Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

martes, 12 de octubre de 2010

Capítulo 22

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 22 “The Last Resolution”

Un futuro entintado en rojo…Un pasado oculto en la oscuridad…Cuando llegue el momento de enfrentarte a tú destino… ¿Cuál es tú último deseo? Se dice que los héroes nunca mueren…La vida se mide según tú valentía… ¿Todas son palabras vacías o existe verdad oculta en ellas? ¿Podría existir una fuerza así dentro de mí?

Habíamos logrado llegar a una pequeña plaza en el pueblo donde coloque a Pancho contra un árbol mientras sostenía a Sol en sus brazos mientras continuaba sufriendo por su grave herida. Me asegure que estuviéramos ocultos entre los arbustos que rodeaban el árbol, Toño no podía estar demasiado lejos, miré a Pancho y por un instante sentí el dolor por el que estaba pasando en ese preciso momento.
“Sol…” dijo Pancho en un tono bajo.
Tan sólo lo miraba, no sabía que decirle en esos momentos. Decirle que todo estaría bien sería una mentira y decirle la verdad…eso simplemente era cruel.
La perrita hacia ruidos de desesperación, el dolor era insoportable para ella, Pancho se dio cuenta de esto.
“Pancho…Sol…se está poniendo peor” le dije muy preocupada.
“Lo sé…” Pancho acariciaba la cabeza de Sol, su rostro mostraba una inquietud.
“Qué podemos hacer…Toño no tardará en alcanzarnos y…” fui interrumpida bruscamente por él.
“Laura…por favor cierra tus ojos” me dijo Pancho mientras veía a Sol.
“Por qué?” le pregunte confundida.
“Sólo hazlo…no quiero que veas como…sólo hazlo” me dijo con una voz quebrantada.
Lo obedecí y cubrí mis ojos con mis manos.
“Sol…perdóname…” dijo Pancho completamente destrozado. Se escuchó un tronido y el último llanto de Sol, todo fue sustituido por un silencio infinito.
Abrí los ojos de prisa, vi el cuerpo sin vida de Sol a la orilla del árbol, Pancho sentado tratando de ocultar su rostro. Pude ver como una lágrima recorrió su mejilla. Me acerqué a él, insegura de lo que debería hacer, sin embargo lo abracé. Creí que eso debía servir de algo.

Jess veía seriamente a Omar. Una ligera brisa hacia volar sus cabellos mientras miraba con desprecio al hombre frente a ella. Jamás creyó que llegaría a este punto, nunca pensó que lo terminaría viendo como su enemigo.
“¿Qué pasa Jess? ¿Acaso te estás arrepintiendo?” le dijo Omar tratando de enfurecerla más.
Jess hizo una sonrisa sombría y vio a Omar a los ojos. “Para nada…” y con esas palabras corrió hacia a Omar con su bat en mano.
Omar comenzó esquivando hábilmente los golpes que Jess le lanzaba, estaba haciendo un juego de aquel asunto, sólo esperaba a que se agotara, lo demás sería sencillo.
“Maldito…” Jess se recargo en el bat tratando de recuperar su aliento.
“Te rindes?” Omar la vio mientras ella se volvía a levantar, “Si Harry con su brazo mutante no pudo vencerme…dudo que tú tengas una oportunidad contra mí”.
“Tú nunca me has visto enojada de verdad…” Jess le dijo con una completa seriedad en su voz.
“Aún así…” Omar le planteó su punto de vista. “Sigo dudando que tengas una oportunidad contra mí”.
Jess corrió hacia él esta vez tratando algo diferente, distraerlo con un ataque falso para lograr darle un golpe certero. Su plan fue un éxito pues escuchó como el bat golpeó con fuerza la cabeza de Omar haciéndolo caer por un instante. Tal fue el golpe que el bat de Jess quedó abollado donde golpeó a Omar.
“Maldita sea!” Omar tenía una mano sobre su cabeza donde había recibido el golpe mientras poco a poco se levantaba.
Jess parecía incrédula, lo había golpeado con todas sus fuerzas, y aún así él se levantaba como si tan sólo le hubiera dado un pequeño roce con el bat.
Omar vio su cara llena de incredulidad. “Nunca compares tú fuerza con la mía…admito que para ser mujer…eres muy fuerte, pero eso no es suficiente”.
Jess comenzó a retroceder conforme Omar se le acercaba, había soltado el bat y ahora estaba de pie indefensa contra él.
“No me tengas miedo Jess…” Omar continuaba acercándose a ella.
Jess continúo retrocediendo hasta que topó con un árbol.
“Aquí termina el camino para ti…mi querida Jess” Omar sentía como la distancia entre los dos se acortaba cada vez más.
“Aléjate de mí!” Con esas palabras Jess agarro y pateó a Omar alejándolo un poco para después tratar de golpearlo en la cara. Omar detuvo sus brazos, la tenía a su alcance, en sus manos.
“Ahora sí…dónde nos quedamos?” Omar la veía con un fuego en sus ojos.

Jess no soportaba su mirada mientras sentía como Omar la acercaba a él cada vez más. Ella hizo un último acto de desesperación, le dio un rodillazo en el abdomen logrando que la soltará momentáneamente. Ella cayó al suelo y alcanzó rápidamente su bota de donde saco un cuchillo. Omar volvió a tomar vuelo hacia ella, en ese momento Jess hizo un movimiento rápido encajándole el cuchillo en la pierna. Se escuchó un grito proveniente de Omar, volteó a ver a Jess y la vio en el suelo, con todas sus fuerzas la pateó varias veces hasta que ella perdió el conocimiento por completo.

Harry veía esto mientras seguía en el suelo retorciéndose por el dolor causado por el virus, sin embargo ver aquella escena de Jess siendo golpeada por Omar, aquello fue la gota que derramo el vaso. Los ojos de Harry se pusieron en blanco y el dolor cesó. Él se alzó con lentitud, no decía nada, sólo estaba de pie, viendo en dirección de Omar.
Omar lo vio con desprecio, “Sigues vivo?”
Harry no dijo nada.
“Quién te crees?” Omar se estaba enojando, “Responde cuando te hablo!”
Harry seguía en silencio viéndolo. Omar comenzó a notar el estado físico de Harry.
“No me digas que…” Omar comenzó a reírse. “Así que el virus te transformó finalmente en uno de ellos!” Su risa resonaba entre el silencio de la escena de batalla.
Harry hizo una pequeña mueca antes de lanzarse corriendo desesperadamente contra Omar. Esto tomó por sorpresa a Omar logrando apenas detenerlo antes de que mordiera su cuello con desesperación. Omar lo pateó con odio alejándolo. Harry se alzó, esta vez atacó con su brazo logrando herir a Omar. Omar cayó al suelo mientras Harry desesperadamente lo trataba de descuartizar. Harry había perdido todo el control sobre su mente y acciones, el virus era el que ahora poseía a Harry. Omar estaba perdiendo esa batalla a una velocidad sorprendente, poco le faltaba a Harry para arrancarle los ojos y el corazón a Omar.

Para estos momentos, Jess había recuperado parcialmente su conocimiento, yacía acostada viendo la escena como si todo fuera un mal sueño.
“Harry…” dijo en voz baja mientras veía como su amigo desquitaba la ira en su interior con Omar.
Harry se detuvo en seco, sus ojos volvieron a la normalidad. Estaba sobre Omar, inmóvil mientras su cerebro parecía estar reiniciándose. En ese instante sintió como un golpe de dolor volvió a recorrer su cuerpo. Omar aprovechó este momento para tirar a Harry cambiando lugares con él.
“Esto si no te lo perdonaré…” Omar sostenía con una mano el cuello de la playera de Harry mientras que con la otra apuntaba un arma a su cabeza. Los gritos de dolor de Harry perforaban sus oídos.
Jess había logrado levantarse, trataba de correr pero se caía, ya no tenía fuerzas.
“Harry! Harry!” ella gritaba mientras trataba de acercarse a su amigo mientras se arrastraba por la tierra.
Omar se preparaba para terminar la vida de Harry con un disparo, destruyendo su cerebro, de ese modo no como zombie podría volver a atormentarlo. Omar preparo el arma para disparar.

Omar perdió el equilibrio y fue lanzado al costado de Harry. El alzó la vista para ver a su atacante.
“…Vilchis! Pensé que…” Omar comenzó a tartamudear.
“Que me habías matado?” Vilchis estaba de pie frente a él apuntándolo con un revólver, su cara mostraba odio y desprecio.
Se escucharon los gritos de desesperación de Harry mientras se retorcía del dolor que lo inundaba. Vilchis giró a verlo, su rostro cambiando a uno de preocupación y miedo por su amigo.
Omar sonrió. “Parece que tienes que tomar una decisión…matarme…o ayudar a Harry”
Vilchis dudó por un instante, Omar aprovecho ese momento para levantarse y correr, por el momento considero más sabio retirarse de ahí vivo. Cuando Vilchis notó lo que Omar hacía comenzó a dispararle con el revólver mientras Omar se alejaba. Omar se cayó cuando recibió una bala en el hombro y otra en la pierna donde aún traía la herida dejada por el cuchillo de Jess. Sin embargo, volvió a levantarse y se perdió en el horizonte.

Vilchis lo vio desaparecer y luego giro su atención a Harry, quien tenía a su lado ahora a Jess que a pesar de sus heridas trataba de ayudarlo.
“Harry! Harry! No te mueras!” Jess le gritaba con desesperación mientras los movimientos de Harry cesaban lentamente. Vilchis se hincó a su lado observando el rostro de su moribundo amigo.
“Harry…” Vilchis dijo con voz quebrada.
Harry suspiró. “Perdón…Vilchis…tenías razón…”
“No trates de esforzarte…” Vilchis trataba de tranquilizar a Harry.
“Jess…” Harry volteó a ver a la chica a su lado. “Siempre…Siempre…”
“Harry…por favor…no te mueras…” Jess ahora derramaba lagrimas por su amigo mientras sostenía su mano sana.
Harry forzó una última sonrisa antes de cerrar sus ojos.

Me separé de Pancho cuando escuché los pasos de Toño quien ya estaba en el parque. Teníamos que enfrentarnos a él, teníamos que vencerlo. Sentí como Pancho tomaba mi mano.
“Peleemos contra él…” me dijo con un mirada firme y decidida.
Lo vi, sentí como quería vengar la muerte de sol, moví mi cabeza en símbolo de confirmación. Los dos nos alzamos al unísono, Toño estaba a tan solo 10 metros de nosotros.
“…Los encontré…” dijo con su voz sin emociones.
“Esta vez no te saldrás con la tuya…” Pancho alzo un tubo del suelo.
Yo tomé otro tubo metálico que también estaba ahí, los dos nos colocamos frente a Toño, nuestras miradas serias. Pancho fue el primer en correr hacia Toño.

Pancho golpeó a Toño con el tubo y este se doblo al golpear su brazo, Pancho se sorprendió, pero antes de que Toño pudiera lastimarlo yo me acerqué por su espalda y lo golpeé en la cabeza. Se notaba que su cabeza era lo poco que aún tenía de humano pues al golpearlo se la sostuvo y perdió la concentración un momento. Pancho aprovechó este momento para golpearlo como pudiera, sabía que esa era una oportunidad que no podía desperdiciar. Yo le ayude de igual manera, esperando de algún modo tirar a ese monstruo.

Toño se recuperó y nuestros golpeas no le habían causado daño alguno, Pancho se abalanzó contra él pero Toño le devolvió el golpe dándole un certero puñetazo en el abdomen tirándolo al suelo. Yo me lancé contra Toño tratando de alejarlo de Pancho, evitando que lo rematará sin embargo pudo tirarme al suelo sin mucha dificultad, Sentí la brisa del golpe final que pensaba darme Toño cuando algo lo detuvo repentinamente.

Protegiéndome estaba Pancho, había usado su cuerpo como escudo para protegerme, cayó sobre mí cubierto de sangre. La herida en su abdomen sangraba mucho, noté como su rostro perdía color con rapidez. En ese instante tomé mis pistolas y comencé a dispararle a Toño, lo suficiente para distraerlo mientras tomaba a Pancho y huía, tenía que huir antes de que Pancho muriera.

Tovar y Aldo cruzaron miradas un instante antes de que Aldo se lanzará contra él furioso. Iraís yacía inconsciente por un lado y por otro Ramón aún no volvía en sí. Aldo no pensaba permitirse ser humillado como lo había sido anteriormente por ese sujeto. Aldo golpeaba con todo lo que podía a Tovar. Después se alejaba y le disparaba con un rifle, esto lo hizo varias veces. Cuando por fin se detuvo a tomar aire, para su sorpresa Tovar no mostraba signos de decaimiento.

Con Aldo perturbado por la notoria inmortalidad de Tovar, este aprovecho para darle su propio merecido a Aldo. Tovar lo golpeo varias veces logrando tirarlo al suelo más de una vez, su rostro ya ensangrentado aún se lograba levantar pidiendo más batalla.
“Eres demasiado persistente…” Tovar tuvo que admitir.
“No te daré el gusto de eliminarme…” Aldo dijo esbozando una pequeño sonrisa.
Aldo se levantó y tomó una ametralladora y comenzó a dispararle a Tovar sin compasión alguna. Las balas rebotaban una y otra vez, Aldo creyó en su retorcida mente que alguna de todas esas balas tendría que dar en el blanco por lo menos una vez. Una sola bala que le dé, con eso podría morir feliz.

El humo se disipó, y para la suerte de Aldo, un par de balas habían logrado herir una de las piernas de Tovar y su brazo humano. Aldo pronto sintió recuperar sus fuerzas, tal que se lanzó a golpear a Tovar nuevamente. Sí, Tovar estaba herido pero aún así Aldo comenzó a sentir como el nivel de batalla no disminuía en lo absoluto. Aldo se estaba quedando sin ideas para vencer a ese sujeto.

Aldo recibió una patada y cayó al suelo de espaldas, Tovar se acercó lentamente autoproclamando su victoria.
“Aquí acaba todo para ti…” alzó su brazo listo para darle el tiro de gracia a Aldo.
Aldo se preparó para su fin, cerró sus ojos y pensó en sus últimos arrepentimientos, sin embargo el golpe de Tovar nunca llegó. Él abrió sus ojos, frente a él estaba un Tovar inmovilizado y detrás de él Ramón se alzaba con orgullo mientras detenía a Tovar.
“Ramón! Volviste!” Aldo exclamó.
“Creíste que moriría por unos golpecitos como esos? Vamos…yo en tú lugar pensaría más de mí” Ramón dijo con su usual tono.
“Maldito!” Tovar se retorcía tratando de liberarse del agarre de Ramón.
Aldo se levantó y comenzó a golpear a Tovar con todas sus fuerzas, era hora de la venganza. Tras varios golpes, Tovar ya parecía algo cansado mientras la sangre recorría varias partes de su cuerpo. Aldo ya no tenía fuerzas para seguir golpeándolo.
“Termina con él!” Ramón le exigía mientras sentía como su agarre aflojaba.
“No tengo ningún arma! Como esperas que acabe con él así…” Aldo exclamó irritado.
De la nada se vio como una espada penetró el brazo mutante de Tovar causándole un intenso dolor.
“Por eso no es bueno depender únicamente de armas de fuego…” Ambos hombres voltearon tan solo para encontrar a Iraís de pie, sosteniendo con fuerza la espada contra el brazo de Tovar usando su mano sana, la quebrada yacía colgada a su lado.
“Bien Iraís! Ahora encájasela en el corazón! Terminemos con esto!” Ramón gritaba emocionado.
Iraís retiró la espada preparándose para darle el último golpe a Tovar. Tovar no iba permitirse morir tan fácilmente logró zafarse de Ramón y lanzó un último golpe directo a Iraís. Iraís no se esperaba este giro de eventos. Un momento vio la mano de Tovar acercándose a ella y en otro vio a Aldo frente a ella. Aldo se había lanzado hacia Iraís sacándola de la trayectoria de la mano de Tovar recibiendo completamente el golpe saliendo disparado contra una gran piedra.
“Aldo!” se escuchó el grito ensordecedor de Iraís mientras ella corría hacia el cuerpo inmóvil de Aldo.
“Maldito!” Ramón se preparaba para comenzar a pelear con Tovar nuevamente cuando cayó una especie de bomba de humo. Al disiparse pudieron notar a Tovar y a otro sujeto de pie ya a varios metros sobre ellos en una escalera colgante de un helicóptero.
“No pienso dejarlos acabar con mi experimento…” la voz del sujeto desconocido resonó en los oídos de Iraís y Ramón.
“Isidro…” Ramón pronuncio su nombre algo incrédulo mientras el helicóptero se alejaba.

La batalla contra los zombies no iba nada bien con Josué, Asahel, Mile y Tampa, los zombies no parecían ceder, las bombas de Josué se habían terminado y sus municiones no tardarían en correr el mismo fin.
“Esto no me agrada!” Josué gritaba mientras acababa con unos zombies.
“Nadie dijo que sería sencillo” Tampa también destrozaba cuanto zombie podía.
En ese instante se escuchó el grito de una mujer…Mile.
“Asahel! Ayúdame!” Mile estaba siendo acorralada por varios zombies que se acercaban a ella de prisa.
Asahel no tardó en aparecer a su rescate apuntando a los zombies con el rifle que poseía. Comenzó a dispararles una y otra vez deshaciéndose de algunos zombies. De pronto se empezaron a escuchar sonidos vacíos en su rifle.
“Asahel…qué pasó?” Mile preguntó angustiada.
“Me quedé sin municiones…” La vio de reojo.
Los ojos de Mile comenzaron a llenarse de lagrimas. Asahel la abrazó con fuerza.
“No dejaré que te hagan nada…”
Ambos se prepararon para su cruel final comidos vicos por esos zombies que se acercaban a ellos.

Llego Tampa corriendo disparando como loco a los zombies.
“Mile! Asahel! Corran! Yo me encargo d estos!” dijo con completa confianza.
Asahel no titubeó y jaló a Mile a un lugar seguro.
“Malditos…me encargaré de que no vuelvan a levantarse nunca más…” dijo mientras encendía un cigarro.
Tampa comenzó a destrozarlos pero los zombies eran más de los que él podía enfrentar, pronto comenzó a sentir como pedazos de su piel eran arrancadas por las mordidas de los zombies. De pronto sintió la tierra fría en su espalda y la sangre tibia corriendo por sus extremidades. Su rostro fue cubierto por zombies hambrientos. Su mente se puso en blanco.

Había encontrado una casa abandonada en las orillas del pueblo, entré con Pancho, lo coloqué en una silla mientras trataba de curar sus heridas. Me quité mi chamarra y se la coloqué en su abdomen tratando de detener el sangrado.
“Todo estará bien…te lo prometo” le dije tratando de brindarle algo de tranquilidad.
Pancho no decía nada, estaba tratando de sobrellevar el dolor que lo invadía en ese momento.
“Toño…” finalmente pudo decir Pancho.
“No dejaré que te ponga un dedo encima…confía en mí” le dije tratando de clamarlo.
“Tenemos que acabar con él…” continúo diciendo.
“Pancho…te hirieron gravemente, no puede pelear” le dije la verdad.
“Pero Laura…va a matar a todos…” me dijo algo agotado.
Tenía razón, aunque logrará alejar a Pancho de Toño, él seguramente iría a buscar a los demás. La imagen de todos muertos cruzó por mi mente, aquello fue algo tenebroso.
“Tenemos que hacer algo…” Pancho continuaba insistiendo.
Caminé hacia una de las ventanas de la casa y observé con cautela el exterior, vi como Toño caminaba en la distancia. Regresé con Pancho, el color ya estaba regresando a sus mejillas, parece que había logrado terminar con el sangrado en su abdomen.
“Laura…”Pancho captó mi atención.
“Tienes razón…yo pelearé con él” le dije con seriedad.
Pancho me miró sorprendido. “No te dejaré ir sola…yo iré contigo” me dijo con cierta terquedad.
“Tú ya peleaste lo suficiente, es mi turno de protegeré” le dije viéndolo directo a los ojos.
“No!” Pancho tomó mi mano, “No pienso dejarte enfrentarte a esa cosa tú sola!”
“Pancho…” lo vi sorprendida ante su repentina reacción.

Nuestras miradas se cruzaron por varios minutos. Es cierto, Pancho no me dejaría arriesgar mi vida, pero yo tampoco podía dejarlo salir a una batalla en ese estado físico y mental, eso seguro le costaría la vida. Por una vez no quería ser la que siempre terminaba siendo protegida, no quería que alguien más muriera tratando de salvarme. Eso era lo único que quería…ya no quería ver a nadie más morir…Estoy segura…es mi última resolución.

“Tú ganas Pancho…” le dije mientras fijaba mi mirada en mis botas con manchas de sangre coagulada.
Pancho se sorprendió ante mi reacción. “Juntos lo venceremos…”
“Está bien…pelearemos juntos…” mi voz había bajado de volumen.
Pancho se levantó de la silla y se acerco a mí. “Saldremos vivos de aquí…te lo prometo”
Lo miré y pude ver la determinación en sus ojos, él no dudaría en dar su vida con tal de que yo salga viva de ahí.
“Sí…pero antes de irnos…quiero…hacer algo” continúe viendo mis botas.
Pancho parecía confundido ante mi respuesta, simplemente se quedo observándome, incapaz de entender lo que quería decir con eso.

Alcé mi rostro y me acerqué a él. Antes de que pudiera reaccionar mi rostro ya estaba contra el suyo, sentí el calor de sus labios, lo abracé con fuerza. Aquel momento parecía irreal, sabía que era algo que quería hacer desde hace mucho. Separé uno de mis brazos y tomé algo de mi cinturón. En un suave movimiento se escuchó un clic y me aparte de prisa de él.

Pancho aún parecía incrédulo de lo que acababa de ocurrir, me vio alejarme de él y trato de alcanzarme, aunque para su sorpresa, no podía. Movió su brazo y notó como unas esposas lo ataban a una barra de metal en la ventana detrás de él. Su mirada volvió a fijarse en mí, ahora su rostro mostraba desesperación.
“Laura…” no podía digerir lo que acaba de ocurrir.
“Perdóname Pancho…” le dije con toda sinceridad antes de darme la media vuelta y salir de la casa dejando a Pancho atrás.

Salí de la casa con mis pistolas en mano, aún tenía 2 cartucho más de reserva, pero antes que nada tenía que alejarme de la casa donde deje a Pancho, de lo contrario mis intentos de alejarlo de la pelea habrían sido en vano. Pude ver a Toño en la distancia y él también me vio acercándome.
“Tú vas a pelear?” Su voz sin emociones resonó en mi cabeza.
Tome aire. “Yo me encargaré de mandarte al otro mundo” alcé mis pistolas y comencé a pelear contra él.

Las balas no parecían causarle algún daño. Me estaba desesperando mientras corría alrededor de él disparando esperando encontrar su punto débil. Pronto, antes de que encontrará su debilidad, él encontró la mía y me logró meter una patada lanzándome al suelo. La tierra se levantó y sentí como el suelo raspaba mis hombros. Aún en el suelo continúe disparando, Toño se acercaba a mí. Disparé hasta que empecé a escuchar clics vacíos. En ese instante le lancé mis pistolas y me levanté de prisa corriendo hacía otro lugar.

Toño me seguía de cerca, tan sólo estaba tratando de ganar tiempo, la situación se estaba tornando algo desesperada. Ya no tenía armas, sólo me quedaba intentar pelear con él, pero si Pancho no logró ni lastimarlo un poco, qué esperanza había para mí?

Me detuve y giré para ver a Toño de frente, habíamos llegado a las orillas del pueblo dónde había un gran precipicio.
“Te rindes?” me preguntó Toño.
No le respondí, solo corrí hacia él tratando de dejar que mi furia logrará que alguno de mis golpes lo lastimará o siquiera ganará más tiempo. Todos mis golpes daban en el blanco pero ninguno movía un solo centímetro a Toño, era como pelear contra un árbol enorme. Sentí como sus brazos me tomaron de los hombros y me azotaron contra un árbol cercano, de ahí pasé al suelo y nuevamente contra otro árbol.

De pronto sentí como Toño me había soltado y caí al suelo. Mi cuerpo entero me dolía, no tenía oportunidad contra Toño. Mi mano comenzó a buscar en mi cinturón algo que pudiera sacarme de este apuro, fue entonces que la sentí, la bomba que me había dado Josué. Mis ojos se abrieron llenos de sorpresa cuando un plan comenzó a formarse en mi mente. Me alcé con cuidado, Toño me observaba con cautela.
“Te rindes?” me volvió a preguntar.
“No…” le dije con el poco aliento que me quedaba. “Esto aún no termina…” una sonrisa se formó en mi rostro sucio y ensangrentado.

Toño parecía algo irritado respecto a esto. Sin pensarlo corrí con todas mis fuerzas hacia Toño y lo empujé con todas mis fuerzas con ambas manos, en una de ellas pitaba la bomba. Ambos salimos volando por el precipicio, en medio de aquel silencio escuchaba tan sólo el pitido de la bomba acercándose más y más al conteo final. En eso escuché el último pitido, cerré mis ojos.

La bomba explotó con tan fuerza que los árboles fueron movidos por la onda de aire expulsada por la bomba. En la casa abandonada, Pancho estaba recargado contra la pared tratando de zafarse cuando escuchó la gran explosión. Su mirada se tornó algo desesperada y finalmente pudo zafarse de las esposas y corrió con todas sus fuerzas lejos de la casa en busca de Laura al ver el humo levantado por la gran explosión. Llegó hasta la zona donde había peleado Laura con Toño, buscó y buscó y lo único que encontró fue el collar en forma de cruz de Laura.
“No…” Pancho se hincó en el suelo tratando de ocultar la tristeza que lo inundaba en esos momentos.

Son momentos como esto aquellos que definen cómo viviste tú vida…si terminas como héroe o como una simple persona más. Son momentos como estos los que definen la persona que eres, y los arrepentimientos que puedas tener. No estoy segura cómo definir este sentimiento, la paz, la tranquilidad…el valor y la fuerza…Tampoco sé la diferencia ser héroe y leyenda…los héroes nunca mueren…será cierto?

Los que habían sobrevivido se había reunido donde estaban las camionetas, Asahel y Mile seguían impactados por la muerte de Tampa, Josué parecía también embargado por esa tristeza. Jess cuidaba de Harry quien ahora estaba dormido, había escapado por un pelo la muerte, pero su estado era aún desconocido, sólo sabían que seguía vivo. Vilchis sintió un gran alivio. Ramón curaba sus heridas mientras Iraís curaba las de Aldo que a pesar de los huesos rotos pronto terminarán de curar a los lastimados irían en busca de ellos. Fue en eso que vieron a Pancho caminando con lentitud hacia ellos. Finalmente llego, aún cargando la chamarra de Laura contra su abdomen.
Jess fue la que se ánimo a preguntar. “Pancho…y Lau?” su voz denotaba preocupación.
Pancho alzó su mano revelando el collar que ella portaba. “Murió…”

Continuará…

lunes, 11 de octubre de 2010

Capítulo 21

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 21 “Deep Inside The Shadows”

Un simple error podría significar el final de nuestra existencia…En momentos tan decisivos como estos, donde nuestras vidas cuelgan de un hilo, existirán los arrepentimientos? O simplemente nos permitimos vivir o morir sin pensar en las consecuencias? Es tan complejo como estar atrapado en una red de sombras…

Frente a nosotros estaba Tovar observándonos con una mueca victoriosa mientras sostenía en alto su brazo mutante. Noté como Iraís y Aldo se sentían algo inseguros de la batalla, era comprensible. Iraís sostenía en alto su escopeta, Aldo su sierra y yo en una mano mi revólver magnum y en la otra una ametralladora. Hubo un momento de silencio mientras los tres observábamos con cautela a Tovar. Esto apenas comenzaba.

Fui el primero en atacar, corrí contra Tovar sin pensar en las consecuencias, comencé a disparar mi revólver contra él pero Tovar alzó su brazo y golpeó las balas como si fueran simples moscas, ante mi sorpresa el tomó mi mano y me arrebato mi arma lastimándome y destruyendo con sus manos mi arma. Trate de disparar las ametralladora pero Tovar fue más rápido y me la arrebató de igual modo. Simplemente sentí como mi cabeza estaba contra el suelo, sentía la tierra en mi rostro y la mano de Tovar presionando contra mi cabeza.
“Mi brazo es mucho más fuerte que el de Harry…” dijo con gran orgullo Tovar.
Me reí. “No me subestimes…” le dije con una sonrisa, con esas palabras use todas mis fuerzas para liberarme de su agarre. Sostenía su brazo con mi mano, el sudor caía por mi frente, sin embargo él parecía tranquilo y sereno disfrutando de su obvia superioridad.
“Eso es todo lo que tienes?” dijo con algo de burla.
No le respondí, seguí luchando contra su brazo. Escuché su risa y una tremenda fuerza me lanzó al aire y caí sobre mi espalda con su brazo demoníaco aferrado a mi cuello.
“Hasta aquí llegaste Ramón…” me dijo mientras apretaba con más fuerza mi cuello.
En ese momento era incapaz de decir cualquier cosa, sólo podía observarlo. Me sorprendí cuando vi a Iraís detrás de él sosteniendo en alto su escopeta con la cual lo golpeó en la cabeza como una especie de acto de desesperación. Tovar me soltó y yo me alejé de él mientras él luchaba por recuperar su compostura debido al golpe. Iraís me ayudó a levantarme.
“Gracias Iraís…” le dije con una voz algo agitada.
“Descuida, para eso estamos no? Para ayudarnos” me dijo con una pequeña sonrisa.
“Una pregunta…” le dije tosiendo un poco. “Si traías una escopeta…por qué no le disparaste en la cabeza?” le pregunté tratando de no sonar muy violento.
“Crees que no lo intente?” me preguntó algo molesta. “Me quedé sin balas…fue lo único que se me ocurrió en ese momento...” me dijo relajándose un poco.
“Ah…ahora entiendo…” dije algo pensativo.
“Odio interrumpirlos…” Aldo hizo acto de aparición, “Pero Tovar ya viene por nosotros”.
Tovar se acercaba a nosotros con furia. Iraís se puso de pie junto a Aldo, yo me levanté y los acompañé. Aldo dio el primer paso ahora con su moto sierra rugiendo frente a él. Tovar logró esquivar la cuchilla de la moto sierra escapando solo con parte de su camisa destrozada. Aldo trató de volverá golpearlo pero la moto sierra se apagó repentinamente. Su cara mostraba una desesperación incomparable.
“No! De todos los momentos críticos…por qué ahora!?” gritó con desesperación.
“Se te acabo la gasolina?” Tovar le dijo en forma de burla.
“Demonios…” Aldo alzó la mirada y le lanzo la moto sierra a la cara, Tovar la detuvo con facilidad y en su lugar golpeó a Aldo en la cara lanzándolo al suelo noqueado.
“Aldo!” Iraís corrió hacia él para ayudarlo pero Tovar la detuvo antes de que llegará, la tomó del brazo y la jaló hacia atrás para darle una patada justo en el abdomen tirándola al suelo también.
“No puede ser…” me dije a mi mismo mientras Tovar se acercaba a mi otra vez.
“No me digas que ya no puedes más?” Tovar se burlaba tratando de hacerme perder el control.
“Te equivocas…es mi turno de demostrarte de lo que soy capaz” Sonreí y corrí hacia él.

Nuestros puños chocaron, ambos fuimos lanzados a metros de distancia por el choque, pero pronto acortamos la distancia nuevamente. Le daba cuantos golpes podía, logré insertarle uno justo en la mandíbula pero él no perdía el conocimiento, al contrario, logró golpearme en mi abdomen varias veces. Su fuerza en ese brazo era sorprendente, sin embargo su otro brazo era el de una persona común, tenía que usar eso a mi favor. Estuvimos intensos en la pelea que se había tornado del tipo callejera.

Logré detener su brazo humano y con una patada lo alejé, aproveche ese instante y le di un golpe directo a la cabeza pero logró ver mis intenciones y lo detuvo con su brazo. Traté de zafarme y recuperar mi distancia pero era muy tarde, pronto sentí como mis pies se alejaban del suelo, Tovar tomó vuelo y me chocó contra una enorme piedra. Escuché como mis huesos tronaban, no tenía la menor idea de cuántos huesos se me había roto en ese preciso instante. Sentí algo de sangre correr la orilla de mis labios, poco a poco perdía el conocimiento.

Tovar se alejó satisfecho, pero alguien lo esperaba, detrás de él estaban Iraís y Aldo, el segundo aún caminaba con dificultad debido al último encuentro.
“Se nota que no aprenden la lección…” Tovar los miraba con un rostro más serio.
“Aldo…ve a ayudar a Ramón” Iraís le ordenó.
“Pero Iraís…necesitarás de mi ayuda…” Aldo trataba de convencerla de lo contrario.
“Hazlo…yo me encargaré de él” su voz denotaba un tono completamente distinto al usual.
Aldo parecía incrédulo pero siguió las indicaciones de su compañera de cabellos rizados.
Tovar soltó una carcajada. “Tú piensas pelear contra mí?”.
Iraís sacó una funda de espada que traía colgada en su cinturón y la colocó frente a ella horizontalmente. “Te equivocas…no pienso…voy a pelear contra ti”. Con esas palabras desenvainó una espada tipo katana.
Tovar se sorprendió por un momento. “Esto será interesante…”

Cerca de las camionetas, Asahel, Josué y Mile defendían de los zombies que se acercaban a ellos con sus armas de fuego mientras que Tampa desde lo alto de la Lobo disparaba su sniper.
“Se me acabaron las balas” Tampa bajó del techo de la camioneta.
“Pues haz algo! Estas cosas feas nos rodean!” Mile le ordenaba algo desesperada.
“Tranquila…yo te protegeré” Asahel le dijo mientras disparaba su rifle.
“Creo que necesito sacar el armamento pesado…” dijo Josué mientras fumaba un cigarro y le dispara a los zombies.
“A qué te refieres?” Asahel preguntó curioso.
“Mis armas secretas” Josué le enseño con una amplia sonrisa una caja metálica llena de bombas.
“Qué son esas cosas?” Asahel estaba confundido.
“Son bombas de ácido…yo mismo las fabriqué” dijo Josué con orgullo.
“Veamos…” Tampa se acercó tomó una y se la lanzo a unos zombies, la explosión hizo que los zombies ahí se redujeran a montones pequeños de materia orgánica quemada.
“Les dije…muy efectivas” Josué comenzó a lanzar bombas a los zombies.

Vilchis trataba de pelear contra Omar, pero Omar lo superaba tanto en fuerza como velocidad. Vilchis perdía su energía y Omar se había dado cuenta.
“Demasiado para ti?” le dijo en burla.
Vilchis trataba de recuperar su aliento. “Eres un maldito…demente…”
“En verdad no puedo creer que hayas caído tan bajo…te doy una última oportunidad de arrepentirte” Omar lo miraba con condescendencia.
“Nunca…prefiero estar muerto que volver a ser tu secuaz” Vilchis dijo con desprecio.
“Como tú quieras…” con esas palabras Omar pateó a Vilchis con tal fuerza que lo elevó del suelo y cayó sobre los huesos de un animal muerto.

Harry acababa de recuperar su conocimiento, sólo para ver como Vilchis era lanzado con tal fuerza que sería un milagro si se levantará aún después de eso. Harry se levantó, aún digiriendo los últimos eventos ocurridos en su mente.
“Vienes por la segunda ronda?” pregunto Omar algo prepotente.
“Como te atreves a hacerle eso a mi amigo…” Harry sentía la furia correr por sus venas, estaba sin armas, lo único a su alcance era su brazo, el cual había jurado no usarlo otra vez en batalla.
“Qué piensas hacer?” Omar molestaba a Harry.
Harry se empezó a quitar las vendas de su brazo, revelando tal y como era desde el incidente en la bodega. Su brazo seguía igual de diabólico, sin cambios desde la última batalla.
Omar sonrió. “Tomaré eso como un sí”.

Harry tomó vuelo para alcanzar a Omar quien sólo lo observaba de pie con una amplia sonrisa. Harry trató de golpearlo con su brazo pero Omar logró esquivarlo con facilidad dándole un golpe en la espalda, el cual hizo que perdiera su equilibrio y cayera de cara al suelo.
“Me decepcionas Harry…teniendo esa majestuosa obra de la evolución…y sólo sabes golpear?” Omar comenzó a reírse.
“Te equivocas…no pienso perderme ante la lujuria del poder como tú” Harry se alzaba con dificultad.
“La diferencia entre los dos es tan obvia…tú eres débil y yo fuerte, para empezar” Omar notaba como sus comentarios comenzaban a afectar a Harry.
“Basta! Estoy harto de ti!” Harry volvió a correr hacia él, esta vez logrando rasgar su brazo.
“Como te atreves!?” Omar parecía incrédulo al hecho de que Harry lo había lastimado.
“Eso te pasa por subestimarme…” Harry le dijo mientras había un cierto brillo en sus ojos.
Omar estaba enojado y ahora él se lanzó contra Harry. Ambos luchaban arduamente, esquivando golpea, recibiendo otros, la batalla parecía algo pareja. En ese preciso instante Omar sonrió y sus ojos brillaron de un rojo intenso, con ambos brazos tomó a Harry y lo azotó contra el suelo, una y otra vez. Harry no tenía ni idea de lo que estaba pasando en ese instante. Omar continuaba golpeándolo sin compasión alguna. La nariz de Harry sangraba, uno de sus ojos estaba hinchado, sus lentes rotos a metros de él. Aún así continuaba respirando y consciente. Omar, finalmente satisfecho al ver a Harry tirado y herido, se levantó, autoproclamando la victoria.
“En verdad eres lo que siempre supe que eras…no eres lo suficientemente fuerte para este nuevo mundo” Omar dio media vuelta y se comenzó a alejar de él.

Las palabras de Omar resonaban en la cabeza de Harry una y otra vez. Aquellas palabras perforaban su cerebro, poco a poco Harry sentía como perdía el control, sentía como el virus que corría por sus venas se apoderaba de él. Sus ojos se pusieron en blanco y comenzó a gritar, tan sólo dolor y desesperación. Omar volteó algo sorprendido. Jess abrió sus ojos al escuchar el grito de su amigo. Harry comenzó a retorcerse arqueando su espalda y sosteniendo su brazo mientras trataba de sobrellevar el intenso dolor que lo acechaba.
“Así que el rumor era cierto…” Omar sonrió. “Tú brazo tiene una gran debilidad…se está apoderando de ti el virus”.
Jess se levantó y corrió desesperada hacia Harry.
“Harry! Harry! Reacciona!” Jess le gritaba pero Harry continuaba convulsionando sin control.
“Es inútil…se convertirá en un zombie…o la mutación lo matará” Omar le decía viéndola a metros de ella.
Jess se levantó enojada. “Todo es tú culpa!” le reclamó.
“Y qué piensas hacer al respecto?” Omar le dijo tentándola con la venganza.
“No me retes…” Jess mostraba una cara firme y seria mientras sostenía con fuerza su bat.
“No quiero lastimarte…sabes que eres alguien muy importante para mí” Omar le dijo con sinceridad.
Jess y Omar se veían con seriedad, su batalla estaba a punto de comenzar.

Iraís se lanzó contra Tovi con su espada, Tovi creyó que aquello sería inútil y logró esquivarla sin embargo ella logró revirar la espada lo suficiente para encajársela en su brazo mutante.

Tovi gritó de dolor. Iraís sacó la espada del brazo de Tovi y se preparo para encajársela en el corazón cuando Tovi detuvo la espada con su brazo. La sangre comenzó a recorrer el brazo de Tovar pero no se soltaba. Iraís lucía desesperada al no poder recuperar el control de su arma.

Iraís comenzó a lanzarle patadas en espera de recuperar su libertad de movimiento. Tovar aún sostenía firmemente la espada sin importar el daño que se estuviera infringiendo el mismo. Iraís tampoco pensaba soltar la espada, sabía que Tovar aprovecharía para terminar con ella en ese instante. Aquella lucha por el poder perduró varios minutos. Finalmente Iraís se arriesgo liberando una mano para alcanzar su ballesta que colgaba en su espalda. Disparó sin pensar en el blanco dándole a Tovar en su hombro haciéndolo soltar la espada.

Iraís se alejo rápidamente pero Tovar comenzó a perseguirla. Iraís corrió y corrió pero tropezó con una piedra y cayo con fuerza. Tovar finalmente la alcanzó.
“No podrás huir de mí…” Tovar dijo mientras se acercaba a ella.
Iraís se levantó lentamente. “Quién dijo que estaba huyendo de ti?”
Tovar se sorprendió ante su repentina respuesta. Ella aprovechó este momento para volver a atacarlo, tenía que penetrar sus defensas para lograr terminar con él de una vez por todas.

Iraís lo atacaba con la espada pero Tovar golpeaba la espada con su brazo cada que ella intentaba lastimarlo. En un golpe logró lanzarla contra un árbol desértico. Aún así, Iraís se levantaba y volvía a intentar encajarle la espada. Nuevamente Tovar tomó la espada, desesperándose de la batalla, Iraís lo pateó con fuerza y ambos cayeron al suelo, Tovar sostuvo con fuerza la mano de Iraís que pretendía alcanzar la ballesta. Se escuchó un fuerte crujido y las lágrimas comenzaron a brotar desesperadamente de los ojos de Iraís. Ella sintió como cada hueso de su mano se había quebrado. Tovar aprovechó el momento y con la mano que sostenía la espada, lanzó a Iraís por los aires hacia un cactus enorme.

Iraís sentía el final acercándose, incapaz de moverse, siendo llevada por la inercia a su fin. Sintió como un par de manos la sostenían con fuerza mientras su trayectoria era interrumpida por alguien. Ambos rodaron por el suelo levantando la tierra formando una nube de esta. Iraís se retorcía de dolor mientras trataba de abrir sus ojos e identificar a la persona que la observaba.
“Estás bien? Perdón por tardarme tanto…no sé porque te alejaste tanto de nosotros…” la voz le preguntaba con mucha preocupación.
“…Aldo?” La voz de Iraís dijo antes de perder el conocimiento.
“Iraís!” La voz de Aldo se intensificó.
“Parece que llego el relevo…” Tovar los observaba mientras la nube de tierra comenzaba a disiparse.

Laura corrió hacia el cuerpo sin vida de Raúl seguida de cerca por Pancho. Ambos acababan de levantarse y de recuperar el conocimiento, solo para encontrar que Raúl había sido brutalmente asesinado
“Raúl! Raúl!” Laura lo movía incapaz de creer que yacía muerto frente a ellos.
“Laura…” Pancho sostuvo sus hombros obligándola a detenerse. “Esta muerto…le arrancaron el corazón”
Laura parecía perturbada, Pancho notó rápidamente como esto le estaba afectando. También escuchó como Toño se acercaba a ellos. Laura estaba incapacitada para pelear en esos momentos, Pancho sabía que tenía que protegerla, en su estado, ella caería presa fácil de Toño.
“Laura…quédate aquí” Pancho le dijo mientras se levantaba con cautela sosteniendo su hacha. Laura simplemente se quedó ahí, incapaz de reaccionar. Ella no se había sentido de ese modo desde esa vez que tuvo que quitarle la vida a Julio con sus propias manos, lo único que ella no podía superar era ver morir cruelmente a sus amigos.
“Tú eres Toño verdad…” Pancho veía de frente a Toño.
Toño no le respondió, esto comenzó a enfurecer a Pancho.
“Tú eres el que le hizo eso a Raúl!?” Pancho intensificó el tono de su voz.
Una peculiar sonrisa comenzó a formarse en los labios de Toño. Pancho tomó eso como una aceptación de su crimen, el agarro con más fuerza su hacha. Pancho lanzó el hacha hacia Toño, él la detuvo con una patada, el hacha cayó a un metro de él.
“…Me encargaré de ti también…” dijo Toño con una voz sin emociones.
Pancho volvió a tomar su hacha y prosiguió a atacar a Toño, sin embargo el peso del hacha hacia a Pancho más lento y Toño se aprovechaba de esto. El hacha lo golpeó varias veces, pero sólo lograba hacer pequeño daño superficial, para una persona mejorada tecnológicamente como Toño, eso era muy sencillo de sobrellevar.

Pancho peleaba ferozmente contra Toño tratando de herirlo una y otra vez, pero por cada rasguño que él lograba darle a Toño, Toño le hacia una herida profunda. La rodilla de Pancho se debilitó y lanzó un último golpe con el hacha antes de caer al suelo. Toño detuvo el hacha y de un golpe hizo inutilizable aquella arma. Pancho cayó al suelo de espaldas sorprendido ante la fuerza de aquel sujeto. No podía levantarse en ese instante, su pierna estaba acalambrada y Toño se acercaba hacia él, tampoco había respuesta alguna de Laura aún. Pancho comenzó a preocuparse, cerro sus ojos listo para recibir el golpe final de Toño y tener un final sangriento similar al de Raúl.

Se escucharon unos ladridos acercándose de prisa. Cuando Pancho abrió sus ojos pudo ver a Sol quien le ladraba con odio a Toño mientras pretendía defender a su amo.
“Sol!” Pancho exclamó muy sorprendido.
Toño se preparó para atacar a Pancho pero Sol se interpuso y se lanzó a la cabeza de Pancho. La perrita mordía y rasguñaba a Toño y Pancho sólo podía observar como su querida Sol lo defendía. Toño se desesperó y lanzó a la perrita con fuerza al suelo encajándole su brazo metálico en el abdomen de la perrita.
Pancho gritó lleno de desesperación. “Sol!!!” él trató de arrastrarse a ella, tratando de protegerla de aquel ser inhumano. Pancho tomó a Sol y la abrazó con fuerza.

Se escucharon unos disparos, Toño se distrajo. Alguien llegó y alzó a Pancho quien aún sostenía con fuerza a su perrita que se desangraba rápidamente.
Pancho abrió sus ojos. “Laura?” Vio a la chica que lo ayudaba a huir de prisa.
“Perdón por tardarme tanto…estás bien?” ella le preguntó preocupada.
“No te preocupes por mi…pero Sol…” Pancho le dijo con una voz llena de tristeza.
Laura vio como cargaba a la perrita en sus brazos. “Pancho…” Laura lo vio fijamente, “Tenemos que alejarnos de ese monstruo”.
Ambos comenzaron a adentrarse al pequeño pueblo de San José.

Esta oscuridad que nos rodea, en verdad es el fin que se avecina? Demonios…la impotencia rodea mi vida en estos momentos, desearía tener la fuerza necesaria, miento, la fuerza la tengo, desearía tener lo necesario para derrotar la oscuridad de este mundo…Pero poco a poco nos estamos dejando consumir por este mundo que está en tinieblas…

Continuará…

lunes, 4 de octubre de 2010

Capítulo 20

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 20 “Fighting Hell on Earth”


Justo cuando crees que el mundo no puede empeorar…justo cuando crees que los problemas se solucionarán al fin…siempre ocurre algo que vuelve a darle un giro a tú vida. A veces positivo, generalmente negativo…sin embargo siempre sobrevivo…será suerte o quizá mi fin pueda estar más cerca de lo que creo…

Estaba fumando sentado en una roca a un lado de un cactus. Mi mente seguía procesando las palabras que tuve con Vilchis en la tarde. Realmente comencé a sentir una cierta preocupación, no sólo por mi salud pero también por la seguridad de los demás. El simple hecho de que en mi sangre corría la amenaza latente, la posible destrucción de todos mis amigos, todo aquello me impedía pensar claramente. La ironía caería en el hecho de que mis amigos murieran por mi propia mano, aquellos a quien arduamente traté de proteger, asesinados por mí. Quizá lo mejor sería omitir esa clase de pensamientos, seguro sería mejor.

Escuché unos pasos acercándose, giré y me encontré a Laura de pie observándome.
“Qué pasa?” le pregunté algo consternado debido a la hora.
“No puedo dormir…” me dijo con sencillez mientras se sentaba a lado de mi.
“Es de madrugada…deberías intentar dormir, recuerda que tenemos un largo viaje por delante” le dije mientras seguía disfrutando mi cigarro.
“Lo mismo podría decirte a ti” me respondió mirándome seriamente.
“Qué tienes? Te notó rara, bueno más rara que de costumbre” le dije con una pequeña sonrisa.
“Son tonterías…bueno, a decir verdad tengo un mal presentimiento…no estoy segura” sus palabras carecían de congruencia.
“Hemos pasado por cosas peores…qué podría preocuparte tanto?” le pregunté tratando de indagar más en sus problemas para evitar enfrentar los míos.
“Ya te dije que son tonterías mías…” ella suspiro.
“Estás actuando algo paranoica” le dije directamente.
“Y tú? “ me pregunto.
“Yo estoy perfectamente bien” ni siquiera yo me creería esa mentira.
“No es cierto, te conozco…algo más te preocupa” ella me dijo viendo a través de mi mentira.
“No es algo importante…” dije mirando mi brazo fijamente.
“Sabes Harry…” ella empezó a hablar, “Todos tenemos algo que nos preocupa en estos momentos, ya sea preocupaciones por el futuro, pasados crueles o miedos…”
La miré seriamente. “Y qué con eso?”
“Sólo quiero que sepas que no estás solo, cuentas conmigo” me brindó una cálida sonrisa.
Una sonrisa se formó en mi rostro. “Gracias…”
Admito que sus palabras quizá no resolverían mis problemas, pero en esos momentos, saber que cuentas con tus amigos, eso en verdad me alivió. No sé que nos deparará al salir el sol, no sé a dónde viajaremos ahora o qué buscaremos conseguir con ello. No puedo dejar que un simple miedo me detenga, voy a proteger a todos los que están aquí hasta dar mi último suspiró…y si llegará a perder el control…yo mismo terminaré con mi vida.

Finalmente el sol salió, el día era algo gris, una tormenta se avecinaba. Estaba sentado en la caja de la silverado viendo como todos se apuraban a levantar el campamento y montar las camionetas. La perrita de Pancho corría por doquier dando círculos alrededor de Pancho y los demás mientras terminaban de subir las últimas cajas a las camionetas. Pronto ya estábamos listos para partir, antes de tomar nuestro camino nos reunimos en medio de donde las tres camionetas estaban estacionadas. Pancho inicio la conversación.

“Parece que estamos listos para partir…pero a dónde iremos?” pregunto viendo a todos los demás.
“Podríamos regresar a Querétaro en busca de nuestras familias” Mile sugirió repentinamente.
“Las ciudades grandes están fuera de cuestión, ir a ellas sería suicidio en estos momentos…” Pancho ignoró la petición de Mile.
“Acaso sugieren que nos movamos al norte o a otra parte del país?” Iraís alzó su voz.
“No sería riesgoso ir a lugares que no conocemos? No sabemos qué nos podría esperar ahí…” Asahel dijo algo temeroso.
“Pero tampoco podemos quedarnos aquí, cuando menos lo esperemos estaremos rodeados de muertos vivientes” Laura agregó a la discusión.
“Podríamos intentar movernos entre pueblos pequeños…” Jess dijo de la nada. “Podríamos recolectar víveres y quizá hallemos más sobrevivientes”.
“Es cierto, podríamos empezar con Bernal y de ahí seguir moviéndonos, mientras más seamos más sencillo será enfrentarnos a los hediondos!” Ramón dijo algo esperanzado.
Todos lo miramos fijamente. Su idea no era tan alocada como creía. Pancho parecía convencido por la propuesta de Ramón. Lo cierto era que mientras más fuéramos, mayores probabilidades tendríamos de vencer esta epidemia, de recuperar el mundo que nos fue arrebatado.
“Entonces…iremos a Bernal” dijo finalmente Pancho.
Noté que las esperanzas de todos yacían algo altas mientras todos se subían a las camionetas alegremente listos para cambiar al mundo, literalmente.

Se escuchó la voz de Pancho por la radio.
“Entonces, prepárense para partir” dijo con su característica voz.
“Está bien, nosotros los seguimos” dijo Vilchis por la radio.
“Muy bien, yo me encargo de cuidar la retaguardia” dijo un Ramón muy animado por la radio.
“Bien, el plan se mantiene tal cual…” la voz de Aldo se escuchó por la radio también.
Pancho sonrió mientras encendía el motor, a los pocos segundos se escuchó como los motores de las otras dos camionetas y la moto rugían.
“Bien síganme…” Pancho dijo finalmente.
“Esperen!” la voz de Laura retumbó en la cabina.
“Qué pasa?” le pregunté algo sorprendido por su reacción.
“Miren…eso no es normal verdad?” dijo mientras señalaba al frente, su rostro mostraba una extraña combinación entre miedo y desesperación.
Jess, Pancho y yo volteamos al unísono hacia la dirección señalada por su mano tan solo para terminar con reacciones similares a la de ella.
“Oigan…tenemos un problema…” Pancho avisó por la radio mientras apagaba el motor de la camioneta.

Frente a nosotros estaba una gigantesca horda de zombies que caminaba lentamente hacia nosotros. Eran imposibles de contar pero avanzaban hacia nosotros, seguramente el ruido de los motores los atrajo. Todos nos bajamos de las camionetas y observamos la situación algo perturbados.
“Ahora qué?” preguntó Mile algo asustada.
“Peleamos” Ramón nos dijo girando con una amplia sonrisa en mi rostro.
Vilchis rápidamente abrió la caja de la Lobo revelando una amplia gama de armas de fuego.
“Creo que ya es hora de subir de nivel su armamento no creen?” dijo con una sonrisa en su rostro.
“Eso de dónde lo sacaste?” pregunto Aldo confundido.
“Verás, aparte de la Lobo, también me traje todo el armamento que teníamos escondido” dijo algo orgulloso de si mismo.
“Bromeas? Estás son armas de verdad!” dijo Ramón emocionado mientras tomaba todas las armas que pudiera cargar.
Los demás continuaron tomando armas para protegerse contra la batalla que se avecinaba.
“Cuál es el plan?” pregunte rápidamente.
Pancho pensó por un momento y observó a todos. “Tampa, Mile, Asahel y Josué protegerán las camionetas y los víveres, los demás iremos al frente de la batalla” dijo con completa seriedad.
“Espera! Yo quiero ayudarles también!” dijo Josué algo indignado.
“No trates de hacerte el fuerte! Aún no sanas por completo!” Iraís lo regaño.
“Necesito que se queden aquí…por favor” Pancho trató de hacerlo entender.
“No te preocupes, yo me encargo de cuidarlos” dijo Tampa algo heroico.
“Bien, esto es solo un pequeño retraso…pero todo estará bien” dijo Jess forzando una sonrisa tratando de animar a todos.
Todos igualmente forzaron una sonrisa, prometiéndose regresar todos vivos listos para continuar con el viaje para buscar sobrevivientes. Con armas en manos caminamos hacia la monstruosa ola de zombies que se acercaba a nosotros. Hubo una pausa, un momento en el que literalmente se sintió como el tiempo se detenía, un momento que fue destrozado por la serie de balas que comenzaron a ser disparadas.

En esos instantes olvidé todas las preocupaciones referentes a mi brazo mientras tomaba mis machetes y me abalanzaba contra los zombies que a esta altura del juego corrían hacia nosotros. No dude en cortar cabezas, sabía que mientras no tuviera la necesidad de usar mi brazo, todo estaría bien, al menos eso quería creer.

Noté como Iraís peleaba cerca de mí con una escopeta, a su lado Aldo usaba su sierra eléctrica para destrozar a los zombies que se acercaban. En otro extremo vi a Laura disparando con sus pistolas mientras que cada que podía les daba una patada, en otro lado Jess disparaba una ametralladora tirando de a 10 zombies por minuto. Pancho se hallaba algo retirado mientras lanzaba granadas desde una distancia considerable. Vilchis tenía un lanzallamas con el cual los zombies ardían y Tampa con Raúl los terminaban dándoles un tiro en la cabeza con sus snipers desde una cierta altura. Detrás de nosotros Josué, Mile y Asahel defendían también con armas de fuego.

La pelea parecía estar a nuestro favor pues sus números se reducían poco a poco. Al menos eso creí cuando veía que sus cuerpos se podrían en el suelo, todos con alguna herida de batalla. Estábamos a punto de reclamar nuestra victoria cuando escuchamos el ruido de motocicletas acercándose, el sonido aumentaba de intensidad.

Finalmente alcé mi cabeza y note tres figuras que nos observaban desde lo alto de un monte, no estaba seguro pero aquellas siluetas me parecían conocidas. Las motociletas bajaron de prisa por el monte seguidos por más zombies que ahora corrían detrás de ellos.
Las motocicletas se detuvieron frente a nosotros y revelaron sus identidades. Por un momento me quedé sin habla.

“Son ustedes…” fue lo único que pude pronunciar.
“Creo…que nos deben la revancha” Omar dijo con una gran sonrisa.

Los tres se bajaron de las motos. Omar parecía normal, tal y como lo habíamos dejado, por muerto. Toño, quien había sido mutilado ahora poseía aquella mitad de su cuerpo pero ahora era completamente metálica, una especie de “Terminator”. Tovar también parecía estar en un estado normal, humano, sin embargo no podía eliminar una cierta curiosidad por aquel brazo que tenía vendado. Quizá él también tenía su dotación de prótesis metálicas dejadas por heridas de batalla.

“Qué quieren?” Pancho se enfrentó a ellos.
“No te parece algo obvio?” Omar se acerco a él.
“Omar, no queremos problemas…déjanos ir…” Laura trato de interceder por el equipo.
“Niña Lau…en verdad no aprendes” Omar dijo riéndose.
“Dinos qué quieres!” Pancho tomó de la playera a Omar.
Omar hizo que quitará sus manos de encima de él. “Quiero venganza!” Y con esas palabras se lanzó contra Vilchis, con quien parecía tener cuentas pendientes.
“Ya saben el plan” dijo mientras tenía el cuello de Vilchis en sus manos.
“Descuida…” Tovar se tronó sus dedos. “Esto será sencillo…”
Toño simplemente se rió.

Los zombies atacaban sin piedad mientras Omar, Tovar y Toño se preparaban para acabar con nosotros. Noté el rostro de Vilchis tornarse morado, no le quedaba mucho tiempo. Tome vuelo y me lancé contra la espalda de Omar logrando mi objetivo, él había soltado a Vilchis. Omar me tomó de mi poco cabello y me lanzó contra el suelo. Escuché mis costillas tronar. Jess me ayudó a levantarme.
“Estás bien Harry?” me preguntó preocupada.
“Estoy bien…”dije con mi voz quebrada mientras me levantaba de nuevo.
“Vaya…así que tres contra uno?” preguntó Omar prácticamente burlándose de nosotros.
“Qué te pasa! Ya déjanos en paz!” Jess le gritó enojada.
“Lamento decirte que aún tengo asuntos pendientes contigo…” me señalo a mí, “Contigo…” señalo a Jess “ Y principalmente quiero encargarme de ti…Vilchis!” señalo a Vilchis y lo vio con odio.
“Qué quieres de mi?” Vilchis le preguntó.
“Te parece poco ponerte en mi contra y robarme mi camioneta!” dijo enfatizando lo último.
“De acuerdo…quieres mi cabeza, te daré el gusto, pero deja a Harry y a Jess en paz” dijo Vilchis parándose enfrente de Jess y de mi.
“Bromeas? Harry mató a mi compadre y Jess…los prefirió a ustedes, así que sus vidas, terminan aquí” Omar sacó un arma y le disparó a Vilchis.

Vilchis esquivo la bala y se lanzó contra Omar, sin embargo él lo detuvo y lo lanzó contra el suelo. Omar le apunto a la cabeza con su arma pero antes de que disparará Jess se lanzó contra él con su bat. Lo golpeó en el hombro haciéndolo tirar su pistola, Jess se preparó para rematarlo pero Omar detuvo el bat y le dio un puñetazo en el estómago haciéndola caer de rodillas. Sentí un enojo correr por mi cuerpo, me levanté y pretendí cortarle la cabeza a Omar. Me lancé contra él, pero aquel coraje que sentía me impedía pensar claramente por lo cuál me logró esquivar y antes de que lo supiera me había metido un golpe en la nuca. Pude ver el rostro de Jess desmayado a mi lado mientras yo también perdía el conocimiento.

“Eso fue sencillo…” Omar dijo mientras pateaba el cuerpo de Harry.
“Pero si esto apenas comienza…” Vilchis estaba de pie detrás de Omar.
“Sigues vivo?” preguntó Omar incrédulo.
“Tenemos cuentas pendientes no?” dijo en tono de burla Vilchis.
“Cierto…” la voz de Omar se tornó más seria.
“Bien, desquítate…si te atreves” Vilchis lo retaba.
Omar rápidamente le metió un golpe a la cara de Vilchis. “Esto es por la Lobo!”
Vilchis recibió el golpe pero logro mantenerse de pie.
“Eso es todo?” Vilchis lo retaba más.
Omar comenzó a golpearlo, Vilchis lograba esquivar algunos golpes pero esta pelea estaba a favor de Omar. Vilchis finalmente logró meterle un golpe.
“Eso es lo mejor que tienes?” Omar reto ahora a Vilchis.
“No ganarás…” Vilchis le dijo mientras se preparaban a continuar su pelea.

En otra parte del campo de batalla Pancho y Laura se enfrentaban a Toño quien los observaba con un rostro sin emociones. Raúl llegó corriendo con ellos.
“Raúl! Qué pasa?” Pancho preguntó algo sorprendido.
“Vine a ayudarles, no creo que los dos puedan con tremendo gigantón…” dijo algo animado.
“Ok…y cómo demonios nos enfrentamos a eso?” preguntó Laura.
“No lo sé…está vivo?” preguntó Raúl.
“Veamos…” Laura apunto y le disparo al Toño robótico frente a ellos. Las balas simplemente rebotaban d su pecho. El rostro de Laura mostraba desánimo.
“Parece que…” Las palabras de Laura fueron cortadas cuando el Toño quien parecía inmóvil ya estaba de pie detrás de ella y tomó sus brazos lastimándola. Ella gritaba recibiendo el daño mientras sus muñecas eran apretadas por las manos de Toño.
“Déjala ir!” Pancho se lanzó contra él tratando de salvar a Laura sin embargo Toño sólo lanzó a Laura contra él enviando a ambos contra una pared de piedra de la cual cayeron ambos inconscientes.
“Demonios! Pancho! Lau!” Raúl trató de correr a ayudarlos pero fue interceptado por el gigantesco Toño.
“No…no pasarás” la voz de Toño se oía profunda y seria.
“Déjame pasar pedazo de hojalata!” Raúl parecía indignado al no poder ayudar a sus compañeros.
Toño no pretendía moverse un solo centímetro. Raúl estaba furioso y tomo dos ametralladoras y comenzó a dispararle a Toño sin compasión alguna. Cada bala lo hacía retroceder pero ninguna bala dañaba a Toño. Las balas de Raúl se acabaron y sólo se escuchaba el cliqueo de las ametralladoras vacías. Toño comenzó a acercarse lentamente a Raúl quien desesperadamente continuaba disparando balas de aire. A dos metros de él, Raúl le lanzó las ametralladoras las cuáles ni cosquillas le hicieron a Toño. El sudor corriendo por su frente y las memorias de su vida y de su amada corrían por su mente. En cuestión de segundos el brazo de Toño atravesó el pecho de Raúl perforando su corazón. El cayó al suelo mientras la sangre formaba un charco a su alrededor. Raúl murmuró una última palabra antes de quedar inmóvil frente a Toño.

Tovar estaba frente a Iraís, Aldo y Ramón. Hubo un momento en que cruzaban sus miradas, no lograban saber qué hacer al respecto.
“Tovar, y tú qué tienes contra nosotros?” Ramón le preguntó.
“No es nada personal…pero, eso les pasa por juntarse con la gente equivocada” dijo con algo de orgullo en su voz.
“Y con qué piensas destruirnos? No tienes armas ni eres mitad robot como tu compañero…” Aldo dijo indicando que su equipo tenía la ventaja.
“Lamento decirte…que yo también tengo un as bajo la manga” dijo con una sonrisa Tovar.
“A qué te refieres? Dijo Iraís preocupada.
“Harry no es el único con un brazo súper humano…” Tovar les decía mientras se quitaba la venda de su brazo izquierdo. “Aunque…él mío es mucho mejor que el de él”
Tovar reveló su brazo de tonalidad rojiza similar al de Harry pero de un tamaño mucho mayor que crecía conforme avanzaba el tiempo. Iraís, Aldo y Ramón observaban incrédulos como Tovar se preparaba para descuartizarlos con aquel demoníaco brazo.

Es cierto…cuando crees que las cosas mejorarán, la vida siempre te sorprende con una patada por detrás. No sé si lograremos sobrevivir a este infierno al que nos enfrentamos, no sé si volveremos a ver la luz del día o las estrellas, quizá no sobreviva de esta noche…espero equivocarme, espero que la suerte aún esté de nuestro lado…

Continuará...