Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

sábado, 31 de diciembre de 2011

Capítulo 31

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 31 “The Cost of Redemption”

El pasado no se puede cambiar y el futuro es tan sólo una ilusión…todo lo que nos queda es el presente…Pero si el presente esta todo pero bien? Redimir un corazón es imposible, recuperar el presente también?

Vi a Jess directo a los ojos, sentí todo su dolor y su enojo también, pero seamos realistas, ella no tenía la más mínima oportunidad contra mí. Quizá sus motivos eran más fuertes pero ni así lograría vencerme, al menos no sola.
“Por qué lo hiciste Omar? Por qué jugaste con los recuerdos de Laura?” ella finalmente me habló.
“Por la única razón por la que lo haría, para buscar venganza” tenía que sonar imponente ante ella.
Por lo visto aquel comentario había logrado el efecto que buscaba, su enojo estaba más allá de lo que jamás había visto. Ella tomó su rifle de su espalda y lo alzó con fuerza, ella no pensaba dejarme vivir.
“Piensas matarme con eso?” la vi incrédulo.
“Jamás debiste meterte conmigo…” sus ojos mostraban un gran odio hacia mí.
“Sólo inténtalo…” le sonreí con cierta hipocresía.

Pancho caminaba con su hacha en alto mientras destruía los zombies que lo atacaban; poco sorprendido de no haberse topado con algún adefesio creado por Isidro.
“Esto es demasiado sencillo…” dijo con cierta ansiedad.
“Preferirías un reto mayor?” escuchó una voz decir tras de él.
Pancho giró violentamente encontrándose cara a cara con Tovar.
“Tovar…sigues vivo” Pancho dijo sin mucha emoción.
“Exacto, pero ahora tengo la fuerza suficiente para eliminarlos…recuerdas la mutación de Harry? Yo la he mejorado…” dijo con orgullo.
Aquel no era el Tovar que recordaba, éste ya no tenía humanidad, su brazo había aumentado de tamaño, su rostro se había deformado y su cuerpo ahora estaba cubierto de escamas.
“En verdad agradeces lo que te hizo Isidro? Haz dejado de ser humano!” Pancho le dijo con cierta sorpresa y lástima a la vez.
“Claro que se lo agradezco…en el nuevo mundo que creará Isidro, ser humano es una debilidad, él no sólo me salvo la vida, me convirtió en un ser superior a los demás…” Tovar defendía con orgullo su situación.
“Me enferma…lo que Isidro ha hecho” Pancho dijo en voz baja.
“Ustedes no tienen la menor oportunidad contra nosotros…nosotros, somos el futuro!” Tovar alzó su mano y atacó a Pancho, éste sólo pudo esquivar el golpe sin embargo Tovar había logrado rasgar la playera de Pancho.
“Eso estuvo cerca…” Pancho se sintió aliviado.
Tovar soltó una carcajada, “Mis garras tienen un veneno poderoso…un solo rasguño y tú vida terminará”.
Pancho se preocupó, tomó su hacha y lo miró con detenimiento. “Entonces tendré que acabar contigo antes de que me mates”.
Tovar sonrió. “Eso parece una apuesta”.

Laura mientras tanto corría por la facultad hacia la fuente de rectoría, sus pasos trataban de ser lo más largos posibles para recorrer mayor distancia en poco tiempo, tenía que ayudar a terminar con la tiranía de Isidro. Mientras subía los escalones pudo ver una figura a lo lejos, no podía distinguir quién era, su paso se fue lentificando hasta llegar a un alto total. Su respiración agitada, las gotas de sudor recorriendo su frente y un hombre dándole la espalda. Su corazón dio un brinco.
“Julio?” dijo en voz baja.
El hombre frente a ella se percató de su presencia girando lentamente. Sus fríos ojos la miraron fijamente por unos instantes.
“Julio…” ella volvió a decir “Creí que habías muerto…”
Una pequeña sonrisa se formó en el rostro intangible de Julio. “Al igual que tú…Isidro me salvó”.
Laura se confundió. “Él te salvó?”
“Tan ingenua y tonta como siempre…” su voz sonó algo desesperada.
“Entonces…tú…tú eres un experimento de Isidro?” ella pregunto cautelosa.
“Te equivocas” su voz se tornó seria. “Soy la persona que acabará con tú vida” él levantó su rifle y disparó.
Laura sólo logró tratar de esquivar, sin embargo la bala la golpeó en su hombro.
“Julio!” ella le grito sosteniendo su hombro lastimado.
“En verdad crees que algún día me preocuparía por salvarte?” Julio le dijo con desprecio mientras continuaba disparándole.
Laura se alzó como pudo y se alejo de Julio tomando refugio detrás de un árbol. “No…esto está mal…” ella arrancó la manga de su brazo lastimado y se vendó su hombro.
Escuchó como los tiros cesaron por un momento.
Laura se mantuvo firme contra el árbol, escuchando el silencio, creyendo estar a salvo por un instante, de pronto se escuchó un tiro que rozó su mejilla.
“Aquí cavarás tú tumba…” la voz de Julio sonaba más fría que como ella lo recordaba.
Laura estaba paralizada contra el árbol mientras un hilo de sangre recorría su mejilla.

Josué estaba lanzando granadas a los zombies que se le acercaban en el estacionamiento de la facultad de química, se sentía seguro a pesar de encontrarse sólo, él nunca tuvo problemas con eso de trabajar por su cuenta. Lanzó una última granada y se sintió realizado al no ver ningún zombie a su alrededor. Él levantó sus cosas y se preparo para continuar su camino cuando de pronto sintió un tirón en su cuello y pudo tentar un delgado alambre firmemente colocado contra su garganta impidiéndole respirar.
“Hasta aquí llegaste Josué…” una voz familiar resonó en su oído.
Con esfuerzos Josué trató de hablar. “Zarco…eres todo un asesino…no pude ni siquiera darme cuenta de tu presencia…” dijo entre tosidos.
Zarco sólo pudo reírse. “Me encargaré de ustedes…uno por uno…”
La mano de Josué trato de acercarse a su cinturón sin que Zarco se percatará. “En verdad…crees poder…somos muchos…” le dijo con el poco aliento que le quedaba.
“Destruí su base en la peña de Bernal, maté a muchos de mis aliados…esto se llama supervivencia, y la mía es superior a la tuya!” Zarco se preparó para terminar de ahorcar a Josué sin darse cuenta que de un movimiento veloz éste logro liberarse cortando con una navaja el cordón de alambre que lo inmovilizaba. “Cómo demonios…” Zarco parecía sorprendido.
“Lo siento Zarco…No pienso caer sin una pelea” Josué lo miró desafiantemente.
“Como quieras…” Zarco lo miró con desprecio.
Josué tomó un fierro largo que se hallaba junto a su mochila llena de granadas y explosivos y la alzó frente a Zarco. “Sólo uno de nosotros saldrá vivo de aquí…” dijo con una seriedad nunca antes vista en él.

Harry iba corriendo por las orillas de la facultad, estaba siendo acorralado por una horda e zombies guiados por un zombie con una risa particularmente conocida, Genesis.
“Demonios…tengo que encontrar a Isidro” dijo con la respiración agitada. Harry dio un alto y giró para ver de frente a sus persecutores. Trató de forjar una pequeña sonrisa llena de nervios y valor a la vez. Tomó con firmeza sus machetes de su espalda y tomó un último aliento.
“Primero acabaré con ustedes…después seguirá Isidro” dijo con fiereza mientras se lanzaba corriendo contra los zombies y Genesis.
Con movimientos sutiles pero mortales fue cortando los miembros de los zombies, piernas, brazos y por último partía en dos sus cráneos con un golpe mortal de su arma. Finalmente quedaba sólo Genésis frente a un Harry cansado y cubierto de sangre ajena.
“Tú eres su líder…” Harry trataba de recuperar su aliento mientras colocaba sus machetes, que goteaban de sangre enemiga, en una posición para ataque.
El zombie de Genésis sólo lo miraba con la mirada pérdida, sin embargo levanto su cara y lo único que hizo fue lanzar un grito ensordecedor entre llamado de guerra y risa diabólica antes de lanzarse en contra de Harry.
Harry tomó vuelo contra la mujer zombie, trató de colocar un golpe certero en el cuello pero aquella versión zombie de Genésis era demasiado rápida y lograba detener sus machetes con las uñas reforzadas que tenía. No cabía duda de que ella era también uno de los miles de experimentos de Isidro. Pronto sintió como sus machetes salieron volando de su alcance tras un zarpazo de las uñas metalizadas del zombie. Harry permaneció inmóvil mientras el zombie se acercaba con sus uñas en alto apuntando hacia el corazón del pequeño humano.
Las gotas de sudor caían por la frente de Harry mientras su mente corría a mil tratando de averiguar un modo para derrotar a aquella mujer demoniaca. A tan sólo centímetros de su pecho, él se soltó la venda del brazo, era su única opción si quería vivir para una batalla más, aquel brazo mutante hizo su aparición. De un sutil movimiento el brazo se encajo en el abdomen del zombie, tomándola por sorpresa, con otro sutil movimiento lo retiro, dio un giro alejándose del alcance de sus uñas y con otro movimiento al cuello, la cabeza del zombie rodó por los suelos y su cuerpo cayó al suelo.
Harry estaba de pie a un lado de los restos de aquella mujer, recuperando su aliento mientras envolvía nuevamente su brazo con aquella venda inmunda, lo único que resguardaba su parte mutante, su parte infectada por el virus. Recogió sus machetes y continuo su camino, aquel con el que él quería pelear estaba aun lejos de su alcance.

Jess sostenía su rifle en alto, lo acaba de cargar con suficientes balas para acabar con el desgraciado frente a ella. Omar simplemente observaba a la mujer con su mirada decidida a acabar con su vida.
Omar, soltó una carcajada, “En verdad quiero ver como pretendes acabar conmigo con ese rifle”
Jess no respondió nada, se mantuvo serena con una seriedad que jamás había visto Omar en ella. Ella alzó el rifle y comenzó a disparar. Omar se sorprendió pero esquivó la bala con facilidad. “Se te olvida que no soy el mismo que conociste, quizá mis cambios no son notables físicamente, pero te aseguro que ese virus usado en las dosis correctas puede lograr maravillas…sólo ve a Laura, ella mato a Asahel, a Mile y a de los Cobos con una facilidad impresionante…” le dijo tratando de hacer enojar a Jess.
“Dejaste que experimentará en ella!” Jess recupero la mirada furibunda del inicio.
“Simplemente la volvió útil…pensé que sería divertido que ella los matará a todos ustedes, lo que nunca pensé fue que lograrían ponerla en mi contra” la voz de Omar se tornó seria.
“Después de Tequisquiapan, no creí que pudieras caer más bajo…me equivoqué!” Jess tomó vuelo hacia Omar y continuo disparando. Omar parecía sorprendido, cada vez le era más difícil esquivar las balas. Jess estuvo lo suficientemente cerca de él como para poder darle una patada a la coyuntura de la rodilla logrando que Omar perdiera el equilibrio momentáneamente, sin embargo antes de que pudiera darle un certero golpe a la cabeza éste logro tomar su muñeca inmovilizándola contra él.
“Eso es todo lo que puedes hacer Jess…” le dijo al oído.
Jess no podía moverse, la mano que sostenía su rifle estaba igualmente inmovilizada, ella estaba a merced de Omar.
Omar alejo uno de los rizos de Jess y lo colocó detrás de su oreja acercándose demasiado a ella. “En verdad es una lástima…tenía planes para nosotros” le dijo con cierta singularidad.
Jess cerró los ojos tratando de bloquear las palabras que Omar le susurraba. Omar no podía más que sentirse realizado al tenerla finalmente bajo su poder. Jess tomó un último respiro y abrió sus ojos de golpe; una patada a la entrepierna logró desconcentrar a Omar lo suficiente para que los papeles se intercambiarán, con otro certero golpe al estómago con la base del rifle y girándolo para apuntar su cabeza. El brazo izquierdo de Omar estaba inmovilizado y Jess se había colocado frente a él, de modo que Omar no pudiese moverse y tuviese la pistola apuntando justo debajo de la quijada directo a su cerebro.
“Qué decías Omar?” le preguntó con ironía Jess.
“Eres una maldita desgraciada…” Omar le dijo con odio entre dientes. “No tienes las agallas de dispararme”
Jess soltó una carcajada repleta de ironía. “No me retes” Tiró del gatillo y se escuchó una explosión vacía. Jess se sorprendió ante el sonido, su rifle no tenía balas.
Omar había cerrado sus ojos y al darse cuenta que seguía vivo se aprovechó de la situación puesto que Jess seguía confundida por su arma sin municiones. Con otro sencillo movimiento se libero del agarre de Jess y convirtió el rifle en su arma al apoyarlo con ambas manos contra el cuello de Jess impidiendo que ella pudiera respirar y se hallará nuevamente bajo el poder de Omar.

La vida de Vilchis colgaba de un hilo, por una parte luchaba por evitar morir ahogado y por otra evitaba ser el almuerzo de la coordinadora de QFB. Pataleaba y pataleaba en aquella pequeña fuente en frente de la dirección, con ambas manos sujetando el grueso cuello de aquella horrible mujer que lo tenía contra el fondo de la fuente. Entre respiros lograba sacar su cabeza momentáneamente para recibir un poco de oxígeno en sus pulmones ya forzados, no sabía cuánto tiempo aguantaría así. Entre tantas acciones aún trataba de pensar en un modo de acabar con esa repugnante mujer que lo único que lograba era causarle nauseas al recordar como masacro a sus compañeros. En un momento de lucidez, él recordó que tenía una granada en su cinturón, bendito sea Josué que le había regalado una antes de irse a batalla, como bien decía “nunca sabes cuándo te será útil una granada”, palabras sabias. La cuestión era que si liberaba sus manos del cuello grotesco que sostenía para tomar la granada, seguramente la mujer se iría contra su yugular y se acabaría el juego para él. Pero tampoco sabía cuánto tiempo podría soportar en el estado en el que se hallaba. Aquella decisión podría costarle la vida, y morir a manos de aquella mujer era la peor muerte que podría imaginarse. Cerró sus ojos por un momento, tantos recuerdos fluyeron su mente en aquel momento, quizá no sería una muerte dolorosa, pensó por un momento, tal vez él perdería el conocimiento antes de que se lo empezarán a comer miembro por miembro. Al final tomó una decisión, no sabía si funcionaría pero valdría la pena intentarlo, como su amigo Harry le hubiera dicho en esos momentos “Preferible morir siendo un héroe que morir siendo un cobarde”. Una pequeña sonrisa se esbozó en su rostro húmedo y ligeramente pálido. En ese instante soltó sus manos del cuello de aquella monstruosa mujer y con un movimiento rápido logro alzar ambas piernas contra el tórax enorme mientras su cabeza se hundía bajo el agua de la fuente, sus manos alcanzaron su cinturón mientras lo tentaban en busca de la granada milagrosa. Burbujas comenzaron a brotar en la superficie de la fuente mientras las piernas de Vilchis aún sostenían a la mujer alejándola de él, sólo las enormes manos del monstruo tentaban el agua pero sin poder alcanzar a Vilchis. Finalmente, antes de que se le acabará el aire de sus pulmones, Vilchis realizó un último esfuerzo, con todas sus fuerzas logró levantar ligeramente a la enorme mujer, un movimiento sutil pero efectivo para lograr que perdiera el equilibro y cayera de lado, brindándole a Vilchis la oportunidad de levantarse de la fuente victorioso con la granada y tomando una gran bocanada de aire. Sin perder el tiempo se lanzó contra la mujer quien estaba levantándose con dificultad, colocó la granada sin seguro dentro de la boca sangrienta de la coordinadora y se apoyo en su enorme barriga para lograr dar un saltó que lo alejará de la explosión inminente. Vilchis cayó dando una marometa escondiéndose detrás de una banca de piedra antes de oír la ensordecedora explosión y ver como pedazos de la coordinadora volaban esparciéndose por todo el lugar.

Iraís sentía el fuerte agarre en su cuello, aquel monstruo parecía tener la fuerza de dos personas, y ella había dejado caer su katana. Con los pies lejos del suelo lo único que pensó hacer en ese momento fue patear en espera de golpear al zombie lo suficiente como para que la soltará. Logró darle un golpe en el abdomen, sintió el agarre desaparecer. Ella cayó al suelo azotando con fuerza. Rápidamente trato de levantarse pero algo le había agarrado los pies. A unos metros de la ventana y sintió como comenzaba a retroceder. Trató de patalear pero sus pies estaban firmemente agarrados. Ella tomó vuelo y golpeó al zombie en la cara, éste volvió a soltarla. Ella corrió hacia la ventana dando un brincó hacia el salón. Cayó de golpe lastimando su hombro izquierdo. Rápidamente ubicó la katana y la sostuvo con fuerza con su brazo bueno. Pronto el zombie se había adentrado tras ella. Ella lo miró con desprecio con la katana en alto. El zombie tomó vuelo hacia ella nuevamente, ella sostuvo la katana y se lanzó contra él logrando partirlo a la mitad. Ambas mitades cayeron por lados separados. Una nausea embargo a Iraís mientras se quitaba el sudor de la frente. Se las había visto cerca, pero sobrevivió.

Sharon estaba atrapada entre el asfalto y el rifle que sostenía Abraham, él era un zombie pero por lo visto mantenía cierto grado de su inteligencia puesto que nunca había visto un zombie que tuviera un arma de fuego. Sintió como las lagrimas se formaron en sus ojos cayendo como pequeños hilos por sus mejillas. El zombie frente a ella se percató de esto, alejándose momentáneamente. Parecía como si recordará a la mujer frente a él.
“Abraham! Soy yo! Sharon!” ella le suplicaba, “Sé que me recuerdas…”
El zombie titubeo, la voz resonaba en lo que quedaba de su cerebro. Sharon logró levantarse y tomar posición defensiva contra Abraham.
El zombie la miró con confusión, pero el deseo carnal de alimentarse lo dominó y aquel pequeño rastro de humanidad desapareció.
El rifle la volvió a apuntar y continuo disparando, Sharon corrió, su arma estaba lejos pero recordó tener una pequeña arma de mano en su bota. Sabía que la situación no sería fácil, él no perdería fácilmente y ella no podía dejarlo continuar matando. Ella cerró sus ojos, había tomado una decisión, ella lo salvaría, aunque fuera lo último que hiciera, ella lo sacaría del infierno por el que estaba pasando, por su amigo. Dio la media vuelta y alcanzo su arma de su bota y corrió hacia Abraham, esquivó algunas balas, otras rozaron su brazo y su pierna, pero a pesar del dolor ella continuo, finalmente forcejeo con él pero ninguno de los dos pensaba ceder, ambos cayeron al suelo y se levantaron con rapidez. Sharon con su arma contra la frente de Abraham y éste con su rifle contra el estómago de Sharon. Ambos estuvieron inmóviles por unos segundos.
“Ninguno de los dos ganará esta batalla…” Ella dijo en voz baja. “Descansa en paz Abraham…”
Se escucharon dos tiros al unísono. Ambos cayeron al suelo derramando sangre. Sharon sostuvo su herida en el abdomen mientras veía el cielo y lentamente cerró sus ojos.

Jess estaba perdiendo la batalla contra Omar, él la tenía nuevamente inmovilizada con su propia arma. Entre tosidos sentía como lentamente estaba perdiendo el conocimiento, sabía que cuando cerrará sus ojos, todo habría terminado para ella.
“No puedes ni podrás nunca contra mí…” Omar le decía con cierto regocijo.
“No…no me rendiré!” Jess no pensaba dejarse vencer por un maníaco. Logró acercar su mano a su cinturón tomando un cuchillo y clavándoselo en el estómago a Omar.
Omar sintió la fuerte punzada y liberó a Jess dirigiendo su atención al cuchillo enterrado y la sangre que comenzaba a manchar su playera formando una mancha rojiza cada vez mayor. Jess se alejó de él un par de metros, sintiéndose a salvo. Omar retiró el cuchillo, el cual cayó al suelo mientras el sostenía con fuerza la herida viendo de reojo a Jess con dolor y odio a la vez. Jess lo miraba sorprendida, en verdad lo había logrado, había logrado herir a Omar, pero no podía estar segura de su victoria puesto que una simple herida no lo detendría, era Omar.
Isidro observaba la escena a unos metros detrás de un árbol, “No puedo creerlo…” Él tomó su pistola de su cinturón y apuntó directo a la cabeza de Jess. “Parece que tendré que ayudarte…” Preparo la pistola y apuntó con cuidado.
Harry iba llegando corriendo cuando vio a Isidro y sus claras intenciones de asesinar a Jess.
“Jess! Cuidado!” Harry sólo pudo gritar a todo pulmón.
Tanto Jess como Omar voltearon hacia Harry y vieron a Isidro justo cuando jaló el gatillo.
“No!” Omar gritó mientras se olvidaba de su herida y corría hacia Jess.
Jess tan sólo se quedo inmóvil viendo como la bala se acercaba a ella y a su inminente final, ella simplemente cerró sus ojos.
Jess sintió su abdomen húmedo y abrió sus ojos. Ella estaba en los brazos de Omar, su agarre se aflojaba lentamente hasta que él comenzó a caer al suelo con una pequeña sonrisa en su rostro.
Jess se sorprendió, Omar se había interpuesto entre la bala y ella, ella sólo pudo tirarse de rodillas junto a él. “Omar! Por qué lo hiciste…?” una cierta confusión la invadía, en un instante estaba luchando a muerte contra él y en otro él le salva la vida.
“No podía dejarte morir…” sus labios le dijeron.
Isidro notó la falla de su plan. “Estúpido…terminaste muriendo patéticamente” dijo con enojo mientras se alejaba de aquella escena, aún tenía planes por terminar.
Harry corrió hacia Jess. “Estás bien Jess?”
Jess miró a Harry con furia y un rostro cubierto de lágrimas. “Mata al desgraciado…”
Harry la vio y simplemente afirmó con su cabeza mientras corría detrás de Isidro, cumpliría el deseo de Jess, mataría a Isidro. Una razón más para acabar con él.

Ramón se alzó como pudo, con varias cortadas y su cabeza aun punzante por aquellos golpes que Juan Ma le había colocado. Aquel ya no era su amigo, era simplemente otro monstruo modificado por Isidro, si peleaba contra él pensando que era su amigo, perdería de lo contrario tendría la oportunidad de acabar con él y la nula humanidad que tenía.
Ramón no tenía armas más que sus propios puños, los alzó mientras el zombie rojo se dejaba ir contra él Intercambiaron puñetazos azotando contra diferentes partes del almacén. Golpe tras golpe ninguno de los dos pensaba retractarse. Sin embargo era notable la superioridad en fuerza de Juan Ma con respecto a la de Ramón. Otro golpe al estómago lanzó a Ramón contra un estante cayendo junto a unos frascos de reactivos. “Ácido Sulfúrico…” leyó en voz baja mientras tomaba el frasco antes de que el zombie lo tomara del cuello de la playera y lo alzará.
“Necesito una ventaja…” dijo en voz baja mientras derramaba el ácido del frasco en los ojos del zombie. Éste lo soltó mientras caía de rodillas sosteniendo sus ojos, Ramón se alejó a gatas, había logrado quitarle un sentido, pero aún lo podía escuchar. Tras el dolor el zombie rojo comenzó a guiarse por el sonido. Ramón continuaba gateando por el almacén, procurando no hacer algún ruido que pudiera delatarlo.
A lo lejos vio un viejo fierro oxidado, una potencial arma, pensó con certeza. Mientras se acercaba golpeó un pequeño frasco que se rompió. Se detuvo en seco y notó como el monstruo giraba hacia su dirección y se dejaba ir contra él, Ramón se levantó y corrió hacia el fierro tirado. Logró tomarlo justo antes de que el monstruo lo acorralará nuevamente, con el fierro golpeó unos frascos del estante detrás de Juan Ma, derramándose estos sobre su cabeza causándole un gran ardor. Ramón tomó la oportunidad para acorralar al zombie contra la pared y encajar el fierro oxidado en la frente de lo que alguna vez fue su amigo.
El zombie dejo de moverse dejando caer sus brazos mientras la sangre corría por su frente.
Ramón lo miró unos segundos. “Hasta nunca…” dijo mientras se alejaba sosteniendo su brazo herido.

Laura seguía fría ante la idea de enfrentarse a Julio, en sus recuerdos él era alguien importante, después de todo buscó venganza cuando le dijeron que lo habían asesinado. Como deseaba en esos instantes recordar todo lo que había pasado, quizá haría más sencillo que se enfrentará a él, eso pensó en su retorcida mente. Cerró sus ojos, “Seamos realistas…ese Julio quiere matarme, no puedo darle el gusto” se dijo a si misma. Se quitó su chaleco, tomó sus pistolas y salió de su escondite. “Aquí estoy! Y no me matarás!” ella gritó mientras le disparaba a Julio.
Julio sorprendido por su repentina reacción comenzó a contra atacarla. Ella sintió como otra bala raspó su pierna y otra la orilla de su abdomen dejando trazos de sangre. Pero ella también se percató que había logrado darle a su brazo izquierdo. Tiró el cartucho vació y colocó los cartuchos nuevos con rapidez, pero antes de poder disparar nuevamente sintió como el rifle la golpeaba en la cabeza lanzándola contra el suelo. Pudo escuchar como algo caía de su bolsillo. Ella abrió sus ojos, su cabeza retumbaba, vio cerca de ella aquel objeto que se había salido de su bolsillo en la caída, el dije de cruz que Pancho le había dado. Ella se levantó con cuidado, sus cabellos cayendo a la orilla de su rostro, tomó el dije y lo sostuvo en sus manos. Sintió una especie de deja vú, como si aquel objeto guardará sus recuerdos, sin embargo todo parecía borroso aún. Se alzó confundida, tan distraída por el momento que no notó a Julio acercarse por detrás y golpearla nuevamente, ahora en el costado de su abdomen. Del golpe soltó el dije nuevamente, el cual cayó a varios metros de ella. Justo antes de que Julio volviera a golpearla, ella logró tirarlo al suelo con una patada a sus tobillos. Julio azotó en el suelo y su rifle cayó lejos de él. Laura se colocó sobre él con esperanza de inmovilizarlo, tomó su pistola y apuntaba directamente a su frente. Se detuvo por un momento. “No puedes matarme…lo sabes…” Julio esbozó una sonrisa.
Laura se quedó paralizada en el momento. Fue como si aquel momento ya lo hubiese vivido. Sintió como los recuerdos comenzaban a fluir en su mente.
“Tú…me salvaste?”
“Eres una de nosotros después de todo”
“Demonios…me quedé sin municiones…sólo tengo una bala”
“Voy a convertirme en uno de ellos…”
“No…no digas eso, ya verás que regresaremos y Harry y Aldo terminarán la cura y te salvaras…”
“No te engañes…”
“No…me arrepiento de haberte dicho eso…perdón”
“Quiero pedirte un favor… Cuando muera…saca rápidamente una muestra de sangre…y cuando me convierta en uno de ellos…mátame”
Los ojos de Laura seguían perdidos, los recuerdos habían vuelto. Finalmente pestañeó, regresando a la realidad.
“Lo recuerdo todo…yo mate a Julio, él me lo pidió!” su voz sonaba sorprendida.
Julio la veía con seriedad.
“Tú no eres Julio…yo maté a Julio, le di un disparó en la cabeza, estaba infectado…tú no eres Julio!” dijo con fuerza mientras colocaba firmemente la pistola contra la cabeza de Julio. “Tú no eres Julio!” se escuchó el disparo.
Aquella persona que yacía bajo Laura comenzó a deshacerse dejando atrás tan sólo una mancha rojiza en el suelo. “Era un monstruo…” Laura vio el suelo.
Ella se alzó y camino hacia donde estaba tirado el dije y lo tomó mirándolo en la palma de su mano. “Los recuerdo a todos…Jess, Iraís, Harry, Aldo, Ramón, Josué, Vilchis…y Pancho…Pancho!” en ese momento se puso el dije y salió corriendo en búsqueda de Pancho.

Jess estaba de rodillas a un lado del moribundo Omar. La bala había atravesado uno de sus pulmones y la herida en su abdomen seguía sangrando. Jess no podía dejar de llorar, a pesar de todo aún sentía algo por él, a pesar de todo lo malo que hizo, ella no quería verlo morir así.
“Jess…” le dije con suavidad.
“Omar…no te esfuerces…” ella tomó mi mano.
“Quiero que sepas la verdad…tuve que engañar a Laura, si no lo hacía…Isidro la hubiera matado, pero al cambiar sus recuerdos…Isidro acepto dejarla vivir” le dije. “Acepto que al principio todo lo hice con deseos de venganza…que peor que ella misma fuera la que los asesinará…pero cuando la encontré, pude eliminarla, pero no quise…” le dije con honestidad.
“Por qué…por qué te volviste malvado?” ella me preguntó débilmente.
“Jess…no soy el Omar que conociste, ese Omar murió…cambie…mi corazón se lleno de deseos vengativos y maldad…esa es la verdad…” le dije con tristeza.
“Pero me salvaste! No eres tan malo como dices ser…” ella reacciono ante mi respuesta.
“A pesar de todo…no quería verte morir, espero puedas perdonarme por todo lo que te hice” le dije con arrepentimiento.
Jess me miró con tristeza.

Una simple acción puede costarte la vida…o puede brindarte gloria. La redención puede ser un conjunto de las dos? Mientras sentía como con cada aliento mi vida se escapaba…también sentí como me liberaba de aquellas cadenas que el fin del mundo me había puesto…
Continuará…

domingo, 31 de julio de 2011

Capítulo 30

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 30 “Back To Hell’s Gate”

Una sutil brisa nos guía hacia el final…un camino solitario, una ciudad quebrantada y sólo una puerta hacia el infierno…Mientras caminamos hacia nuestro mismo final, incapaces de imaginarnos lo que encontraremos o si viviremos…

El viaje pareció tranquilo, a pesar de la corta distancia pareció durar más de lo esperado. Guiados por aquel viejo jeep donde viajaba Laura; quién creería que seguía viva? Entramos a la ciudad y le dimos la vuelta por el libramiento sur poniente rodeando la zona centro y entrando por la salida a Celaya. La ciudad estaba destrozada, sin embargo, tranquila, nos hicimos paso entre los autos abandonados, ya con señales de óxido, hasta llegar al hospital San José.

Los autos quedaron estacionados afuera, todos salimos y entramos al edificio de vidrios rotos. Nos reunimos en la sala central, armas arriba, esperando el siguiente movimiento.
“Ahora qué Lau?” pregunto Harry.
“Bien, el siguiente paso es primordial…” ella dijo mientras sacaba un mapa de su cinturón y lo colocaba en el suelo. “Isidro tiene vigilados los alrededores…hay cámaras en estas zonas…” dijo mientras marcaba con x el mapa.
“Demasiado precavido…” Vilchis dijo pensativo.
“Lo más conveniente es que se vayan por estas calles…” Laura dijo señalando una ruta alterna. “Deben evitar ser vistos o hacer cualquier escena ruidosa…eso quiere decir que nada de enfrentamientos violentos” ella dijo viéndonos con seriedad.
“Muy bien, entendemos el mensaje, cero peleas” Harry respondió con suavidad.
“Qué hay de ti?” Pancho pregunto.
Laura suspiró. “Yo me adelantaré a la universidad y acabaré con la electricidad, de ese modo podrán entrar sin ser vistos durante el caos” ella dijo con seriedad.
“Y si te descubren?” Jess le pregunto preocupada.
Laura esbozo una pequeña sonrisa. “No se preocupen por mi…yo puedo con esto”.
“Muy bien, en ese caso toma” Pancho le entrego un radio a Laura. “Nos mantendremos en contacto con esto”.
Laura afirmó moviendo su cabeza. “Muy bien tienen exactamente 1 hora para llegar, Isidro no tardará en darse cuenta de mi traición, entonces deben actuar de prisa” finalmente dijo. “Suerte” Harry le dijo con cierto sentimiento.
“Esperemos todo salga bien…” Laura se despidió y se puso sus lentes oscuros partiendo hacia las puertas del infierno.
“Ya la escucharon” Ramón se levantó. “A ponernos en marcha, la operación matar al desgraciado ha comenzado” dijo con una gran sonrisa.
Sentí como por un momento hasta yo me sentía capaz de llevar acabo todo aquello, parecíamos imparables, teníamos una especie de fuerza que nos haría terminar con todo de una buena vez. El sólo pensar en la tranquilidad que vendría del ya no tener batallas, poder recuperar aquella vida que deje. Todo me brindaba una gran felicidad.

Laura llego en el jeep a las puertas de la universidad, éstas se abrieron dejándola entrar, ella continuo, parecía nerviosa pero trataba de controlarse. Muchas vidas dependían de ella, a pesar de no recordarlos, algo la provocaba a querer ayudarlos, eran sentimientos sinceros, tal vez de sus viejos recuerdos, ella quiso pensar.

Dejo su jeep y entro al edificio principal donde estaban los controles de la electricidad. Ella entró como normalmente lo hacía, retiro sus lentes y camino directamente al cuarto, pero alguien la detuvo.
“Tan pronto vuelves de tú misión?” le pregunto Zarco quien se hallaba sentado observando a la mujer.
“Tengo cosas importantes que hacer” ella trato de desviar el tema.
“Entonces deberías reportarte con Omar” parecía que Zarco supiera lo que ella planeaba hacer.
“En un momento…” Laura fue interrumpida bruscamente.
“Zarco! Necesito que me ayudes con u asunto en las celdas de contención…Laura! Volviste” Omar pareció sorprendido de verla.
“Vine a reportarme” por un momento sintió que la suerte la acompañaba.
“Muy bien, en un momento hablamos, Zarco, vamos” Omar se retiro con Zarco siguiéndolo de cerca.
Laura soltó un suspiro mientras se acercaba al cuarto, llego y vio una serie de controles. Finalmente ubico la palanca que buscaba. “Muy bien…” ella tomo el radio. “Listos? Recuerden…es su única oportunidad, tienen 30 segundos para entrar antes de que se active la reserva…aquí va” ella bajo la palanca y todas las luces se apagaron. “Hora de irme” ella salió corriendo alcanzando sus armas y huyendo, si la encontraban, moriría, era hora de buscar a los demás. Sin embargo Isidro la observaba desde lo alto mientras escapaba. “Maldita…” dijo entre dientes.

Comenzó a sonar una alarma mientras todos entraban a la universidad por la puerta principal. Esto capto la atención de Omar y Zarco.
“Intrusos!” Omar parecía sorprendido, “Tenemos que informarle a Isidro!” Omar corrió con Zarco al edificio donde se encontraba Isidro.

Pancho se detuvo de repente frente al grupo armado. “Muy bien estamos dentro, tenemos que separarnos, destruyan todo…y si encuentran a Isidro o a Omar, mátenlos” Pancho respiro profundo. “Traten de no morir…”
Todos lo vieron con cierta seriedad accediendo, parecíamos listos para morir, como cualquier buen soldado. En cuestión de segundos todos rompimos filas y tomamos diferentes caminos destruyendo todo a nuestro paso, fueran zombies, secuaces o experimentos, todo.

En el edificio Omar entro junto con Zarco buscando a Isidro. Finalmente lo hayaron en su oficina cómodamente sentado.
“Tenemos intrusos! Son ellos!” Omar le grito algo agitado.
“Lo sé…”Isidro parecía controlarse. “Tú amiga los dejo entrar…parece que nos ha traicionado”
“Laura…enserio?” Omar parecía incrédulo.
“La vi con mis propios ojos…sabía que debimos matarla cuando tuvimos la oportunidad!” Isidro cambio su expresión a una furibunda.
“Pero…cómo…creí que…”Omar no sabía que responderle mientras Zarco lo veía curioso.
“Ya sabes qué tienes que hacer, mátala!” Isidro le grito. “Y tú Zarco…encárgate de ellos” Isidro les ordenó.
“Sí, la matare…” Omar se retiro con Zarco de cerca.
Isidro se levantó de su asiento y camino a un panel d control. “Es una lástima…pero no puedo poner en peligro todo lo que he hecho hasta ahora” el sonrió mientras bajaba los switches en el panel. “No puedo contar con ustedes…así que mis experimentos se encargarán de todo, incluso de ti y de Zarco” su mirada parecía llena de maldad, finalmente se regreso y tomó una maleta. “Parece que tendré que retirarme…”

Entre el silencio que había en la universidad tras apagarse la alarma, no se escuchaba nada más que nuestras respiraciones. Entre aquel silencio de pronto surgió un extraño sonido que retumbo en nuestros oídos, una especie de mezcla entre una carcajada y el sonido que haría un zombie, parecía un llamado, algo familiar como si alguna vez lo hubiésemos escuchado cuando nuestras vidas eran normales. A lo lejos se vio como una figura femenina, un zombie de seguro, continuaba haciendo ese ruido, aquel zombie asemejaba tanto a Genesis, y su risa parecía ser un llamado que atraía a los zombies…

Ramón corría hacia el almacén con su arma en alto tratando de destruir cualquier cosa en su camino, fuera lo que sea, disparaba su ametralladora sin piedad. Parecía victorioso hasta que un puño rojo de la nada lo golpeo en la cara lanzándolo dentro de las ruinas del almacén.
“Qué demonios…” Ramón se levantó tocando su barbilla adolorida. “Qué fue eso?”
Pronto escuchó unos pasos fuertes acercarse a él. Él simplemente tomó su arma preparándose para lo peor cuando lo vio entrar. Una especie de zombie rojo gigante, demasiado musculoso y con una mirada penetrante, sin embargo, él notó unos rasgos familiares en aquel sujeto.
“Juan Ma?” parecía confundido Ramón. El zombie sólo lo miró antes de plantarle otro golpe que lo lanzó contra un estante lleno de material de vidrio.

Iraís por otro lado iba dentro del edifico 1 buscando zombies y experimentos o lo que fuera. Tenía su katana en alto y en su cinturón varias granadas proporcionadas por Josué. Ella actuaba cautelosa, no quería morir en aquel lugar y mucho menos en una situación como aquella. Su oportunidad de demostrar lo fuerte que es, para que Aldo no tuviera que salvarla de nuevo. De pronto escuchó un extraño sonido proveniente de un salón. Ella se asomó con cautela y vio un monstruo en un rincón alimnentándose. Ella entro y lo enfrento rápidamente.
“Qué demonios eres tú…”se dijo así misma mientras el monstruo se levantaba y le mostraba su rostro.
“No puede ser…” ella bajo su katana lentamente de la sorpresa. “Hacha? Zavala?” frente a ella estaba un zombie con la mitad del rostro de hachita y la otra mitad de Hector Závala. Personajes que conocía, no podía creer que Isidro hubiera hecho eso con ellos.
Ante su sorpresa Iraís soltó su katana quedando indefensa. Parecía no haber peligro pues aquel monstruo se movía como cualquier otro zombie, lento y sin coordinación pero en cuestión de segundos este corrió hacia ella la tomó de golpe y salieron por una ventana. Iraís sólo logró alejarlo de su yugular, pero estaba atrapada.

Vilchis caminaba por un pasillo angosto con salones a su alrededor, cauteloso, los recuerdos de aquel día que todo comenzó lo acecharon por un momento. Aquel recuerdo de la coordinadora de QFB alimentándose de sus alumnos, todo le brindaba nauseas tan sólo de recordarlo. En un instante escuchó un gruñido y de los baños salió una mujer gorda con los ojos en blanco y su boca y uñas embarradas de sangre, la mujer lo miro por unos segundos. Vilchis parecía paralizado al ver a su pesadilla vuelta realidad… “Isidro la mantuvo con vida? Pero si esa mujer…pensé…pensé que había muerto!” Vilchis tartamudeó.
La mujer soltó otro gruñido y corrió hacia él como si tan sólo fuera impulsada por el deseo de alimentarse.
Vilchis brincó hacia el pasto en un lado evitando a la mujer, sin embargo esta se detuvo y lo vio tomando vuelo hacia él. Vilchis se levantó y corrió pero la mujer monstruosa fue más veloz y lo tomó lanzándolo hacia la fuente que había allí. Entre los esfuerzos por no ahogarse y evitar ser la comida de aquella mujer Vilchis parecía inmovilizado.

Sharon caminaba por las orillas de la facultad, muy cautelosa con su rifle automático en alto. Vio como una horda de zombies la acechaban, sabía que no podía correr pues su pierna seguía lastimada pero confiaba en su puntería. Ella comenzó a deshacerse de los zombies con un tiro certero en la frente, parecían ser zombies normales. Detrás de ellos otro zombie se acercó a ella, éste portaba un arma y caminaba diferente que los demás. Ella se ajustó los lentes tratando de ver mejor al personaje que se acercaba, Zarco quizá? Pero para su sorpresa era un viejo amigo, un viejo amigo zombie que caminaba para matarla y posiblemente comerse su cerebro. Ella comenzó a dispararle pero el zombie evitaba los tiros finalmente la alcanzó y de un certero golpe tiró su rifle y a ella en el suelo.
“Guza…Abraham…” no podía creer que un zombie pudiera tener tal inteligencia como para derrotarla con un arma. Estaba atrapada entre el asfalto y el rifle de su amigo zombie.

Laura corría, tenía que alejarse de Omar o Zarco, seguro ya tenía órdenes de eliminarla, pero también tenía que ayudarle a los demás, no pensaba dejarlos solos en su lucha, de cierto modo, ella sentía que debía ser parte de aquello, ella mataría por recuperar sus recuerdos y poder ayudarles. Mientras corría ella tropezó, como traía sus pistolas en la mano, ella azotó con fuerza contra el cemento, raspando su mejilla.
“Muy mal…en verdad pensabas huir? Tú provocaste esto” Omar le dijo mientras ella veía sus pies frente a ella. De un tiró sintió como alguien la levantaba de los hombros y pudo ver el rostro de Omar frente al de ella. “Por qué lo hiciste!? Por qué nos traicionaste?!” Su voz sonaba enojada.
“Me mentiste…” Laura le dijo con sencillez incapaz de decir más.
“Qué te dijeron ellos?!” Omar exigía respuestas.
“Me mentiste sobre todo! Me mentiste sobre mí, sobre Julio y sobre ellos!”Laura no pensaba retroceder.
“Pero te salve la vida, y de eso no te mentí…ellos te abandonaron a tú suerte y yo te salvé!” Omar parecía renegar la situación.
“No te creo…estoy de su lado” Laura lo retó.
“Entonces tendré que matarte…” Omar le dijo con seriedad y seguridad.
“Déjala en paz!” Jess interrumpió confundiendo a Omar lo suficiente para que Laura se liberara de él de un simple golpe.
“Qué haces tú aquí?!” Omar le reclamó.
Jess se interpuso entre Omar y Laura. “No voy a dejarte que le hagas daño…” ella parecía decidida.
Omar la miraba con ojos furibundos.
“Tú…la pusiste en nuestra contra, la utilizaste…cómo pudiste?” Jess le reclamó.
“Le salvé la vida!” Omar le respondió.
“Creo que tú y yo tenemos algo pendiente…” Jess lo volvió a retar.
“Qué no recuerdas que no pudiste contra mí cuando eran 3 contra 1?” Omar soltó una carcajada.
“No te tengo miedo” La mirada de Jess parecía decidida, ella volteo a ver a Laura “Vete, yo me encargo de él…” su mirada se poso fijamente en Omar.
Omar parecía consternado. “Está bien” Laura le respondió y se fue corriendo.

A pesar de ser la batalla final yo aún me sentí incapaz de creer lo mucho que se esperaba de mí en estos momentos. Nunca creí tener un papel tan importante, a decir verdad nunca creí que llegaríamos tan lejos, si ni siquiera creía que saldríamos de Galerías con vida. Sin embargo aquí estaba, caminando con mis audífonos en mi cuello, un caminar lento, procurando observar a mi alrededor. Pronto escuché a alguien llamar mi nombre.
“Aldo” una voz ligeramente familiar. Voltee, no vi nada. “Aldo” volví a escuchar, voltee y vi una figura correr. “Aldo, Aldo, Aldo” Escuché un sinfín de veces. Pronto vi acercarse a mis acechadores. “Poncho…muchos Ponchos” eran una especie de clones de mi amigo, pero había algo extraño en ellos, comenzaron a rodearme, poco a poco se acercaban más, eran fácil 10 o 15 personajes. Traté de retroceder pero me tenían rodeado acercándose más y más. A una cierta distancia se acercaron y se detuvieron. Los miré expectante.

De pronto sus rostros cambiaron y soltaron un fuerte gruñido y saltaron hacia mí. En medio de la locura tan sólo logré protegerme y de un suave golpe logre herir a uno pero pude ver como esbozaba una cruel sonrisa. Antes de que me diera cuenta explotó, simplemente me cubrí tratando de protegerme en el suelo. Al explotar soltó una especie de líquido azulado que logró caerme en un brazo y sentí como me quemaba la piel, incluso sentí el ardor en el músculo. Grite, grite como nunca, aquel dolor era impresionante, no sólo eran zombies clones de mi amigo, también al matarlos explotaban soltando ácido. A qué mente enfermiza se le pudo ocurrir hacer algo así?

Aquel infierno al que nos habíamos metido…No había vuelta atrás, nos enfrentábamos al mismísimo ejército de las tinieblas, destruidos en este lugar…o vivir para un nuevo mañana…en ese momento me sentí lo menos optimista que podía ser…

Continuará…

Capítulo 29

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 29 “The Last Hope”

El final nos acecha…no tenemos ningún arma más que nuestra propia esperanza, aquella que nos mantiene con vida, que nos permite mantener nuestra cordura…al menos la poca que queda…Será posible sobrevivir con sólo esperanza? O moriremos intentando ser héroes…

La figura de Laura estaba sentada sobre una cama individual con sábanas grises, su cara denotaba aún confusión, sus cabellos enredados, su rostro sucio con una mezcla de lagrimas y lodo seco, sus ropas igualmente manchadas. Su cerebro parecía estar trabajando a mil por hora, recordando los últimos sucesos.

Ustedes me convirtieron en esto…”
“Te equivocas…”
“Eres el que asesinó a Julio!”
“No…yo no lo mate…fuiste tú”
“No es cierto! Me estas mintiendo!”
“Si yo hubiera sabido que seguías con vida…aunque me hubiera costado mi propia vida te hubiera salvado!”
“Estas mintiendo! Todos ustedes hicieron un complot! Me usaron!”
“Laura…”
“No me toques…o juro que te mato”


Su mirada seguía perdida. Se abrió una puerta repentinamente, Omar entró con una mirada algo consternada.
“Laura, qué paso? Estás bien?” le dijo mientras observaba el estado deplorable de su compañera. Laura alzó su cabeza para ver a los ojos a Omar.
“Descuida…estoy bien” le respondió secamente.
“Cumpliste tú misión?” Omar le preguntó con un tono un poco más agresivo.
“Logre matar a de los Cobos…pero el otro se escapo” le respondió evitando verlo.
“Recibí noticias de Zarco…él cumplió con su trabajo y…” Omar fue interrumpido bruscamente.
“Te puedo hacer una pregunta?” Laura cambio el tema.
“Qué pasó?” la mirada de Omar parecía fría y preocupada.
“Todo lo que me dijiste…era verdad?” la mirada de Laura se posó en su botas mientras sus manos jugueteaban entre ellas nerviosamente.
La mirada de Omar se posó fijamente en ella. “Por qué tendría que haberte mentido?” respondió con un tono agresivo y a las vez pasivo.
“Sólo respóndeme…” Laura trató de mirar a Omar con firmeza. “Todo lo que me dijiste era verdad o no?” su voz parecía desesperada.
“Estás dudando de mi?” su rostro parecía dolido. “Creí que confiabas en mi…”
“Por favor…” los ojos de Laura parecían suplicar la verdad.
Omar la vió seriamente. “Todo es verdad…yo no te mentiría”
Laura suspiró. “Gracias…eso era lo que necesitaba saber…” su mirada volvió a posarse en sus botas.
Omar la miro confundido. “Deberías limpiarte y curar tus heridas, Isidro quiere vernos…” con esas palabras Omar se retiro. Laura permaneció sentada unos minutos más antes de levantarse y caminar hacia un lavabo con un espejo roto donde se lavo su cara. Ella miro al espejo viendo su reflejo partido, sintiéndose así por dentro. Se seco con una toalla rosa pálido y camino por dónde Omar se había retirado.

Parecía que nuestra suerte sólo empeoraba, aquel enfrentamiento nos dejo sin refugio, muchos heridos, dos vehículos menos y nuestro orgullo destrozado. Después de que la Peña de Bernal volará en miles de pedazos cubriendo medio pueblo, los que sobrevivimos nos reunimos para preparar lo que seguiría, a lo cual todos opinamos en buscar un nuevo refugio por el momento. Lo cierto es que Sharon nos había logrado advertir sobre Zarco y su traición, sin embargo aquella información llego muy tarde, él exterminó a Montes y Alcantara antes de que cualquiera pudiera hacer algo. Cuando llegamos con Pancho en las orillas del pueblo, él parecía cambiado, ya no exudaba aquella sed de venganza, pero tampoco parecía del todo tranquilo, era como si aquella batalla que tuvo, aquella que tomo la vida de Rodrigo de los Cobos, hubiera sido tan intensa, como si hubiera visto un fantasma.
“Contra qué peleaste Pancho?” le pregunte tratando de comprender lo que había ocurrido.
“Ya sabes…unos zombies, nada nuevo” me respondió secamente. Algo en mi interior no me permitía creerle, era como si tratará de ocultar algo. Por un momento pensé que nos diría la verdad, pero prefirió guardárselo, sus motivos tendrá, pensé.
Jess se acercó a él, “Estás herido? Te noto muy raro…”
“Sólo unos pequeños golpes…sobreviviré, hay personas que necesitan más tú ayuda” él dijo tratando de alejar a Jess.
Jess acepto sus palabras y se retiró a continuar ayudando a los demás. Sharon tenía un tiro en su pierna, Harry unos cuantos rasguños al igual que Vilchis y Josué. Iraís estaba lastimada de un brazo cuando cayó del techo de la hummer y Aldo también sólo unos cuantos raspones.

Continuamos por aquellos caminos vacios buscando un lugar dónde descansar. Sin éxito alguno terminamos armando un pequeño campamento a la orilla de la carretera. Algo simple, una pequeña fogata y las camionetas protegiéndonos en círculo.

Un silencio nos rodeaba, únicamente se escuchaba el tronar de la madera al quemarse mientras todos miraban a la nada. Pude observar como sus rostros denotaban preocupación, algo de desesperanza y una tremenda tristeza. Finalmente vi como Jess se preparaba para hablar.
“Y ahora que haremos?” pregunto con cierta melancolía.
“Lo único que nos queda por hacer” Harry respondió, “Tenemos que encontrar a Isidro y matar al desgraciado”.
“Y piensas solamente llegar a las puertas de la universidad y esperar que se deje matar?” Vilchis trato de meterle razón a su amigo.
“A estas alturas dudo que Isidro nos deje entrar a la facultad de química tan fácil como aquella vez…” Aldo dijo casi sin interés.
“Es cierto…aquella vez la facultad estaba abandonada, es sorprendente cómo cambian los tiempos, aquella ves íbamos Jess, Harry, Aldo, yo, Pancho, Asahel, Julio y…Laura” Iraís dijo recordando las muertes de los últimos tres. Noté como la cara de Pancho cambio al mencionarse el último nombre.
“Pero saben…tampoco podemos quedarnos sin hacer nada, no pienso pasar el resto de mi vida escondiéndome esperanzado de vivir un día más” dije con valentía. Note como todos me veían seriamente.
“Tienes razón…por todos los perdidos en batalla, necesitamos pelear una última vez” Pancho se alzó apoyándome.
“Es cierto! Acabemos con Isidro…acabemos con éste virus!” Harry se alzó al unísono.
“Muy bien…” Jess se alzó junto con nosotros, “Si en verdad queremos que sea la última batalla, tenemos que planear todo fríamente, no hay lugar para errores…lo único a nuestro favor sería el elemento sorpresa…todo comienza con cómo entramos a la ciudad y luego a la universidad...” Jess parecía convencida y a la vez dudosa del plan.
“Quizá yo pueda ayudarlos…” una voz fría se escucho detrás de nosotros. Todos volteamos al unísono viendo lo mismo, una mujer con botas negras debajo de las rodillas, pantalón de mezclilla, blusa verde militar, chaleco negro, cabellos castaños y lentes oscuros. La cara de Pancho se volvió pálida.
“Y…quién eres tú?” Harry pregunto consternado viendo fijamente a la mujer frente a él.
Finalmente Pancho habló. “Ella mató a Mile, Asahel y de los Cobos…”
Pude ver como el rostro de Iraís cambio en cuestión de segundos, tomando su katana y lanzándose contra la mujer frente a nosotros. Ella logró derribarla, pero la mujer logro sacar una de sus pistolas. La escena se mantuvo por unos segundos, Iraís apuntando con su katana al corazón de la mujer y ella apuntando a la frente de Iraís con su pistola.
“Tú los mataste? Mereces morir…” La voz de Iraís sonaba furibunda.
“Espera!” Pancho se interpuso entre ellas. “No puedes hacerle daño…”
“Por qué?” Iraís estaba sorprendida y se retiro lentamente.
“Es complicado…véanlo ustedes mismos” Pancho agacho su cabeza.
Todos giramos a ver a la mujer frente a nosotros con odio. Ella alcanzó sus lentes oscuros y los retiró, revelando su rostro familiar a los demás.
Todos miraban sorprendidos, aquella mujer, aquel recuerdo, parecía como un encuentro con un fantasma.
“…Laura?” la voz de Jess se quebró.
La mirada de Laura seguía fija y fría, no parecía mostrar alguna emoción.
Finalmente Pancho volvió a hablar. “Qué haces aquí? Acaso ya nos recuerdas o piensas eliminarnos?” su voz sonaba débil.
“A qué te refieres con recordar quién eres?” Harry pareció confundido.
“Al parecer Laura no murió ese día, Isidro la encontró, ella no recuerda nada pero ellos le lavaron el cerebro haciéndole creer que nosotros somos los malos y matamos a julio…” Pancho le explicó.
“No nos recuerdas?” la voz de Jess resonó.
“No recuerdo a ninguno de ustedes…pero quizá yo los pueda ayudar a entrar a la ciudad y a la facultad de química” ella dijo en voz baja.
“Y por qué nos ayudas?” le pregunte confuso ante su lealtad.
“Quizá no los recuerde…pero estoy segura de que Omar me miente, además yo conozco todo lo que pasa dentro y fuera de la facultad, tengo acceso a códigos de seguridad, rutas y más…puedo serles útil” Por un momento su voz se escucho como la antigua chica que yo conocí.
“En nuestras circunstancias actuales tenemos que arriesgarnos…” Harry propuso.
“Estoy de acuerdo…démosle una oportunidad” les dije.
“Ramón, en verdad crees que…” Jess parecía confundida.
“La mantendremos vigilada…no tenemos nada que perder” le sonreí esperando tranquilizarla.
“Qué pasa? Por qué el alboroto?” Sharon llego a la fogata apoyándose en una muleta.
“Sharon!” Jess reacciono, “Tienes que descansar…tú herida…”
Ella fue interrumpida por Laura. “Sharon?”
“Laura?” Sharon pregunto, “Pensé que estabas muerta…” su rostro parecía confundido.
El rostro de Laura se lleno de calidez cuando ella corrió y abrazo a Sharon. “Sharon! Que bueno que estés bien…que bueno…”
Pancho pareció confundido. “La recuerdas a ella?”
“Sí…sé que parece raro pero sólo recuerdo a Omar, a Julio y a Sharon…” Laura les dijo con sinceridad.
Harry habló. “Entonces tus recuerdas se quedaron estancados ahí? En esa época…”
“Tal parece…Omar trato de llenar ese hueco con memorias…pero creo que todas son falsas” Ella dijo con un tono más sobrio.
“Entonces…cómo piensas ayudarnos a entrar a la ciudad sin ser vistos?” le pregunté.
“Cómo ustedes mismos dijeron, lo único que tienen a su favor es el elemento sorpresa, sin él, cualquier ataque a Isidro fallaría, él tiene un ejército de zombies, más sus experimentos…él tiene control sobre la zona centro y sus alrededores, la única forma sería entrar por el sur, llegamos hasta el hospital San José y de ahí tienen que moverse a pie, de lo demás me encargo yo” una sonrisa se mostró en su rostro.
“Y cómo le harás para que él no sepa que lo traicionas?” Vilchis preguntó curioso.
“Mi misión son ustedes” ella respiro hondo “Debo mantenerlos vigilados, evitar que se acerquen a la ciudad hasta que Isidro decida destruirlos…pero Omar confía en mí” ella dijo con cierta confusión.
“Pretendes mantenerlo informado con mentiras…?” Iraís pregunto consternada.
“Ojo por ojo…él está haciendo lo mismo conmigo, estoy segura que me está mintiendo sobre mis recuerdos…” ella dijo melancólica.
Hubo un momento de silencio. Decidí romperlo. “Entonces mañana partimos a Querétaro…para la última batalla” mi voz sonó decidida e inspirada, me sentí orgulloso. “Por ahora descansemos…se avecina el infierno, pero podemos vencer…debemos tratar” Harry se unió a mi discurso de inspiración.
“Mañana temprano…” Laura sonrió y se retiro.
“A dónde vas?” Jess le pregunto.
“Dormiré en mi jeep” se retiro simplemente.

Todos parecían algo intranquilos, yo yacía enfrente de la fogata, 1ra guardia, pensé. Todos trataban de descansar, cuando noté que Pancho se levantó y se alejo. Ni siquiera lo detuve, sabía lo que trataba de hacer, trataba de recuperarla. Suspiré mientras observaba el cielo estrellado, el mundo parecía estar al borde del final, sin embargo las estrellas continuaban brillando como si no hubiera ninguna preocupación en el mundo más que brillar. Una última batalla dónde nos jugaríamos todo por lo que hemos estado luchando desde el primer día del fin…regresé mi vista a la fogata.

Sentí como alguien se acerco y se sentó a mi lado. “Iraís…” dije tranquilamente al ver a la mujer sentada a mi lado. “No puedes dormir?”
“Algo así…” ella me respondió secamente.
“Qué pasa? Sigues sorprendida por Laura o…preocupada por la batalla que se avecina?” le pregunte tratando de hacerla sentir cómoda conmigo.
“Es un poco de todo…creo que me preocupan las vidas que se perderán, me tiene consternada el hecho de que Laura haya asesinado a Mile, Asahel y de los Cobos pero no siendo la persona que conocíamos…me preocupa no ser lo suficientemente fuerte para sobrevivir…” ella se desahogo en un momento.
Suspiré. “No te preocupes tanto, hemos llegado hasta aquí, la vida seguirá su curso…no estás sola” esboce una sonrisa.
Ella me sonrió. “Te puedo acompañar?”
“Claro, es bueno tener compañía” le dije con cierta alegría.

En una casa de campaña trataba inútilmente de dormir Jess. Finalmente se levantó y salió sólo para encontrarse a Harry afuera.
“Harry, qué haces aquí?” le pregunto sorprendida.
“Supuse que no podrías dormir y querrías alguien con quien hablar” dijo él despreocupadamente.
Jess sonrió. “Tú tampoco puedes dormir verdad?”
“Para nada…sólo en pensar todo lo que pasó Lau, lo que nos espera mañana…”Harry sonrió. “Acaso no te da miedo Jess?”
“Qué tendría que darme miedo?” Jess trató de sonar fuerte.
“Yo tengo miedo de perder el control y que el virus se apodere de mi por completo y los mate…” Harry sonó sincero.
Conmovida Jess también habló con sinceridad. “Tengo miedo de Omar…”
“Cómo puedes tenerle miedo! Deberías de querer enfrentarlo por todo que te hizo a ti y a Lau!” Harry se tranquilizó. “Jess…eres una mujer muy fuerte y no debes permitir que un hombre te provoque sentimientos así, en algún momento hubo algo diferente pero lo importante es el ahora y tienes que pensar en ti”
“Harry…” ella lo observaba expectante.
“Sólo digo, no debes tenerle miedo” él sonrió.
Jess lo abrazó, sintiéndose afortunada de tener un amigo como él.

Pancho camino hacia el jeep viejo dónde pudo ver a lo lejos como Laura hablaba por su radio.
“Los estoy vigilando ahora mismo…se encuentran a 10km de Bernal, dudo que tengan intenciones de moverse, tienen muchos heridos…de acuerdo, adiós” ella apago su radio con un fuerte suspiro.
“En verdad le estás mintiendo…” Pancho le dijo en voz baja.
“Es necesario…tú qué haces aquí?” ella respondió a la defensiva.
“Yo…quería platicar” él respondió con simpleza.
“Por favor no trates de confundirme más de lo que estoy…en verdad no logro recordar nada” ella le suplico.
“No te preocupes…”Pancho se recargó en el jeep. “Sólo quería darte algo…”
Laura se colocó a su lado. “Qué cosa?” pregunto curiosa.
Pancho metió su mano en uno de sus bolsillos y saco el dije en forma de cruz. “A decir verdad, era tuyo…” él se lo colocó en el cuello donde ella solía usarlo.
“Gracias…” su voz parecía quebrantarse.
“Nos vemos mañana…” Pancho se preparó para retirarse.
“Espera…” Laura lo llamo. “Siempre fuiste tan bueno conmigo?”
Pancho sonrió.

Al día siguiente todos estaban ocupados desde el primer rayo de luz, preparando las camionetas y recogiendo el campamento. Se notaba una cierta emoción y a la vez un suspiro de temor. Sin embargo, los valientes podrán no vivir mucho pero los cautos no viven nada, ese día, todos decidimos ser los valientes sin importar las consecuencias. Nos acercábamos a la última batalla, y no pensábamos perder.


No sé que se avecine…no sé si triunfaremos o pereceremos en el intento, pero sólo estoy seguro de una cosa, no nos rendiremos hasta que caiga la última gota de sangre o que la última esperanza se desvanezca…mientras tanto lucharemos sin miedo…por un nuevo mañana…


Continuará…

martes, 7 de junio de 2011

Capítulo 28

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 28 “Existence in the Shadows”


Mentiras y Verdades…Un Corazón Olvidado… Aquel vago recuerdo sigue atormentando mis noches, incapaz de recordar mi propia esencia, perdida en esta irrealidad donde soy solamente un arma desechable…

Dos hombres caminaban por los alrededores de un desierto donde se observaban las claras huellas de una batalla a su alrededor. Había sangre, cuerpos degollados y destrucción. Aquellos eran los restos del pequeño pueblo de San José de Iturbide que había sido arrasado por los muertos vivientes y una pelea entre vivos. Las dos personas caminaban cautelosas por las orillas del pueblo acercándose a un acantilado con restos de pólvora quemada a su alrededor.
“Seguro que por aquí fue?” un hombre delgado pregunto con voz queda.
“Estoy seguro, aquí fue donde hubo una explosión y perdí la señal de Toño” dijo un hombre más robusto con voz fuerte.
“No puedo creer que lo derrotarán…” el hombre delgado se sentía decepcionado. “Él era el hombre invencible…mitad robot…y destruido”
“Isidro, nos tomaron por sorpresa pero no volverá a pasar…” el hombre robusto sonaba decidido.
“Omar, tenemos que acabar con ellos o nuestros planes corren el riesgo de ser saboteados” Isidro lo miro seriamente.
“Lo sé” Omar lo miró fijamente, “Ellos tienen que morir”.
Isidro aparto su mirada de la de Omar y volvió a posarla sobre el acantilado. “Quizá…podría reconstruir a Toño” dijo algo pensativo.
Omar fijo su vista en el acantilado. “En verdad crees que hayan quedado restos de él?”
“Quien quiera que lo haya destruido, supo exactamente como acabar con él permanentemente…” Isidro hizo una pausa, “Una bomba, es la única respuesta”.
“Quién lo habrá destruido…?” Omar pensó por un breve momento. “Pancho o Ramón…no creo que algún otro pudiera aguantar más de un minuto contra él.”
Isidro continuo con su mirada fija en el acantilado. Finalmente habló. “Te equivocas…no fueron ellos”.
“Cómo lo sabes?” Omar sonaba indignado.
“Por que la persona que lo destruyó esta haya abajo…” su mirada estaba fija en un pequeño bulto que yacía en una orilla del acantilado.
“Bromeas verdad?” Omar sonaba incrédulo.
“Velo por ti mismo” Isidro lo desafió.
Omar se acerco al acantilado y fijo su mirada donde Isidro le había indicado que yacía el cuerpo del asesino de Toño.
“No puede ser…ella?!” No podía creer lo que veía ante sus ojos. Con cuidado Omar comenzó a bajar por el acantilado, incapaz de creer lo que sus ojos veían. Finalmente llegó a la zona donde el cuerpo yacía aparentemente sin vida, Isidro lo seguía de cerca.
“Parece que la explosión también la mató a ella” Isidro no sonaba muy sorprendido.
Omar tomó con cuidado a la chica y pudo percibir un ligero movimiento.
“Está viva…” Omar sonaba sorprendido.
“Con esas heridas…no durará mucho” Isidro se dio la media vuelta. “Déjala, pronto dejará de respirar”, su voz sonaba fría.
“Podría sernos útil” Omar captó la atención de Isidro.
“Cómo?” Isidro sonaba interesado.
“Si la salvas, la podemos usar para atraerlos…y destruirlos” Omar trataba de convencerlo.
“No será que no quieres dejarla morir?” Isidro sonaba insatisfecho.
“Aunque haya destruido a Toño, no puedo dejarla así…te aseguro que nos será útil” Omar hizo un último intento.
“De acuerdo, la llevaremos al laboratorio…pero si intenta traicionarnos, tú la mataras personalmente” Isidro sonó desafiante.
“Está bien” Omar acepto y colocó el cuerpo de la chica en sus hombros y se retiraron de aquella zona de batalla sangrienta.

Tuve un sueño particularmente extraño, soñé que los zombies habían destruido al mundo, soñé que toda la esperanza se había perdido y que nuestras vidas habían cambiado completamente debido a ello convirtiéndonos en nómadas que luchaban contra la infección. Era uno de esos sueños tan lúcidos que a veces dudas si estás dormido, de aquellos sueños que puedes sentir el aroma de la sangre putrefacta mezclado con el aroma de la pólvora en tus manos. De esos sueños que juras que son sueños de lo imposibles que parecen.

Desperté. Mis ojos se sentían pesados y algo hinchados, como si llevará durmiendo mucho tiempo, la luz de halógeno me deslumbraba, impidiendo que pudiera identificar las cosas a mi alrededor. Parpadeé un par de veces antes de darme cuenta que estaba en uno de los laboratorios de la facultad; me levante con cuidado y pude ver que mi cuerpo se hallaba vendado y usaba ropas blancas, combinando con el cuarto. Sentía dolor en mi espalda y abdomen y noté que mi cabeza estaba vendada a la altura de mi frente, la toque y sentí una punzada de dolor. No entendía lo que ocurría.
“Despertaste al fin…” una voz particularmente familiar sonó detrás mio. Gire para confrontarlo. Era Omar.
“Omar…Qué está ocurriendo? Por qué estoy aquí?” mi voz parecía suplicarle respuestas.
“En verdad no sabes por qué estás aquí? No te hagas la ingenua…” su mirada era una mezcla de confusión y coraje.
“Por qué me ves así?” No lograba comprender lo que ocurria.
Omar cerro sus ojos y con un rápido movimiento me tomo de los hombros contra la pared. “En verdad no sabes qué esta pasando?” me miro directo a los ojos.
Me sentía intimidada. “No lo sé…” sentí como mis ojos se llenaban de lagrimas de confusión y temor.
“Qué es lo último que recuerdas?” Omar trato de tranquilizarse.
No podía pronunciar una sola palabra, finalmente un sonido salió de mi boca. “Mañana…mañana es el final de algebra”
La mirada de Omar se torno pálida, como si aquello que le dije fuera algo inaudito. Sentí como dejo de sostener mis hombros y se alejo con una mirada perpleja, dando la vuelta y recargándose sobre una mesa.
“En qué semestre vamos?” pregunto con simpleza.
“Vamos a terminar primer semestre…” mi voz sonaba tan inocente. No hubo respuesta de parte de él. “Qué paso? Dónde están Sharon y los demás?” trate de recuperar su atención.
Finalmente Omar se alzo aún dándome la espalda. “Lau…vamos en 6to semestre, el mundo se acabo…”
Sus dos oraciones me tomaron por sorpresa, 6to semestre, eso quería decir que había olvidado 5 semestres de mi vida, había olvidado lo que había pasado en 2 años y medio. El mundo se acabo…no lograba entender lo que su oración significaba. Tan sólo lo mire, ahí de pie, evitando verme, quería respuestas, quería saber qué había pasado…cómo llegue a estar en ese estado. Mi visión se nublo, sentí como lentamente perdía la noción de mi alrededor, lo último que vi fue la mirada fría de Omar viéndome caer.

“No recuerda nada?” Isidro jugaba con una pluma en su escritorio mientras Omar le describía la situación de su rehén.
“Parece que su memoria se quedo en 1er semestre” Omar le respondió serio.
“Tú la conoces mejor que yo, podríamos usar esto a nuestro favor?” Isidro parecía interesado.
“Creo que sí, todos los que eran sus compañeros, Jess, Iraís, Aldo, Pancho, etc, los conoció mucho después…sólo recuerda a Sharon” Omar le respondió con honestidad.
“Entonces…podríamos ponerla en contra de ellos, podríamos hacerla creer que nosotros somos la resistencia y ellos son los malos de la película…” una sonrisa se formó en el rostro de Isidro.
“Podemos utilizarla para destruirlos…” Omar sonaba serio.
“Muy bien, encárgate de ponerla en contra de ellos...del resto me encargo yo, te aseguro que no podrán contra ella” su voz denotaba una alegría inminente.
“Sólo no experimentes con ella, no quiero que termine como Tovar…” Omar mostro algo de humanidad.
“La ciencia necesita sacrificios para tener éxito…Tovar fue uno de ellos…descuida, tan sólo le dare un poco de ventaja, nada que no pueda tolerar...” Isidro parecía satisfecho.
Eso a Omar no lo dejaba tranquilo, pero por lo pronto tenía otro plan en mente.

Aquel cuarto parecía tan desolado como siempre. Me alcé, me sentía aún algo mareada, de pronto me alarme al sentir otra presencia cerca y pude ver a Omar sentado en una silla observándome.
“Hasta que despiertas…” Omar me dijo algo serio.
“Perdón…” me disculpe insegura de lo que ocurría.
“Te estás disculpando por dormir? No lo hagas…” Omar por un momento respiro y sonó más relajado. “Mereces una explicación, me tomaste por sorpresa…creí que tratabas de engañarme…después de todo, estabas con el enemigo”
“Cómo? Explícame…” No entendía sus palabras.
“Lau, hubo una infección masiva, la gente se convirtió en zombies, hubo un caos total y la poca gente que sobrevivió se unió, sin embargo cuando todo ocurrió tú te uniste a las personas menos adecuadas…” su voz me tranquilizaba, sentía que me explicaría todo. “Lo cierto es que estabas con personas que sabían esconder sus verdaderas intenciones, también estaba Julio…primero a él lo mataron, haciéndote creer que fue tú culpa para que con ese sentimiento te pudieran seguir utilizando, al final te abandonaron a tú suerte para que fueras comida por un zombie…pero yo te encontré y te salve”.
Sus palabras resonaban en mi mente. “Mataron a Julio y después te dejaron a tú suerte para que fueras comida por zombies”
Sentí como las lagrimas se formaban en mis ojos, trataba de mantener el control de mis emociones pero no era posible, sabía que tenía que hacer algo, no podía quedarme así, la persona que quería estaba muerta, ellos lo mataron, y yo, tan sólo fui utilizada y abandonada. Tomé las riendas de mis sentimientos y miré fijamente a Omar, mi mirada tan decidida como nunca, con un deseo de venganza incomparable.
“Quién lo mato…Quién mató a Julio?” le pregunte con furia.
Omar esbozo una pequeña sonrisa. “Se llama Pancho”.

Aquellos sentimientos invadían mi corazón, en aquel momento tan sólo quería recuperar mis recuerdos, quería destruir al asesino de la persona que quería…quería demostrarles a las personas que me utilizaron que se habían metido con la persona equivocada…tantas cosas…sin embargo estaba tan cegada, que no sabía que aquello era tan sólo una mentira…

Continuará…

viernes, 29 de abril de 2011

Capítulo 27

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 27 “The Face Behind The Mask”

En medio de una pelea en la que nuestras vidas cuelgan de un hilo, y lo único en mi mente es un deseo de venganza…Si pudiera encontrar a aquella persona…Si pudiera tenerla frente a mí…No estoy seguro si reaccionaré humanamente…Mi venganza…

Corría. Al fin había logrado quitarme a la manada de perros infectados y ahora corría esperando poder rescatar a Rodrigo de los Cobos. Para mi suerte vi que seguía tirado luchando contra las tres bestias que aparentemente iban por su yugular. Me acerqué y con un suave movimiento del hacha fui quitando uno por uno de encima de él, los perros cayendo con su garganta cortada.
“Pensé que no viviría…” de los Cobos se alzó con cuidado.
“Descuida…somos equipo, no te dejaría morir tan fácilmente” esbocé una pequeña sonrisa.
“Gracias…” sus palabras fueron cortadas cuando una bala penetró el centro de su frente y él cayó muerto a mis pies.
“No! Qué pasó?!” estaba sorprendido, giré a todas partes, una bala…un zombie no puede hacer eso…sólo…sólo…un humano. Fije mi mirada en un balcón de una casa, una mujer me miraba fijamente con la pistola en alto apuntando hacia mí, su rostro cubierto por unos lentes oscuros y su cabello recogido con una gorra verde olivo. Sin duda, esa persona era la culpable de la repentina muerte de Rodrigo de los Cobos y seguramente también de la de Mile y Asahel…
“Tú!” le grite con el hacha firmemente en mis manos. “Tú lo asesinaste!”
Sólo vi como una sonrisa se formó en los labios de aquella mujer, burlándose de mí.
“Ven y pelea conmigo!” le grite, sentía la furia correr por mis venas.
La mujer bajo su arma y salto del balcón cayendo con suavidad en el suelo rodeado de zombies muertos. Me vio y luego empezó a correr.
“Espera!” la seguí, esta era la oportunidad que buscaba, la oportunidad perfecta de vengar a Mile, Asahel, de los Cobos y…ella.

Vilchis estaba de pie inmóvil mientras aquella criatura se acercaba a él con cautela. “Uno para cada uno de nosotros…” Vilchis sonrió con algo de ironía, “Esto fue planeado…lo sé…”
“Vilchis! No seas idiota! Tenemos que luchar, no podemos dejarnos vencer por unos mutantes…” Harry levantó su voz tratando de calmar a su amigo.
“Harry tiene razón…” Josué apago su cigarro con el pie. “Tenemos que luchar hasta el final…”
“Y qué hay de las municiones? No tenemos nada…” Vilchis sonaba desesperanzado.
“Al diablo con las municiones…” Harry arrojó su ametralladora vacía, “Hemos sobrevivido sin municiones antes…” Harry sonrió y de sus espaldas sacó dos machetes. “Como los viejos tiempos no crees?”
“No debes pelear mano a mano…tú brazo” Vilchis trataba de convencer a Harry quien cortó su oración.
“Prefieres que me quedé con los brazos cruzados y sea devorado por esa cosa?!” Harry perdió la paciencia. Vilchis lo miró con seriedad.
“Vilchis…vivir ahora es lo más importante y para ello tenemos que destruir esas lagartijas mutantes” Josué sonó inspirador mientras arrojaba sus dos ametralladoras y sacaba un rifle de su mochila.
Vilchis no dijo nada, sólo soltó su arma y tomó de su cinturón una pistola de clavos adaptada por él mismo. “Bien…entonces sobrevivamos!”
Las tres bestias se lanzaron contra sus contrincantes. Harry cayó al suelo con la bestia sobre él, deteniéndola solamente los machetes en manos de Harry mientras la lengua se hacía camino al rostro de Harry.
“Esto…no es bueno…” Harry luchaba por alejar al monstruo, finalmente pudo mover uno de los machetes arrancando la lengua del monstruo que cayó a un metro de él aún retorciéndose. La bestia retrocedió y Harry con confianza se arrojo a la bestia sobre su espalda tratando de domarla con el machete entre los dientes del mutante. Finalmente con un brusco movimiento jaló el machete rompiendo la quijada del monstruo y abriendo su cabeza en dos. Harry se levantó triunfante mientras clavaba el otro machete en el cerebro de la bestia.
Josué estaba sobre el techo de la camioneta mientras el animal se hacía camino por el cofre del vehículo. Josué disparaba su rifle pero no lograba matar a la bestia.
“Eres duro de matar…” dijo con cierta ironía.
El mutante se lanzó contra él tirándolo de la camioneta. “Un poco rápido no crees? Invítame una cerveza al menos…” sus chistes no eran del todo adecuados. El monstruo solo intentaba comérselo. “Suficiente…” Josué se tornó serio y tomó de su cinturón una granada metiéndola justo en la garganta del monstruo y de una patada se lo quito huyendo detrás de la camioneta protegiéndose de la explosión. “Dos menos…falta uno” sonrió y encendió un cigarro.
Vilchis corría mientras sentía como el monstruo aceleraba el paso detrás de él; la lengua del monstruo se ató al tobillo de Vilchis y el azotó con gran fuerza sobre el cemento. Él trató de girar rápidamente antes de que el monstruo fuera por su cuello o alguna parte de su anatomía.
“Demonios…” Vilchis había soltado la pistola de clavos y ésta yacía a dos metros de él mientras con los pies trataba de quitarse al mutante de encima. Su mano pudo alcanzar una piedra y con ella golpeó la frente del monstruo lográndose liberar momentáneamente, el tiempo justo para levantarse y tomar el arma. Giró y disparó al monstruo continuas veces. El monstruo con su rostro cubierto de clavos cayó hacia atrás sobre una motocicleta abandonada. La gasolina se derramó sobre la bestia que aún se retorcía. Vilchis observaba expectante cuando vio como un cigarro encendido caía sobre la motocicleta y esta explotaba. La explosión lanzó a Vilchis al suelo, cuando logró levantarse pudo ver que Josué y Harry lo ayudaban.
“Pensé que necesitarías ayuda…es en estos casos cuando es bueno fumar no crees?” Harry le explico animosamente.
Vilchis simplemente sentía un gran alivio, una sonrisa se formó en sus labios.

Iraís se enfrentaba con valentía a los zombies que se le acercaban. Parecía que el tener la katana en sus manos le deba una confianza que la volvía una asesina sin piedad de zombies. Las cabezas caían, había chorros de sangre por doquier. Aldo observaba esto desde las alturas del techo de la hummer donde trataba inútilmente de disparar pues estaba sorprendido al ver como Iraís se encargaba de los zombies. Pronto algo desvió su mirada, unos tentáculos enormes se alzaban sobre su amiga.
“Iraís! Cuidado!” la advertencia de Aldo llegó tarde. Los tentáculos habían envuelto el cuello y las extremidades de Iraís, su katana yacía solitaria en medio de unos arbustos.
Aldo brincó de la camioneta y sin importarle los zombies, comenzó a dispararle a aquella cosa que tenía a Iraís. Las balas parecían no hacerle daño y el rostro de Iraís se volvía pálido, casi una tonalidad azulada, estaba siendo asfixiada.
“No puede ser…” Aldo botó la ametralladora. Viendo a su amiga así, no le quedaría mucho tiempo, era el momento de hacer algo valiente. De reojo pudo ver la katana brillar con un tono escarlata de la sangre derramada. Aldo corrió y con un brinco subió a un tsuru viejo y se lanzó contra los arbustos tomando la katana. Los tentáculos fueron cortados con la belleza que sólo podía lograrse con una katana. Iraís sintió el aire regresar a sus pulmones mientras caía de rodillas frente al monstruo y Aldo le cortaba la cabeza al mismo.

Iraís respiraba agitadamente mientras trataba de recuperar el oxígeno perdido. Aldo pateó la cabeza del monstruo mientras se acercaba a ella.
“Estás bien?” le pregunto con simpleza. Iraís movió su cabeza en forma de afirmación. “Toma…fue útil” Aldo le dijo mientras le entregaba su katana y la ayudaba a levantarse.

Seguía corriendo, podía ver a la mujer frente a mí, su agilidad era sorprendente pero mi deseo de venganza me impulsaba a seguirla, a no perderla, me enfrentaría a ella. Finalmente la mujer se detuvo en un pequeño claro a las afueras de la ciudad. Sentía mi respiración agitada, jamás había corrido tanto.
“Tanto quieres vengar a tus amigos?” su voz sonaba fría pero con una extraña familiaridad para mí.
“Tú mataste a Mile y Asahel…no es así?” le dije con una voz firme, inquebrantable.
“Se metieron en asuntos que no les importaban…por eso los elimine” su voz tenía un tono de satisfacción que me disgustaba.
“Ellos…ellos no merecían morir!” sentía la furia en mi sangre.
“Qué harás al respecto? A este paso eliminaré a todos tus amigos…y luego a ti” aquello sonaba más a una amenaza.
“Te mataré con mis propias manos…” sin pensarlo dos veces me lancé contra la mujer con mi hacha en alto.
Traté de herirla pero ella lograba esquivarme, tenía sus pistolas en las manos pero de una patada logró derrumbarme.
“Eso es todo? Que aburrido…” me trataba de provocar, y lo había logrado.
Con un sutil gruñido me levanté y lancé mi hacha a un lado, corrí hacia ella. Comencé a contra atacar, finalmente era humana, no podía morderme, no había razones para mantener la distancia. La tomé desprevenida y logre colocarle un golpe justo en la cara, sus lentes oscuros salieron volando, ella voló hacia atrás, su gorra también salió volando y sus cabellos oscuros cubrían su rostro, cayo boca abajo sobre la tierra. Pude sentir como la tormenta iniciaba, las gotas de lluvia cubrían mi rostro, mis cabellos pegados a mi sien. Ella seguía boca abajo, no pudo haber muerto de un golpe así, quise acercarme pero note como se empezó a mover y lentamente alzarse, sus cabellos cubrían los costados de su rostro. Finalmente se alzó y me vio a los ojos con un odio indescriptible, sentí un golpe en mi corazón, su rostro, su mirada, sus ojos…
“…Laura?” mi voz se quebró.

Jess y Ramón se escondían detrás de la silverado.
“Por qué no muere?! Ya no tenemos municiones…” la voz de Jess sonaba desesperada.
“No lo sé…tenemos que pensar en algo” Ramón trataba de mantener la cordura.
“Esa cosa…cómo la matamos?!” Jess sostenía su cabeza.
“Es un zombie…debería de morir igual pero ya le disparamos en la cabeza una infinidad de veces…” Ramón fue cortado cuando el monstruo lo tomó y lo lanzó con fuerza.
“Ramón!” Jess grito desesperadamente mientras se trataba de alejar del monstruo. “No me toques!” sacó de su bota un cuchillo y lo apunto al monstruo.
Aquel monstruo escuchaba la respiración de Jess y colocó una de sus garras en el cuello de Jess listo para degollarla. La bestia se alejo cuando Ramón se lanzó contra él a sus espaldas tratando de alejarlo de Jess.
“Jess! Corre!” Ramón grito mientras sostenía el cuello del monstruo.
Jess no podía pensar claramente pero logró alzarse y en medio de la adrenalina clavó su cuchillo en lo que aparentaba ser la frente del mutante. Al sentir el dolor de un golpe lanzó a Jess contra la camioneta y luego arrojó a Ramón al suelo y comenzó a darle zarpadas en el pecho destruyendo su playera blanca. Jess despertó y vio como el monstruo estaba a punto de destripar a Ramón, fue entonces que vio la camioneta y se le ocurrió una idea.

Una piedra golpeó la cabeza del monstruo haciendo a éste girar y ver a Jess.
“Ven…sígueme!” y Jess se trepó en la caja de la camioneta donde trataba de encender un pedazo de dinamita con un encendedor.
“Vamos…enciende…” Jess sentía las gotas de lluvia caer en su playera, el monstruo había dejado a Ramón y corría hacia ella. Finalmente encendió y la cubrió con su chamarra de piel y justo cuando brincó del carro el monstruo brincó dentro de la camioneta. Jess se alejo con cautela evitando hacer ruidos, el monstruo tomó su chamarra y comenzó a devorarla…
“1…2…3!” y Jess corrió hacia Ramón mientras la dinamita explotaba con todo y la silverado y Jess brincó hacia Ramón cayendo sobre él, tratando de cubrirlo de la explosión.
“Ramón…estás bien?” su voz sonaba más desesperada.
Ramón gruñió del dolor, su abdomen estaba lleno de heridas, él alzó su mirada y la vio, “Sobreviviré…” Jess sonrió.

“Jess!” se escuchó un grito a lo lejos.
Jess giró de prisa, “Sharon!” corrió hacia la mujer que caminaba con dificultad y su pierna escurría de sangre fresca. “Qué te paso…?” Jess logró llegar justo cuando colapsaba en el suelo. “Zarco…” dijo con una voz débil.
“Zarco? Esta muerto?” pregunto preocupada.
“Zarco…nos traicionó…” y Sharon perdió el conocimiento.

Zarco entraba triunfante al refugio, iba en el elevador checando que su pistola estuviera cargada, por un momento pensó que así se debería sentir ser un terrorista, lo bueno es que no tendría que suicidarse después. Las puertas del elevador se abrieron y Zarco se hizo camino hacia la zona donde seguramente estaría Montes tratando de controlar todo. Abrió la puerta y pudo ver a Montes en su silla de ruedas tecleando sin parar.
“Alcántara…parece que los zombies han comenzado a retroceder” dijo pensando que Alcántara estaba en la puerta.
“Te equivocas...” Zarco coloco la pistola en la nuca de Montes. Montes pudo ver el rostro de Zarco en la pantalla frente a él.
“Zarco…por qué?” Montes le preguntó con odio.
“Por qué todos me hacen esa pregunta? Les sorprende tanto que no sea el bueno y confiable Zarco que creían conocer?” Zarco decía con algo de ironía en su voz.
“Nunca creí que tú nos traicionarías…” Montes le dijo.
“Tampoco creías que hubiera más sobrevivientes, tampoco creíste en la teoría de Aldo de un espía…siempre has sido un idiota” la pistola de Zarca se cargo
“Matarme no resolverá nada…” Montes trato de convencer a Zarco.
“Nunca me caíste bien…siempre creyéndote el líder, creyendo que sabías lo mejor para nosotros…te has visto en un espejo?! Eres un paralítico! No sirves para luchar…no sirves para nada…” Zarco sonaba imponente.
Montes lo miraba desde la pantalla con odio y miedo a la vez.
“Montes…no traes nada” y con esas palabras disparo y la pantalla se cubrió de sangre y el cuerpo de montes cayó sobre el teclado.
Alcántara entró corriendo. “Montes estás bien? Escuche un disparo…” Al abrir la puerta se quedo inmóvil al ver a zarco de pie con una pistola y el cuerpo sin vida de Montes.
“Zarco! Qué has hecho?!” Alcántara lo miraba con odio.
“Algo que debí haber hecho hace mucho tiempo…” apunto su pistola a Alcántara.
Alcántara esquivo la bala y tiró a Zarco intentando inmovilizarlo, sin embargo Zarco la pateo y la lanzó contra un silla y ella cayó derrotada.
Alcántara miró a Zarco desafiantemente. “Trabajas para Isidro?”
“Siempre lo he hecho…” Zarco apuntó la pistola a la frente de Alcántara. “Espero no te importe pero…me llevaré la Journey” y Zarco le disparo a Alcántara dejando aquel cuarto hecho un baño de sangre mientras Zarco se retiraba triunfante con las llaves de la journey en su mano.

Seguía incapaz de creer lo que veía frente a mí. Aquella persona que creía muerta todo este tiempo estaba de pie, viéndome con odio y frialdad, con todas las intenciones de matarme.
“Laura…” volví a repetir su nombre.
“Veo que te acuerdas de mí…” su voz sonaba temblorosa.
“Qué te pasó? Por qué…” trate de decirle.
“Ustedes me convirtieron en esto…” su mirada estaba llena de odio. “Mataron a Julio…me engañaron y me usaron para sus propios propósitos y luego me dejaron abandonada para que los zombies me comieran…por eso los mataré a todos”
“Te equivocas…” traté de acercarme a ella incapaz de creer lo que decía. “Te lavaron el cerebro Laura…no te acuerdas de mi? Soy Pancho…”
“Pancho…? Eres el que asesinó a Julio!” se preparo para volver a atacarme.
“No…yo no lo mate…fuiste tú” le dije con tristeza. “Él te pidió que lo matarás antes de que se volviera zombie…”
“No es cierto! Me estas mintiendo!” ella se trato de alejar y chocó con una pared, yo me continúe acercando a ella.
“Si yo hubiera sabido que seguías con vida…aunque me hubiera costado mi propia vida te hubiera salvado!” finalmente estaba a poca distancia de ella.
“Estas mintiendo! Todos ustedes hicieron un complot! Me usaron!” seguía gritando y yo sin pensarlo dos veces la tomé de los hombros y la besé. Sentía las gotas de lluvia cayendo por mis mejillas, por un momento su ira se controló. Me separe de ella esperando ver a la Laura que conocía, pero erré.
Ella me miraba con confusión, parecía que dentro de su cabeza estaba un rompecabezas sin armar. De pronto ella cayó de rodillas sosteniendo su cabeza y llorando.
“No es cierto! No…” decía una y otra vez.
“Laura…” me traté de acercar a ella pero ella se levanto de prisa y me apunto a la cabeza con su pistola. “No me toques…o juro que te mato” su mirada estaba confusa y enojada, sus lagrimas se mezclaban con las gotas de lluvia. Poco a poco comenzó a alejarse de mí, hasta cierta distancia bajo su arma y se fue corriendo.

Mi cerebro aún no era capaz de procesar lo que acaba de ocurrir, estaba completamente mojado y confundido. Escuché una transmisión en mi radio, lo tomé.
“Qué pasa?” respondí fríamente.
“Pancho? Que bueno que estés bien…dónde estás?” era la voz de Jess.
Le respondí. “Estoy en las orillas de la ciudad”
Escuche el tono preocupado de Jess. “Tenemos problemas…Zarco nos traicionó, no puedo comunicarme ni con Alcántara ni con Montes…creo que…” la transmisión se cortó con un gran estruendo, gire hacia la peña y pude ver como la peña de Bernal explotaba y caía en pedazos. Aquel monolito yacía en miles de pedazos.

Una Journey pasó por la carretera con Zarco muy satisfecho escuchando música a todo volumen mientras se alejaba del desastre que acababa de causar.

Aquella que creí sería mi venganza terminó siendo mi perdición…un reencuentro con el pasado, mi pasado…no comprendía que pudo haberla cambiado tanto? Estaba seguro de que pronto sabríamos más respuestas de las que querríamos saber…

Continuará…

Capítulo 26

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 26 “A Dead End Road”


Mi corazón latía con fuerza…en mis manos sostenía con fuerza una ametralladora…mi respiración era profunda, tratando inútilmente de tranquilizarme…El campo de batalla a metros de distancia…Volveríamos con vida? O encontraríamos la muerte? Cerré mis ojos…es ahora o nunca…

Equipos de dos, ese era el plan maestro de Montes, con eso creía que lograríamos proteger el refugio y detener a quien fuera que estuviera detrás de todo. Quizá yo era el pesimista, no me importaba la verdad, podía sentir que la muerte estaba presente con nosotros, algunos…quizá todos, no volveríamos. Montes se quedó con Alcántara, ellos serían nuestros ojos en el campo de batalla, serían nuestros ojos detrás de la cabeza…
“No pierdan sus radios, con ellos les comunicaremos todo lo que pase a sus alrededores…” La voz de Montes provino del radio colgado en mi cinturón a lado de unas bombas molotov hechas por Josué.
“Ya conocen el plan…Zarco y Sharon cubren el sur, Ramón y Jess el Este, Irais y Aldo el oeste, Rodrigo y Pancho el norte y Vilchis, Harry y Josué el centro…recuerden, protejan el refugio sobre todas las cosas…si encuentran al culpable detrás del ataque, no tomen justicia en sus propias manos…una última cosa…” Montes suspiró, “Espero que todos vuelvan con vida…” la transmisión se cortó.
“Todos tienen armas? Recursos secundarios?” Pancho preguntó dando un paso al frente a la fila.
Jess levanto su voz, “Me encargue personalmente de que todos tuvieran sus armas…”
“Bien” Pancho reveló una ligera sonrisa, “Ramón y Jess se irán en la Silverado, Aldo e Iraís en la Hummer, Zarco y Sharon utilizarán el jeep y el equipo de Vilchis y el mío nos iremos en la Lobo”
“Por qué no me puedo llevar la camioneta de Alcántara?” Zarco preguntó algo indignado.
“Ellos necesitan tener un transporte en caso de que algo salga mal…” Pancho le respondió.
Zarco parecía insatisfecho con la respuesta de Pancho.
“De acuerdo…comienza nuestro contra ataque!” Pancho gritó y todos comenzaron a tomar sus posiciones en los vehículos.

Me senté a lado de Harry, aún tenía un desagradable presentimiento en la boca del estómago, quizá temía encontrarme a Omar o a Tovar en el campo de batalla, quizá sentía que mi hora había llegado, sea cual sea la razón, es algo desagradable. Escuché los motores de las camionetas, me salí de mi trance mientras sostenía con fuerza mi arma y aquel sótano oscuro era iluminado por la tenue luz del medio día que pasaba a través de las oscuras nubes de tormenta que cubrían el cielo de Bernal. Las camionetas avanzaron de prisa, respire profundo, aquí comenzaba otra batalla más.

La lobo estaba siendo manejada por Josué, Pancho iba de copiloto mientras Rodrigo de los Cobos iba en la caja disparando a los zombies en el camino. La camioneta se movía rápidamente entre los sinuosos caminos del pueblo. Finalmente llegamos a la zona norte del pueblo donde Pancho y Rodrigo se encargarían de destruir a los zombies que intentarán atacar el refugio.

“De acuerdo…aquí nos quedamos…” Pancho abrió la puerta de la camioneta.
“Espera…” Harry se dirigió a él.
Pancho volteo curioso, “Qué ocurre?”
“No intentes buscar venganza…vas a terminar mal” Harry le dijo con seriedad.
Pancho se quedo en silencio viendo la puerta abierta. “No prometo nada…Si ese desgraciado se cruza en mi camino…Haré lo que considere justo” con esas palabras Pancho salió de la camioneta y azotó la puerta de la camioneta roja.

Pude ver a ambos de pie con sus armas dándonos la espalda esperando una horda de zombies que se acercaba a ellos. Los vi, y aquel sentimiento en mi estómago regresó.
“Bien chicos, a lo nuestro ahora…” Josué pisó el acelerador y nos dirigimos al centro del pueblo.
Harry me observaba expectante. “Descuida…volverán con vida” me dijo con seriedad.
Lo vi incrédulo, en verdad creía que volveríamos todos ilesos…a pesar de todo mi amigo Harry seguía siendo un ingenuo esperanzado.
La camioneta se detuvo abruptamente. “Aquí es el final del camino…” Josué salió de la camioneta con sus lentes oscuros tan característicos de él, un cigarro en la orilla de su boca y una ametralladora en cada mano. Se subió a la parte trasera de la camioneta y apunto sus armas frente a él. “Creo que necesitan movilizarse…esto se está poniendo interesante” una sonrisa de satisfacción se formó en su rostro mientras las ametralladoras comenzaron a disparar.

Harry se colocó de prisa a un lado de la camioneta, ya no podía involucrarse en las peleas mano a mano, no podía arriesgarse a que su brazo tomará el control otra vez. Para su suerte en sus manos tenía una lanza granadas y ese poder al menos lo mantendría alejado de una batalla uno a uno contra 10 zombies, como a él le hubiera gustado. Tome mi lugar al otro lado de la camioneta, con mi ametralladora en alto y comencé a disparar.

En el este la batalla estaba en pleno apogeo, Jess corría mientras disparaba su ametralladora, pero la potencia parecía no serle suficiente pues los zombies se seguían acercando. Se escondió detrás de la camioneta y lanzó unas granadas a los zombies para despistarlos.
“Maldición…son más de los que creí que serían…” la respiración de Jess era agitada. “Cómo vas Ramón?”
Ramón se dedicaba más al ataque uno a uno, en una mano tenía un rifle automático para dispararles justo en la cabeza y en la otra tenía un machete para descuartizarlos.
“Tratando de sobrevivir…” dijo con algo de ironía y burla en su voz mientras le disparaba en la frente a una señora gorda que trataba de comerse su cuello.
“Las cosas se ponen peor…” Jess se acercó a Ramón mientras disparaba.
“Dímelo a mi…” Ramón se quito a un niño que escalaba por su pierna y le disparo en la cabeza. “Se está volviendo desesperante…”
“No habrá un modo más eficaz de terminar con todos a la vez?” Jess trataba de pensar mientras un zombie mariachi se acercaba por detrás de ella.
Ramón se percato y le clavo el machete en la frente. “Ramón!” Jess lo regaño. “Te iba a comer el cerebro! Sólo te salve la vida!” Ramón trato de disculparse inútilmente.
“De dónde salen tantos?!” Jess regresó a su modo de pelea.
“Creo…”la voz de Ramón sonó temblorosa, “Creo…que tendremos peores problemas ahora…” dijo señalando al frente.

Frente a ellos se alzaba una monstruosidad que avanzaba a un paso constante, casi corriendo para alcanzarlos. Parecía no tener ojos pero su tamaño era enorme con manos que terminaban en afiladas y puntiagudas uñas. Pero sobre todo se notaba a leguas una superioridad en habilidades físicas y mentales respecto a los zombies comunes.
“Ramón…” la voz de Jess tembló.
“No te preocupes…” sostuvo su mano, “No dejaré que te haga daño…”
Ambos alzaron sus armas y comenzaron a disparar.

En el oeste, Iraís y Aldo defendían su zona desde el techo de la hummer, ambos con ametralladoras trataban de alejar las oleadas de zombies que sucumbían a sus pies.

“Aldo…las municiones no nos van a durar para siempre…” Iraís trataba de no sonar tan fatídica.
“Es que…de dónde demonios salieron tantos zombies!!!” Aldo continuaba disparando tratando de no perder la concentración.
Seguían disparando, Aldo había ignorado a Iraís pero no podía enfurecerse con él ya que había cosas más importantes por las cuales preocuparse, como los 30 zombies que trataban de jalarles los pies para que cayeran del techo de su seguridad.
“No duraremos mucho asi, necesitamos un plan B!” su voz resonó en eco mientras caía ya que un zombie había jalado su tobillo.
“Iraís!” Aldo se asomó esperando verla aún con vida.

Iraís estaba acostada sobre su espalda mientras luchaba con un zombie de una anciana tratando de quitársela de encima con los pies. Aldo le disparo a la cabeza liberando a Iraís.
“Gracias…” le dijo incapaz de relajarse.
“Sube rápido!” Aldo le indicaba.
“No” Iraís se levanto y tiro la ametralladora, “Es hora del plan B, y saco su katana que con tanto cariño había resguardado.

En el norte, Pancho y Rodrigo de los Cobos peleaban arduamente con los zombies, también parecían no terminar de llegar hacia ellos y sus municiones estaban próximas a terminarse.
“Esto no se ve bien Pancho” de los Cobos parecía preocupado.
“Estás armas no nos serán útiles por mucho tiempo…” Pancho seguía disparando.
De la nada se empezaron a escuchar ladridos y gruñidos, de los Cobos y Pancho giraron con cautela, sólo para ver unos 12 perros infectados gruñéndoles con odio y hambre.
“Qué es eso…?” de los Cobos preguntó.
Pancho respiro profundo, “El infierno…”
Los perros se lanzaron contra ellos con intenciones de matarlos y devorárselos. De los Cobos fue derribado por 3 contra los cuales luchaba con su misma ametralladora tratando de quitárselos de encima.
“Pancho! Ayúdame!” de los Cobos gritó.
“Tengo mis propios problemas!” Pancho golpeaba a los perros con su ametralladora y a algunos les disparaba pero uno le arrebató el arma y Pancho se quedó sin su arma principal y rodeado por 9 perros hambrientos.

Tratando de pensar rápido pudo ver en una tienda un hacha de emergencia de los bomberos, en un movimiento rápido corrió, evitando ver hacia atrás y rogándole al cielo que ninguno de los perros lo alcanzará. Sin pensarlo dos veces rompió el vidrio con su propio puño y saco el hacha y comenzó a cortar cabezas de perros y destriparlos. Al terminar con ellos corrió hacia de los Cobos, esperando que para entonces no se lo hubieran devorado ya.

En el sur las cosas estaban agitadas mientras Sharon y Zarco defendían perfectamente aquel territorio desde el jeep que les asignaron.

“Las cosas no se ven bien…” Sharon veía por unos binoculares mientras Zarco les disparaba a los zombies. “Vienen más…y estos corren!”
“En verdad crees que ganaremos?” Zarco parecía desesperado.
“Tenemos que mantener la esperanza, es lo único que nos queda…” Sharon comenzó a dispararles a otros zombies que se acercaban.
“Eres demasiado ingenua Sharon…” la voz de Zarco parecía cambiada.
Sharon giro sorprendida sólo para encontrarse con un arma pegada a su frente.
“Estoy cansado de este jueguito inútil…” Zarco observaba a Sharon mientras ella estaba inmóvil de la sorpresa.
“Piensas traicionarnos?” finalmente habló Sharon.
“No pienso traicionarlos…ya los traicioné…” Una sonrisa se formó en los labios de Zarco.
“Por qué!? Confiamos en ti!” Sharon parecía desesperada.
Zarco soltó una carcajada. “Descuida, no volverás a luchar contra zombies…”

Se escuchó un disparo y el jeep comenzó una travesía hacia el refugio con solamente Zarco en él.

Nosotros seguíamos en nuestra lucha, ya no teníamos municiones, estábamos en espera de algún tipo de milagro, nuestra esperanza colgaba de un hilo. Empecé a sentir la desesperación, el miedo, el terror…

“Vilchis…” Harry tragó saliva.
“Qué pasa?” lo volteé a ver con terror en mi mirada.
“Dime por favor que estoy alucinando…” me dijo mientras señalaba el techo de una casa.
Gire y lo que vi me dejo pasmado en ese momento, tres criaturas se alzaban sobre el techo de esa casa, no poseían ojos, eran una especie de mezcla entre lagartos y humanos con bocas feroces y lenguas largas como para enroscarlas en el cuello de una víctima y ahorcarlas. Mis manos comenzaron a sudar frío al igual que mi frente.
“Estoy alucinando verdad? Es el virus de mi brazo..estoy viendo cosas…cosas…imposibles…estúpidamente imposibles…verdad?” Harry me miraba esperanzado.
Trague saliva un momento. “No estás alucinando Harry…esas cosas están ahí…y parecen hambrientas…” mi voz temblaba mientras mi mirada seguía fija en las tres bestias.

Pronto dieron un salto cayendo a pocos metros de nosotros, acercándose cautelosamente a su presa mientras sus lenguas se preparaban para atarse a nuestros frágiles cuellos. Aquel sentimiento desagradable en la boca de mi estómago regresó, creo que moriremos.

Mi corazón seguía latiendo, no sé por cuánto tiempo más seguiría así…mi respiración agitada, las gotas heladas de sudor que corrían por mi frente hasta mi barbilla cayendo a mi sudadera…Acaso éste era el final del camino para nosotros?

Continuará…