Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

viernes, 29 de abril de 2011

Capítulo 27

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 27 “The Face Behind The Mask”

En medio de una pelea en la que nuestras vidas cuelgan de un hilo, y lo único en mi mente es un deseo de venganza…Si pudiera encontrar a aquella persona…Si pudiera tenerla frente a mí…No estoy seguro si reaccionaré humanamente…Mi venganza…

Corría. Al fin había logrado quitarme a la manada de perros infectados y ahora corría esperando poder rescatar a Rodrigo de los Cobos. Para mi suerte vi que seguía tirado luchando contra las tres bestias que aparentemente iban por su yugular. Me acerqué y con un suave movimiento del hacha fui quitando uno por uno de encima de él, los perros cayendo con su garganta cortada.
“Pensé que no viviría…” de los Cobos se alzó con cuidado.
“Descuida…somos equipo, no te dejaría morir tan fácilmente” esbocé una pequeña sonrisa.
“Gracias…” sus palabras fueron cortadas cuando una bala penetró el centro de su frente y él cayó muerto a mis pies.
“No! Qué pasó?!” estaba sorprendido, giré a todas partes, una bala…un zombie no puede hacer eso…sólo…sólo…un humano. Fije mi mirada en un balcón de una casa, una mujer me miraba fijamente con la pistola en alto apuntando hacia mí, su rostro cubierto por unos lentes oscuros y su cabello recogido con una gorra verde olivo. Sin duda, esa persona era la culpable de la repentina muerte de Rodrigo de los Cobos y seguramente también de la de Mile y Asahel…
“Tú!” le grite con el hacha firmemente en mis manos. “Tú lo asesinaste!”
Sólo vi como una sonrisa se formó en los labios de aquella mujer, burlándose de mí.
“Ven y pelea conmigo!” le grite, sentía la furia correr por mis venas.
La mujer bajo su arma y salto del balcón cayendo con suavidad en el suelo rodeado de zombies muertos. Me vio y luego empezó a correr.
“Espera!” la seguí, esta era la oportunidad que buscaba, la oportunidad perfecta de vengar a Mile, Asahel, de los Cobos y…ella.

Vilchis estaba de pie inmóvil mientras aquella criatura se acercaba a él con cautela. “Uno para cada uno de nosotros…” Vilchis sonrió con algo de ironía, “Esto fue planeado…lo sé…”
“Vilchis! No seas idiota! Tenemos que luchar, no podemos dejarnos vencer por unos mutantes…” Harry levantó su voz tratando de calmar a su amigo.
“Harry tiene razón…” Josué apago su cigarro con el pie. “Tenemos que luchar hasta el final…”
“Y qué hay de las municiones? No tenemos nada…” Vilchis sonaba desesperanzado.
“Al diablo con las municiones…” Harry arrojó su ametralladora vacía, “Hemos sobrevivido sin municiones antes…” Harry sonrió y de sus espaldas sacó dos machetes. “Como los viejos tiempos no crees?”
“No debes pelear mano a mano…tú brazo” Vilchis trataba de convencer a Harry quien cortó su oración.
“Prefieres que me quedé con los brazos cruzados y sea devorado por esa cosa?!” Harry perdió la paciencia. Vilchis lo miró con seriedad.
“Vilchis…vivir ahora es lo más importante y para ello tenemos que destruir esas lagartijas mutantes” Josué sonó inspirador mientras arrojaba sus dos ametralladoras y sacaba un rifle de su mochila.
Vilchis no dijo nada, sólo soltó su arma y tomó de su cinturón una pistola de clavos adaptada por él mismo. “Bien…entonces sobrevivamos!”
Las tres bestias se lanzaron contra sus contrincantes. Harry cayó al suelo con la bestia sobre él, deteniéndola solamente los machetes en manos de Harry mientras la lengua se hacía camino al rostro de Harry.
“Esto…no es bueno…” Harry luchaba por alejar al monstruo, finalmente pudo mover uno de los machetes arrancando la lengua del monstruo que cayó a un metro de él aún retorciéndose. La bestia retrocedió y Harry con confianza se arrojo a la bestia sobre su espalda tratando de domarla con el machete entre los dientes del mutante. Finalmente con un brusco movimiento jaló el machete rompiendo la quijada del monstruo y abriendo su cabeza en dos. Harry se levantó triunfante mientras clavaba el otro machete en el cerebro de la bestia.
Josué estaba sobre el techo de la camioneta mientras el animal se hacía camino por el cofre del vehículo. Josué disparaba su rifle pero no lograba matar a la bestia.
“Eres duro de matar…” dijo con cierta ironía.
El mutante se lanzó contra él tirándolo de la camioneta. “Un poco rápido no crees? Invítame una cerveza al menos…” sus chistes no eran del todo adecuados. El monstruo solo intentaba comérselo. “Suficiente…” Josué se tornó serio y tomó de su cinturón una granada metiéndola justo en la garganta del monstruo y de una patada se lo quito huyendo detrás de la camioneta protegiéndose de la explosión. “Dos menos…falta uno” sonrió y encendió un cigarro.
Vilchis corría mientras sentía como el monstruo aceleraba el paso detrás de él; la lengua del monstruo se ató al tobillo de Vilchis y el azotó con gran fuerza sobre el cemento. Él trató de girar rápidamente antes de que el monstruo fuera por su cuello o alguna parte de su anatomía.
“Demonios…” Vilchis había soltado la pistola de clavos y ésta yacía a dos metros de él mientras con los pies trataba de quitarse al mutante de encima. Su mano pudo alcanzar una piedra y con ella golpeó la frente del monstruo lográndose liberar momentáneamente, el tiempo justo para levantarse y tomar el arma. Giró y disparó al monstruo continuas veces. El monstruo con su rostro cubierto de clavos cayó hacia atrás sobre una motocicleta abandonada. La gasolina se derramó sobre la bestia que aún se retorcía. Vilchis observaba expectante cuando vio como un cigarro encendido caía sobre la motocicleta y esta explotaba. La explosión lanzó a Vilchis al suelo, cuando logró levantarse pudo ver que Josué y Harry lo ayudaban.
“Pensé que necesitarías ayuda…es en estos casos cuando es bueno fumar no crees?” Harry le explico animosamente.
Vilchis simplemente sentía un gran alivio, una sonrisa se formó en sus labios.

Iraís se enfrentaba con valentía a los zombies que se le acercaban. Parecía que el tener la katana en sus manos le deba una confianza que la volvía una asesina sin piedad de zombies. Las cabezas caían, había chorros de sangre por doquier. Aldo observaba esto desde las alturas del techo de la hummer donde trataba inútilmente de disparar pues estaba sorprendido al ver como Iraís se encargaba de los zombies. Pronto algo desvió su mirada, unos tentáculos enormes se alzaban sobre su amiga.
“Iraís! Cuidado!” la advertencia de Aldo llegó tarde. Los tentáculos habían envuelto el cuello y las extremidades de Iraís, su katana yacía solitaria en medio de unos arbustos.
Aldo brincó de la camioneta y sin importarle los zombies, comenzó a dispararle a aquella cosa que tenía a Iraís. Las balas parecían no hacerle daño y el rostro de Iraís se volvía pálido, casi una tonalidad azulada, estaba siendo asfixiada.
“No puede ser…” Aldo botó la ametralladora. Viendo a su amiga así, no le quedaría mucho tiempo, era el momento de hacer algo valiente. De reojo pudo ver la katana brillar con un tono escarlata de la sangre derramada. Aldo corrió y con un brinco subió a un tsuru viejo y se lanzó contra los arbustos tomando la katana. Los tentáculos fueron cortados con la belleza que sólo podía lograrse con una katana. Iraís sintió el aire regresar a sus pulmones mientras caía de rodillas frente al monstruo y Aldo le cortaba la cabeza al mismo.

Iraís respiraba agitadamente mientras trataba de recuperar el oxígeno perdido. Aldo pateó la cabeza del monstruo mientras se acercaba a ella.
“Estás bien?” le pregunto con simpleza. Iraís movió su cabeza en forma de afirmación. “Toma…fue útil” Aldo le dijo mientras le entregaba su katana y la ayudaba a levantarse.

Seguía corriendo, podía ver a la mujer frente a mí, su agilidad era sorprendente pero mi deseo de venganza me impulsaba a seguirla, a no perderla, me enfrentaría a ella. Finalmente la mujer se detuvo en un pequeño claro a las afueras de la ciudad. Sentía mi respiración agitada, jamás había corrido tanto.
“Tanto quieres vengar a tus amigos?” su voz sonaba fría pero con una extraña familiaridad para mí.
“Tú mataste a Mile y Asahel…no es así?” le dije con una voz firme, inquebrantable.
“Se metieron en asuntos que no les importaban…por eso los elimine” su voz tenía un tono de satisfacción que me disgustaba.
“Ellos…ellos no merecían morir!” sentía la furia en mi sangre.
“Qué harás al respecto? A este paso eliminaré a todos tus amigos…y luego a ti” aquello sonaba más a una amenaza.
“Te mataré con mis propias manos…” sin pensarlo dos veces me lancé contra la mujer con mi hacha en alto.
Traté de herirla pero ella lograba esquivarme, tenía sus pistolas en las manos pero de una patada logró derrumbarme.
“Eso es todo? Que aburrido…” me trataba de provocar, y lo había logrado.
Con un sutil gruñido me levanté y lancé mi hacha a un lado, corrí hacia ella. Comencé a contra atacar, finalmente era humana, no podía morderme, no había razones para mantener la distancia. La tomé desprevenida y logre colocarle un golpe justo en la cara, sus lentes oscuros salieron volando, ella voló hacia atrás, su gorra también salió volando y sus cabellos oscuros cubrían su rostro, cayo boca abajo sobre la tierra. Pude sentir como la tormenta iniciaba, las gotas de lluvia cubrían mi rostro, mis cabellos pegados a mi sien. Ella seguía boca abajo, no pudo haber muerto de un golpe así, quise acercarme pero note como se empezó a mover y lentamente alzarse, sus cabellos cubrían los costados de su rostro. Finalmente se alzó y me vio a los ojos con un odio indescriptible, sentí un golpe en mi corazón, su rostro, su mirada, sus ojos…
“…Laura?” mi voz se quebró.

Jess y Ramón se escondían detrás de la silverado.
“Por qué no muere?! Ya no tenemos municiones…” la voz de Jess sonaba desesperada.
“No lo sé…tenemos que pensar en algo” Ramón trataba de mantener la cordura.
“Esa cosa…cómo la matamos?!” Jess sostenía su cabeza.
“Es un zombie…debería de morir igual pero ya le disparamos en la cabeza una infinidad de veces…” Ramón fue cortado cuando el monstruo lo tomó y lo lanzó con fuerza.
“Ramón!” Jess grito desesperadamente mientras se trataba de alejar del monstruo. “No me toques!” sacó de su bota un cuchillo y lo apunto al monstruo.
Aquel monstruo escuchaba la respiración de Jess y colocó una de sus garras en el cuello de Jess listo para degollarla. La bestia se alejo cuando Ramón se lanzó contra él a sus espaldas tratando de alejarlo de Jess.
“Jess! Corre!” Ramón grito mientras sostenía el cuello del monstruo.
Jess no podía pensar claramente pero logró alzarse y en medio de la adrenalina clavó su cuchillo en lo que aparentaba ser la frente del mutante. Al sentir el dolor de un golpe lanzó a Jess contra la camioneta y luego arrojó a Ramón al suelo y comenzó a darle zarpadas en el pecho destruyendo su playera blanca. Jess despertó y vio como el monstruo estaba a punto de destripar a Ramón, fue entonces que vio la camioneta y se le ocurrió una idea.

Una piedra golpeó la cabeza del monstruo haciendo a éste girar y ver a Jess.
“Ven…sígueme!” y Jess se trepó en la caja de la camioneta donde trataba de encender un pedazo de dinamita con un encendedor.
“Vamos…enciende…” Jess sentía las gotas de lluvia caer en su playera, el monstruo había dejado a Ramón y corría hacia ella. Finalmente encendió y la cubrió con su chamarra de piel y justo cuando brincó del carro el monstruo brincó dentro de la camioneta. Jess se alejo con cautela evitando hacer ruidos, el monstruo tomó su chamarra y comenzó a devorarla…
“1…2…3!” y Jess corrió hacia Ramón mientras la dinamita explotaba con todo y la silverado y Jess brincó hacia Ramón cayendo sobre él, tratando de cubrirlo de la explosión.
“Ramón…estás bien?” su voz sonaba más desesperada.
Ramón gruñió del dolor, su abdomen estaba lleno de heridas, él alzó su mirada y la vio, “Sobreviviré…” Jess sonrió.

“Jess!” se escuchó un grito a lo lejos.
Jess giró de prisa, “Sharon!” corrió hacia la mujer que caminaba con dificultad y su pierna escurría de sangre fresca. “Qué te paso…?” Jess logró llegar justo cuando colapsaba en el suelo. “Zarco…” dijo con una voz débil.
“Zarco? Esta muerto?” pregunto preocupada.
“Zarco…nos traicionó…” y Sharon perdió el conocimiento.

Zarco entraba triunfante al refugio, iba en el elevador checando que su pistola estuviera cargada, por un momento pensó que así se debería sentir ser un terrorista, lo bueno es que no tendría que suicidarse después. Las puertas del elevador se abrieron y Zarco se hizo camino hacia la zona donde seguramente estaría Montes tratando de controlar todo. Abrió la puerta y pudo ver a Montes en su silla de ruedas tecleando sin parar.
“Alcántara…parece que los zombies han comenzado a retroceder” dijo pensando que Alcántara estaba en la puerta.
“Te equivocas...” Zarco coloco la pistola en la nuca de Montes. Montes pudo ver el rostro de Zarco en la pantalla frente a él.
“Zarco…por qué?” Montes le preguntó con odio.
“Por qué todos me hacen esa pregunta? Les sorprende tanto que no sea el bueno y confiable Zarco que creían conocer?” Zarco decía con algo de ironía en su voz.
“Nunca creí que tú nos traicionarías…” Montes le dijo.
“Tampoco creías que hubiera más sobrevivientes, tampoco creíste en la teoría de Aldo de un espía…siempre has sido un idiota” la pistola de Zarca se cargo
“Matarme no resolverá nada…” Montes trato de convencer a Zarco.
“Nunca me caíste bien…siempre creyéndote el líder, creyendo que sabías lo mejor para nosotros…te has visto en un espejo?! Eres un paralítico! No sirves para luchar…no sirves para nada…” Zarco sonaba imponente.
Montes lo miraba desde la pantalla con odio y miedo a la vez.
“Montes…no traes nada” y con esas palabras disparo y la pantalla se cubrió de sangre y el cuerpo de montes cayó sobre el teclado.
Alcántara entró corriendo. “Montes estás bien? Escuche un disparo…” Al abrir la puerta se quedo inmóvil al ver a zarco de pie con una pistola y el cuerpo sin vida de Montes.
“Zarco! Qué has hecho?!” Alcántara lo miraba con odio.
“Algo que debí haber hecho hace mucho tiempo…” apunto su pistola a Alcántara.
Alcántara esquivo la bala y tiró a Zarco intentando inmovilizarlo, sin embargo Zarco la pateo y la lanzó contra un silla y ella cayó derrotada.
Alcántara miró a Zarco desafiantemente. “Trabajas para Isidro?”
“Siempre lo he hecho…” Zarco apuntó la pistola a la frente de Alcántara. “Espero no te importe pero…me llevaré la Journey” y Zarco le disparo a Alcántara dejando aquel cuarto hecho un baño de sangre mientras Zarco se retiraba triunfante con las llaves de la journey en su mano.

Seguía incapaz de creer lo que veía frente a mí. Aquella persona que creía muerta todo este tiempo estaba de pie, viéndome con odio y frialdad, con todas las intenciones de matarme.
“Laura…” volví a repetir su nombre.
“Veo que te acuerdas de mí…” su voz sonaba temblorosa.
“Qué te pasó? Por qué…” trate de decirle.
“Ustedes me convirtieron en esto…” su mirada estaba llena de odio. “Mataron a Julio…me engañaron y me usaron para sus propios propósitos y luego me dejaron abandonada para que los zombies me comieran…por eso los mataré a todos”
“Te equivocas…” traté de acercarme a ella incapaz de creer lo que decía. “Te lavaron el cerebro Laura…no te acuerdas de mi? Soy Pancho…”
“Pancho…? Eres el que asesinó a Julio!” se preparo para volver a atacarme.
“No…yo no lo mate…fuiste tú” le dije con tristeza. “Él te pidió que lo matarás antes de que se volviera zombie…”
“No es cierto! Me estas mintiendo!” ella se trato de alejar y chocó con una pared, yo me continúe acercando a ella.
“Si yo hubiera sabido que seguías con vida…aunque me hubiera costado mi propia vida te hubiera salvado!” finalmente estaba a poca distancia de ella.
“Estas mintiendo! Todos ustedes hicieron un complot! Me usaron!” seguía gritando y yo sin pensarlo dos veces la tomé de los hombros y la besé. Sentía las gotas de lluvia cayendo por mis mejillas, por un momento su ira se controló. Me separe de ella esperando ver a la Laura que conocía, pero erré.
Ella me miraba con confusión, parecía que dentro de su cabeza estaba un rompecabezas sin armar. De pronto ella cayó de rodillas sosteniendo su cabeza y llorando.
“No es cierto! No…” decía una y otra vez.
“Laura…” me traté de acercar a ella pero ella se levanto de prisa y me apunto a la cabeza con su pistola. “No me toques…o juro que te mato” su mirada estaba confusa y enojada, sus lagrimas se mezclaban con las gotas de lluvia. Poco a poco comenzó a alejarse de mí, hasta cierta distancia bajo su arma y se fue corriendo.

Mi cerebro aún no era capaz de procesar lo que acaba de ocurrir, estaba completamente mojado y confundido. Escuché una transmisión en mi radio, lo tomé.
“Qué pasa?” respondí fríamente.
“Pancho? Que bueno que estés bien…dónde estás?” era la voz de Jess.
Le respondí. “Estoy en las orillas de la ciudad”
Escuche el tono preocupado de Jess. “Tenemos problemas…Zarco nos traicionó, no puedo comunicarme ni con Alcántara ni con Montes…creo que…” la transmisión se cortó con un gran estruendo, gire hacia la peña y pude ver como la peña de Bernal explotaba y caía en pedazos. Aquel monolito yacía en miles de pedazos.

Una Journey pasó por la carretera con Zarco muy satisfecho escuchando música a todo volumen mientras se alejaba del desastre que acababa de causar.

Aquella que creí sería mi venganza terminó siendo mi perdición…un reencuentro con el pasado, mi pasado…no comprendía que pudo haberla cambiado tanto? Estaba seguro de que pronto sabríamos más respuestas de las que querríamos saber…

Continuará…

Capítulo 26

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 26 “A Dead End Road”


Mi corazón latía con fuerza…en mis manos sostenía con fuerza una ametralladora…mi respiración era profunda, tratando inútilmente de tranquilizarme…El campo de batalla a metros de distancia…Volveríamos con vida? O encontraríamos la muerte? Cerré mis ojos…es ahora o nunca…

Equipos de dos, ese era el plan maestro de Montes, con eso creía que lograríamos proteger el refugio y detener a quien fuera que estuviera detrás de todo. Quizá yo era el pesimista, no me importaba la verdad, podía sentir que la muerte estaba presente con nosotros, algunos…quizá todos, no volveríamos. Montes se quedó con Alcántara, ellos serían nuestros ojos en el campo de batalla, serían nuestros ojos detrás de la cabeza…
“No pierdan sus radios, con ellos les comunicaremos todo lo que pase a sus alrededores…” La voz de Montes provino del radio colgado en mi cinturón a lado de unas bombas molotov hechas por Josué.
“Ya conocen el plan…Zarco y Sharon cubren el sur, Ramón y Jess el Este, Irais y Aldo el oeste, Rodrigo y Pancho el norte y Vilchis, Harry y Josué el centro…recuerden, protejan el refugio sobre todas las cosas…si encuentran al culpable detrás del ataque, no tomen justicia en sus propias manos…una última cosa…” Montes suspiró, “Espero que todos vuelvan con vida…” la transmisión se cortó.
“Todos tienen armas? Recursos secundarios?” Pancho preguntó dando un paso al frente a la fila.
Jess levanto su voz, “Me encargue personalmente de que todos tuvieran sus armas…”
“Bien” Pancho reveló una ligera sonrisa, “Ramón y Jess se irán en la Silverado, Aldo e Iraís en la Hummer, Zarco y Sharon utilizarán el jeep y el equipo de Vilchis y el mío nos iremos en la Lobo”
“Por qué no me puedo llevar la camioneta de Alcántara?” Zarco preguntó algo indignado.
“Ellos necesitan tener un transporte en caso de que algo salga mal…” Pancho le respondió.
Zarco parecía insatisfecho con la respuesta de Pancho.
“De acuerdo…comienza nuestro contra ataque!” Pancho gritó y todos comenzaron a tomar sus posiciones en los vehículos.

Me senté a lado de Harry, aún tenía un desagradable presentimiento en la boca del estómago, quizá temía encontrarme a Omar o a Tovar en el campo de batalla, quizá sentía que mi hora había llegado, sea cual sea la razón, es algo desagradable. Escuché los motores de las camionetas, me salí de mi trance mientras sostenía con fuerza mi arma y aquel sótano oscuro era iluminado por la tenue luz del medio día que pasaba a través de las oscuras nubes de tormenta que cubrían el cielo de Bernal. Las camionetas avanzaron de prisa, respire profundo, aquí comenzaba otra batalla más.

La lobo estaba siendo manejada por Josué, Pancho iba de copiloto mientras Rodrigo de los Cobos iba en la caja disparando a los zombies en el camino. La camioneta se movía rápidamente entre los sinuosos caminos del pueblo. Finalmente llegamos a la zona norte del pueblo donde Pancho y Rodrigo se encargarían de destruir a los zombies que intentarán atacar el refugio.

“De acuerdo…aquí nos quedamos…” Pancho abrió la puerta de la camioneta.
“Espera…” Harry se dirigió a él.
Pancho volteo curioso, “Qué ocurre?”
“No intentes buscar venganza…vas a terminar mal” Harry le dijo con seriedad.
Pancho se quedo en silencio viendo la puerta abierta. “No prometo nada…Si ese desgraciado se cruza en mi camino…Haré lo que considere justo” con esas palabras Pancho salió de la camioneta y azotó la puerta de la camioneta roja.

Pude ver a ambos de pie con sus armas dándonos la espalda esperando una horda de zombies que se acercaba a ellos. Los vi, y aquel sentimiento en mi estómago regresó.
“Bien chicos, a lo nuestro ahora…” Josué pisó el acelerador y nos dirigimos al centro del pueblo.
Harry me observaba expectante. “Descuida…volverán con vida” me dijo con seriedad.
Lo vi incrédulo, en verdad creía que volveríamos todos ilesos…a pesar de todo mi amigo Harry seguía siendo un ingenuo esperanzado.
La camioneta se detuvo abruptamente. “Aquí es el final del camino…” Josué salió de la camioneta con sus lentes oscuros tan característicos de él, un cigarro en la orilla de su boca y una ametralladora en cada mano. Se subió a la parte trasera de la camioneta y apunto sus armas frente a él. “Creo que necesitan movilizarse…esto se está poniendo interesante” una sonrisa de satisfacción se formó en su rostro mientras las ametralladoras comenzaron a disparar.

Harry se colocó de prisa a un lado de la camioneta, ya no podía involucrarse en las peleas mano a mano, no podía arriesgarse a que su brazo tomará el control otra vez. Para su suerte en sus manos tenía una lanza granadas y ese poder al menos lo mantendría alejado de una batalla uno a uno contra 10 zombies, como a él le hubiera gustado. Tome mi lugar al otro lado de la camioneta, con mi ametralladora en alto y comencé a disparar.

En el este la batalla estaba en pleno apogeo, Jess corría mientras disparaba su ametralladora, pero la potencia parecía no serle suficiente pues los zombies se seguían acercando. Se escondió detrás de la camioneta y lanzó unas granadas a los zombies para despistarlos.
“Maldición…son más de los que creí que serían…” la respiración de Jess era agitada. “Cómo vas Ramón?”
Ramón se dedicaba más al ataque uno a uno, en una mano tenía un rifle automático para dispararles justo en la cabeza y en la otra tenía un machete para descuartizarlos.
“Tratando de sobrevivir…” dijo con algo de ironía y burla en su voz mientras le disparaba en la frente a una señora gorda que trataba de comerse su cuello.
“Las cosas se ponen peor…” Jess se acercó a Ramón mientras disparaba.
“Dímelo a mi…” Ramón se quito a un niño que escalaba por su pierna y le disparo en la cabeza. “Se está volviendo desesperante…”
“No habrá un modo más eficaz de terminar con todos a la vez?” Jess trataba de pensar mientras un zombie mariachi se acercaba por detrás de ella.
Ramón se percato y le clavo el machete en la frente. “Ramón!” Jess lo regaño. “Te iba a comer el cerebro! Sólo te salve la vida!” Ramón trato de disculparse inútilmente.
“De dónde salen tantos?!” Jess regresó a su modo de pelea.
“Creo…”la voz de Ramón sonó temblorosa, “Creo…que tendremos peores problemas ahora…” dijo señalando al frente.

Frente a ellos se alzaba una monstruosidad que avanzaba a un paso constante, casi corriendo para alcanzarlos. Parecía no tener ojos pero su tamaño era enorme con manos que terminaban en afiladas y puntiagudas uñas. Pero sobre todo se notaba a leguas una superioridad en habilidades físicas y mentales respecto a los zombies comunes.
“Ramón…” la voz de Jess tembló.
“No te preocupes…” sostuvo su mano, “No dejaré que te haga daño…”
Ambos alzaron sus armas y comenzaron a disparar.

En el oeste, Iraís y Aldo defendían su zona desde el techo de la hummer, ambos con ametralladoras trataban de alejar las oleadas de zombies que sucumbían a sus pies.

“Aldo…las municiones no nos van a durar para siempre…” Iraís trataba de no sonar tan fatídica.
“Es que…de dónde demonios salieron tantos zombies!!!” Aldo continuaba disparando tratando de no perder la concentración.
Seguían disparando, Aldo había ignorado a Iraís pero no podía enfurecerse con él ya que había cosas más importantes por las cuales preocuparse, como los 30 zombies que trataban de jalarles los pies para que cayeran del techo de su seguridad.
“No duraremos mucho asi, necesitamos un plan B!” su voz resonó en eco mientras caía ya que un zombie había jalado su tobillo.
“Iraís!” Aldo se asomó esperando verla aún con vida.

Iraís estaba acostada sobre su espalda mientras luchaba con un zombie de una anciana tratando de quitársela de encima con los pies. Aldo le disparo a la cabeza liberando a Iraís.
“Gracias…” le dijo incapaz de relajarse.
“Sube rápido!” Aldo le indicaba.
“No” Iraís se levanto y tiro la ametralladora, “Es hora del plan B, y saco su katana que con tanto cariño había resguardado.

En el norte, Pancho y Rodrigo de los Cobos peleaban arduamente con los zombies, también parecían no terminar de llegar hacia ellos y sus municiones estaban próximas a terminarse.
“Esto no se ve bien Pancho” de los Cobos parecía preocupado.
“Estás armas no nos serán útiles por mucho tiempo…” Pancho seguía disparando.
De la nada se empezaron a escuchar ladridos y gruñidos, de los Cobos y Pancho giraron con cautela, sólo para ver unos 12 perros infectados gruñéndoles con odio y hambre.
“Qué es eso…?” de los Cobos preguntó.
Pancho respiro profundo, “El infierno…”
Los perros se lanzaron contra ellos con intenciones de matarlos y devorárselos. De los Cobos fue derribado por 3 contra los cuales luchaba con su misma ametralladora tratando de quitárselos de encima.
“Pancho! Ayúdame!” de los Cobos gritó.
“Tengo mis propios problemas!” Pancho golpeaba a los perros con su ametralladora y a algunos les disparaba pero uno le arrebató el arma y Pancho se quedó sin su arma principal y rodeado por 9 perros hambrientos.

Tratando de pensar rápido pudo ver en una tienda un hacha de emergencia de los bomberos, en un movimiento rápido corrió, evitando ver hacia atrás y rogándole al cielo que ninguno de los perros lo alcanzará. Sin pensarlo dos veces rompió el vidrio con su propio puño y saco el hacha y comenzó a cortar cabezas de perros y destriparlos. Al terminar con ellos corrió hacia de los Cobos, esperando que para entonces no se lo hubieran devorado ya.

En el sur las cosas estaban agitadas mientras Sharon y Zarco defendían perfectamente aquel territorio desde el jeep que les asignaron.

“Las cosas no se ven bien…” Sharon veía por unos binoculares mientras Zarco les disparaba a los zombies. “Vienen más…y estos corren!”
“En verdad crees que ganaremos?” Zarco parecía desesperado.
“Tenemos que mantener la esperanza, es lo único que nos queda…” Sharon comenzó a dispararles a otros zombies que se acercaban.
“Eres demasiado ingenua Sharon…” la voz de Zarco parecía cambiada.
Sharon giro sorprendida sólo para encontrarse con un arma pegada a su frente.
“Estoy cansado de este jueguito inútil…” Zarco observaba a Sharon mientras ella estaba inmóvil de la sorpresa.
“Piensas traicionarnos?” finalmente habló Sharon.
“No pienso traicionarlos…ya los traicioné…” Una sonrisa se formó en los labios de Zarco.
“Por qué!? Confiamos en ti!” Sharon parecía desesperada.
Zarco soltó una carcajada. “Descuida, no volverás a luchar contra zombies…”

Se escuchó un disparo y el jeep comenzó una travesía hacia el refugio con solamente Zarco en él.

Nosotros seguíamos en nuestra lucha, ya no teníamos municiones, estábamos en espera de algún tipo de milagro, nuestra esperanza colgaba de un hilo. Empecé a sentir la desesperación, el miedo, el terror…

“Vilchis…” Harry tragó saliva.
“Qué pasa?” lo volteé a ver con terror en mi mirada.
“Dime por favor que estoy alucinando…” me dijo mientras señalaba el techo de una casa.
Gire y lo que vi me dejo pasmado en ese momento, tres criaturas se alzaban sobre el techo de esa casa, no poseían ojos, eran una especie de mezcla entre lagartos y humanos con bocas feroces y lenguas largas como para enroscarlas en el cuello de una víctima y ahorcarlas. Mis manos comenzaron a sudar frío al igual que mi frente.
“Estoy alucinando verdad? Es el virus de mi brazo..estoy viendo cosas…cosas…imposibles…estúpidamente imposibles…verdad?” Harry me miraba esperanzado.
Trague saliva un momento. “No estás alucinando Harry…esas cosas están ahí…y parecen hambrientas…” mi voz temblaba mientras mi mirada seguía fija en las tres bestias.

Pronto dieron un salto cayendo a pocos metros de nosotros, acercándose cautelosamente a su presa mientras sus lenguas se preparaban para atarse a nuestros frágiles cuellos. Aquel sentimiento desagradable en la boca de mi estómago regresó, creo que moriremos.

Mi corazón seguía latiendo, no sé por cuánto tiempo más seguiría así…mi respiración agitada, las gotas heladas de sudor que corrían por mi frente hasta mi barbilla cayendo a mi sudadera…Acaso éste era el final del camino para nosotros?

Continuará…

Capítulo 25

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 25 “The Heart Of Everything”

Qué es lo que está oculto tras todo lo que habíamos creído? Creímos que el mundo se había acabado, creímos que todo era obra del destino, que sobrevivimos por suerte…pero todo aquello será cierto? O Quizá todos somos parte de algo más grande que ni siquiera conocemos…

El día estaba nublado, de un gris oscuro, como si fuera a caer una feroz tormenta. No tenía ánimos para levantarme, las noticias no mejoraban desde que nos informaron de la muerte de Mile y Asahel. Aunque no era muy apegada a ellos, de cierta forma eran parte de nuestro equipo, estuvieron con nosotros en las buenas y en las malas, y estaban muertos. Trataba de imaginarme como Pancho, Iraís y Aldo sobrellevaban tal pérdida, para ellos, esos dos eran amigos…y nunca regresarían.

Aldo trataba de actuar como si no le importará, estaba guardando todo el dolor para que nadie lo notara y poniendo una falsa imagen para que los demás no lo molestarán. Por otro lado el rostro de Iraís denotaba tristeza pura, ojos levemente hinchados, señal de estar llorando por horas, sus ánimos por los suelos…pero tratando arduamente de levantarse por el bien de los demás. Algo admirable, debo señalar. Y Pancho…aunque ya haya logrado levantarse y por fin éste hablando, creo que es el que más me preocupa pues ha tomado la actitud vengativa, quiere y matará a aquel que le hizo eso a Mile y Asahel. Quizá esté tratando de no sólo apaciguar el dolor de la muerte de Asahel y Mile, sino también inconscientemente tratando de apaciguar su culpa por la muerte de Laura. Sea cual sea la razón, vengarse no es la solución, al menos para mí.

Estaba sentada, los miles de pensamientos en mi cabeza. A la vez que los problemas actuales me preocupaban, también había algo más que no me dejaba dormir por las noches; Omar seguía vivo. Era un sentimiento difícil de entender, por un lado temía de lo que pudiese hacerme si me lograba atrapar, su mirada aquella vez me dejo claro lo que quería de mí, por otro lado sentía coraje y me juraba a mi misma terminar con su vida la próxima vez que se cruzará en mi camino, y por otro lado aún sentía algo de cariño por él. Era tan complejo aquello, trataba de evitar pensarlo, creía que en su momento lograría actuar de la manera más prudente pero cada que estaba sola, ese pensamiento lograba inundar mi mente. Me sentía débil, no era capaz de tomar una decisión firme al respecto, cuando el momento llegará…y me enfrentara cara a cara con él…lograría tomar la decisión correcta?

Mi puerta se abrió bruscamente y pude ver como Sharon se asomaba con cautela buscándome.
“Qué pasa Sharon?” le pregunte tratando de olvidar mi remolino de pensamientos.
“Jess…cómo sigues?” me pregunto mientras se sentaba en una orilla de mi colchón.
“Confundida…” le respondí simplemente.
“Son muchas cosas verdad?” me pregunto viendo sus zapatos.
“A veces me pregunto si todo esto es una simple pesadilla y en algún momento despertaré…” suspiré, “Las cosas cada vez se tornan peores…” sonreí irónicamente. “La pesadilla es la realidad”.
“Jess…todo puede cambiar…tal vez nosotros podamos terminar con todo esto…” ella me dijo con un tono esperanzado.
“Eso creíamos nosotros al principio…y míranos, poco a poco hemos ido perdiendo la fe y muriendo” le dije fríamente.
Sharon se estuvo en silencio un momento incapaz de poder darme una respuesta. Finalmente habló.
“Montes quiere vernos a todos…tiene noticias” me dijo mientras se levantaba del viejo colchón.
“Está bien” me levanté y la seguí sin retomar el tema anterior.

Entramos a aquel pequeño cuarto, todos estaban sentados con caras de seriedad y cansancio. Tomé lugar a lado de Iraís que tenía los ojos aún hinchados, ella me dio una pequeña sonrisa forzada cuando me vio. Tan pronto nos sentamos, Montes tomó la palabra.
“Es justo que sepan que desde que llegaron tuve a Asahel haciendo un trabajo extra…le pedí que hackeara el sistema de la universidad, en busca de información, cualquier tipo de información. El día de su muerte él dejo su computadora con una nota, había encontrado información relevante…parece ser que de cierto modo él sabía que no volvería vivo ese día”. Su rostro se tornó más serio que de costumbre.
“Quieres decir que sabemos quién inicio todo?” de los Cobos preguntó con algo de despreocupación.
“Es posible…la cuestión es que la computadora de Asahel…no podemos acceder a ella o a la información” El rostro de Montes denotaba preocupación y decepción.
“Yo podría hackearla” Aldo alzó la voz desde su rincón dónde pasaba desapercibido a lado de Pancho.
“Puedes hacer eso?” Montes pregunto esperanzado.
“Puede que me tarde un poco…pero puedo lograrlo” su rostro se mostraba inalterado sin embargo su voz denotaba confianza y hasta un grado de felicidad.
“Muy bien…dejaré eso en tus manos, Zarco, asegúrate de darle el apoyo que necesite” Montes ordenó.
Zarco simplemente hizo un gesto de aceptación.
“De acuerdo…por lo pronto descansen…no sabemos qué más pueda pasar…” Montes se retiro.
Iraís se fue sin decir una sola palabra. Preferí no decir nada, sabía que en estos momentos ella preferiría estar sola, llegaría el momento en que podríamos platicar. No quería regresar a mi cuarto, sabía que eso solamente me llevaría a regresar a aquella batalla interna que lentamente me desgastaba. Comencé a caminar por un pasillo cuando sentí que alguien me tomaba de la muñeca deteniéndome.
“Jess…a dónde vas?” escuche la voz preocupada de Ramón.
“Ramón…pensaba caminar un poco, no quiero regresar a mi cuarto” le respondí con simpleza.
“Podríamos platicar” me dio una opción tentadora.
Sonreí. “Me parece bien”.
“Creo que te hará bien” Ramón también sonrió.
Ambos caminamos hacia unas escaleras donde los dos nos sentamos.
“No había tenido la oportunidad de platicar contigo, creo que han pasado muchas cosas…y no has podido desahogarte” me dijo mientras miraba el techo.
“Son demasiadas cosas…todo se derrumba…no creo poder durar mucho tiempo más” le dije mientras observaba mis botas.
“Perdiste amigos, perdiste a tu amiga…” dijo con voz realista y reconfortante a la vez.
“La extraño…sigo incapaz de creer que no la veré correr por ahí buscando a Pancho o a Harry…no puedo aún aceptar que está muerta, me preocupa Harry, que tal si la próxima vez que pelee el virus lo domina y muere? Y si Omar me atrapa? Y si alguien más muere? Y si los zombies nos atacan? Y si ya no hay un futuro para nosotros?!” Sentí como mi voz se quebrantó y las lágrimas comenzaron a brotar descontroladamente mientras ocultaba mi rostro en mis rodillas. Sentí la mano de Ramón pasar suavemente por mi espalda, de cierto modo eso me tranquilizaba.
No había tenido la oportunidad de desahogarme, necesitaba mantenerme fuerte para los demás…pero más bien quería mantenerme fuerte para mí misma. Mi cordura ya colgaba de un hilo.
“Sé que las cosas parecen empeorar…y quizá sigan empeorando, no te mentiré, el futuro que alguna vez creímos que teníamos ya no existe y jamás lo recuperaremos, pero en nosotros esta forjar uno nuevo. Mantenernos vivos, empezar nuevas vidas…es lo único que nos queda”. Sus palabras sonaban tan profundas.
Simplemente continúe llorando, sacando todo el dolor que tenía resguardado en mi corazón, por un pequeño momento pude mostrar mi vulnerabilidad, sabía que a lado de Ramón podía ser así y él no me pediría ser fuerte, él me brindaba la protección y seguridad que necesitaba.

En el cuarto de Aldo, él tecleaba con rapidez tratando de desbloquear la computadora de Asahel. Zarco observaba con despreocupación con los brazos cruzados desde una silla vieja de madera.
“Cómo vas?” Zarco sonaba aburrido.
“Creo que estoy cerca…” Aldo seguía tecleando.
“Parece que Asahel no quería compartir lo que encontró…” Zarco dijo con aburrimiento.
“Es extraño…Asahel sabía de computadoras, pero esto es demasiado complejo…no creo que él supiera o quisiera ponerle tanta seguridad a su computadora, si no es hackeada correctamente, todo el disco duro puede borrarse” Aldo pensaba en voz alta.
“Crees que alguien llego a la computadora antes?” Zarco parecía interesado.
“Sólo sé que esto no es trabajo de Asahel…” Aldo suspiró. “Puede ser que…no, no lo creo…”
“Qué? Habla…” El interés de Zarco era notable.
“No sé…puede que haya un espía entre nosotros o algo así” Aldo no creía sus propias palabras.
“Enserio…?” Zarco observaba muy curioso.
La puerta se abrió repentinamente. Era Iraís.
“Cómo vas Aldo?” preguntó con poca emoción.
“Creo que casi lo logro…” Aldo continuo tecleando mientras Iraís tomaba asiento entre ambos chicos.
“Crees…crees que la información cambie algo?” Iraís sonaba desesperanzada.
“Pues…estamos a punto de averiguarlo” Aldo presiono Enter y una serie de archivos comenzaron a desplazarse en la pantalla de la computadora. “Creo…creo que Montes tiene que ver esto”.

En las orillas de la carretera en las afueras del pueblo estaba un jeep algo viejo color verde militar. Dentro de él estaba una figura femenina, cabellos recogidos y cubiertos por una gorra de un tono verde olivo y sus ojos cubiertos por unos lentes oscuros algo grandes. Su antebrazo reposaba sobre el volante mientras con la otra mano sostenía un radio.
“…Cuáles son mis órdenes?” la voz sonaba fría y sin emociones.
“Tienes que destruirlos a todos…la hora de tú venganza llego” la voz familiar le decía.
“Muy bien…los mataré a todos” ella respondió con odio.
“Tendrás ayuda…tú encárgate de matar a los sobrevivientes, alguien más se encargará de destruir su base…” la voz se regocijaba.
“Muy bien…” la mujer suspiro. “Hoy termina todo…”
“Una cosa más…” Se escucho la alegría macabra en la voz. “Tienes permiso de usar la vacuna modificada a discreción…Sólo no termines muerta tú. Órdenes superiores.”
“Está bien, tendré cuidado de no terminar como un zombie…Cambio y Fuera…” la mujer dejo la radio en su lugar y encendió su vehículo mientras entraba al pueblo.

Entre corriendo al pequeño salón con Ramón siguiéndome de cerca, trataba de recuperar mi aliento mientras estaba recargada en el marco de la puerta.
“Por qué nos convocaste urgentemente?” pregunto Ramón también algo agitado por correr.
“Aldo desbloqueo la computadora de Asahel…” Montes tomó aire, “Lo que descubrimos es más perturbador de lo que imaginábamos…”
“Qué puede ser más perturbador que el apocalipsis zombie?” Pancho sonaba desesperado.
“Es cierto…a estas alturas nada puede sorprendernos” Harry alzó la voz.
“Resulta que el virus que originó toda esta catástrofe fue desarrollado en la facultad de química, parece que tenían fondos militares de estados unidos…la persona asignada al proyecto era…el Profesor Isidro” Montes decía con cautela.
El salón estaba en silencio.
Aquel silencio se rompió por Harry. “Si los militares gringos estaban detrás de todo…por qué empezó todo aquí?”
Montes se mordió el labio. “Parece que un día antes de la fecha límite que tenía Isidro para entregar el virus…fue cuando el infierno se desato en Querétaro…no sabemos si fue un accidente o si todo estaba planeado, pero el virus se propago más rápido de lo que cualquiera pudo imaginarse destruyendo países enteros…”
“Pero vimos a Isidro…cuando estábamos en San José…” mi voz resonó en la habitación, “Eso quiere decir que él planeo todo…él está detrás de éste apocalipsis!!”
Pancho se alzó repentinamente y golpeó la mesa. “Dónde está ese malnacido ahora?!”
Montes lo miro fijamente. “Las actividades continúan en la facultad de química…parece que nunca abandono la escuela…”
“Tenemos que destruirlo…si terminamos con él…podríamos terminar con todo! Somos la prueba viviente de que puede haber sobrevivientes…” Pancho se había logrado tranquilizar.
Lo observé fijamente. “Pancho tiene razón…si destruimos al corazón de la infección…hay esperanza de erradicar la infección por completo” por primera vez mi voz mostraba esperanza.
Una alarma comenzó a sonar estrepitosamente.
De los Cobos entró corriendo a la sala.
“Tenemos grandes problemas…” su rostro estaba pálido y su voz temblaba.
“Qué pasa?” Montes sonaba preocupado.
“Hay una invasión zombie masiva…piensan atacar la base…y no son zombies cualquiera…parece que fueron alterados genéticamente, son monstruosidades!” el aliento no le alcanzaba.
“Esto es obra de alguien! Estoy seguro!” Zarco se alzó indignado. “Los zombies no pueden cambiar a menos de que alguien los altere genéticamente…”
“Seguramente es la misma persona que mató a Mile y Asahel…quieren eliminarnos a todos!” Pancho trataba de controlar sus emociones mientras sostenía su puño.
“Tenemos que iniciar un contra ataque! No podemos dejar que acaben con nosotros con tanta facilidad.” Mi voz sonaba imponente.
“De acuerdo…” Montes recupero su seriedad. “Haremos equipos de dos personas para defender…Alcántara y yo nos quedaremos aquí y les brindaremos información panorámica del territorio, procuren no morir…”

Todos comenzaron a correr a tomar armas, desde armas tan comunes como pistolas hasta armas hechas a partir de lo que encontraran. Todos se preparaban para regresar al campo de batalla, algunos con deseos de continuar viviendo, otros con deseos vengativos y otros tratando de mantener la esperanza viva. Todos nos alineamos en el sótano dónde estaban las camionetas; armados, esperando el inicio de una nueva lucha por sobrevivir.

Nosotros hemos llegado tan lejos por algo…en nuestras manos está la posibilidad de terminar con todo, de crear un nuevo futuro para nosotros…Nosotros somos el corazón de la lucha por supervivencia, la muestra viviente de que aún hay esperanza de un nuevo amanecer para la humanidad…

Continuará…

Nuevos Episodios!

Me da gusto decirles que las vacaciones fueron productivas y habrá nuevos episodios este fin de semana. Un pequeño regalo de regreso a clases para los fans de la historia jeje poquitos pero fieles. Espero les agraden!!! Chequen el blog el fin de semana!!!