un círculo. Aquellas parecían hechas a mano artesanalmente, seguro las saquearon del pueblo, eso pensé. Jess y yo tomamos asiento junto a Sharon quien parecía algo impaciente. Un hombre alto entro y camino hacia nosotras con un peculiar caminado, sentándose a lado de Sharon.
“Sabes qué planea decirnos Montes?” le preguntó sin mucha preocupación.
“Pues parece que tienen información de algo Zarco, la verdad no estoy segura” ella le dijo.
“Ah…ya veo” Zarco se acomodo en su silla.
Pronto llegaron Mile y Asahel sentándose a mi lado seguidos por Rodrigo de los Cobos quien entró tranquilamente y tomó asiento junto a Zarco.

Pronto vimos a Alcántara entrar empujando la silla de ruedas de Montes.
“Ah…están todos presentes” dijo mientras Alcántara acomodaba la silla de ruedas y tomaba asiento en una silla de alado.
“Qué vas a decirnos Montes?” Rodrigo le dijo desafiantemente.
“Por favor Rodrigo, no seas impaciente” Montes trató de mantener su porte.
“Qué descubrieron?” Jess preguntó.
“Parece que ya no estamos solos…hemos tenido noticias de una persona que ronda estos lugares, aún no sabemos su identidad o lo que planee…pero temo que se relacione con Isidro” Montes dijo con seriedad.
“Quieres decir que Omar o Tovar pueden andar rondando este lugar preparándose para asesinarnos?!” no pude evitar levantarme de mi silla y prácticamente gritar. “Sabes que los demás no están curados por completo…un ataque de magnitud similar a la de San José y…y…”
“Lo sé” fui interrumpida por Montes. “Los avistamientos han sido en el pueblo, dudo que sepan que hay un refugio en lo alto de la peña de Bernal”.
“Aún así, es peligroso…”Asahel levantó su voz.
Montes tomo sus dos manos y las colocó debajo de su barbilla. “Desafortunadamente, en estos momentos…lo único que podemos hacer es esperar”.
“Tan mal están las cosas? Vaya…y yo que creía que el apocalipsis zombie era nuestra mayor preocupación” Zarco dijo sarcásticamente.
“Contraatacar sería una misión suicida” Alcántara alzó su voz “Mientras los demás no estén completamente curados…no podemos pensar siquiera en ataques”.
“Con nosotros sería suficiente” Rodrigo dijo con prepotencia.
“De aquí los únicos que sirven para combate son Jess, Iraís, Sharon, Tú y yo, y en San José eran 13 contra 3 y apenas y lograron salir de esa” Alcántara comenzó a desafiar a Rodrigo de los Cobos “Cómo esperas que sobrevivamos a algo así?”
“Lo único que podemos hacer es mantenernos alertas…de preferencia si salen o demás, anden en grupo y siempre tengan sus radios prendidos, eso es todo” Montes cerró la conversación y Alcántara lo retiro del salón.

Voltee a ver a Jess, su mirada estaba algo pálida por la noticia. Supongo que después de todo lo que paso, el simple hecho de pensar que Omar o Tovar puedan andar tan cerca de nosotros otra vez es escalofriante.
“Jess…estás bien?” le pregunte notando su estado.
Ella me volteo a ver fingiendo una sonrisa. “No pasa nada…vamos a prepararles la comida a los chicos” ella se levanto y me hizo señas de seguirla. Se estaba haciendo la fuerte, lo sé.

Cuando la esperanza muere…qué es lo que queda? Algunos creen que perder la esperanza es como estar muerto en vida, otros creen que la esperanza es la máxima debilidad del hombre…Cuando pierdes a la persona que quieres, tú razón de vivir, tú propio ser…qué sigue? Temó ver más allá de hoy…temó por lo que vendrá…