Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

viernes, 29 de abril de 2011

Capítulo 27

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 27 “The Face Behind The Mask”

En medio de una pelea en la que nuestras vidas cuelgan de un hilo, y lo único en mi mente es un deseo de venganza…Si pudiera encontrar a aquella persona…Si pudiera tenerla frente a mí…No estoy seguro si reaccionaré humanamente…Mi venganza…

Corría. Al fin había logrado quitarme a la manada de perros infectados y ahora corría esperando poder rescatar a Rodrigo de los Cobos. Para mi suerte vi que seguía tirado luchando contra las tres bestias que aparentemente iban por su yugular. Me acerqué y con un suave movimiento del hacha fui quitando uno por uno de encima de él, los perros cayendo con su garganta cortada.
“Pensé que no viviría…” de los Cobos se alzó con cuidado.
“Descuida…somos equipo, no te dejaría morir tan fácilmente” esbocé una pequeña sonrisa.
“Gracias…” sus palabras fueron cortadas cuando una bala penetró el centro de su frente y él cayó muerto a mis pies.
“No! Qué pasó?!” estaba sorprendido, giré a todas partes, una bala…un zombie no puede hacer eso…sólo…sólo…un humano. Fije mi mirada en un balcón de una casa, una mujer me miraba fijamente con la pistola en alto apuntando hacia mí, su rostro cubierto por unos lentes oscuros y su cabello recogido con una gorra verde olivo. Sin duda, esa persona era la culpable de la repentina muerte de Rodrigo de los Cobos y seguramente también de la de Mile y Asahel…
“Tú!” le grite con el hacha firmemente en mis manos. “Tú lo asesinaste!”
Sólo vi como una sonrisa se formó en los labios de aquella mujer, burlándose de mí.
“Ven y pelea conmigo!” le grite, sentía la furia correr por mis venas.
La mujer bajo su arma y salto del balcón cayendo con suavidad en el suelo rodeado de zombies muertos. Me vio y luego empezó a correr.
“Espera!” la seguí, esta era la oportunidad que buscaba, la oportunidad perfecta de vengar a Mile, Asahel, de los Cobos y…ella.

Vilchis estaba de pie inmóvil mientras aquella criatura se acercaba a él con cautela. “Uno para cada uno de nosotros…” Vilchis sonrió con algo de ironía, “Esto fue planeado…lo sé…”
“Vilchis! No seas idiota! Tenemos que luchar, no podemos dejarnos vencer por unos mutantes…” Harry levantó su voz tratando de calmar a su amigo.
“Harry tiene razón…” Josué apago su cigarro con el pie. “Tenemos que luchar hasta el final…”
“Y qué hay de las municiones? No tenemos nada…” Vilchis sonaba desesperanzado.
“Al diablo con las municiones…” Harry arrojó su ametralladora vacía, “Hemos sobrevivido sin municiones antes…” Harry sonrió y de sus espaldas sacó dos machetes. “Como los viejos tiempos no crees?”
“No debes pelear mano a mano…tú brazo” Vilchis trataba de convencer a Harry quien cortó su oración.
“Prefieres que me quedé con los brazos cruzados y sea devorado por esa cosa?!” Harry perdió la paciencia. Vilchis lo miró con seriedad.
“Vilchis…vivir ahora es lo más importante y para ello tenemos que destruir esas lagartijas mutantes” Josué sonó inspirador mientras arrojaba sus dos ametralladoras y sacaba un rifle de su mochila.
Vilchis no dijo nada, sólo soltó su arma y tomó de su cinturón una pistola de clavos adaptada por él mismo. “Bien…entonces sobrevivamos!”
Las tres bestias se lanzaron contra sus contrincantes. Harry cayó al suelo con la bestia sobre él, deteniéndola solamente los machetes en manos de Harry mientras la lengua se hacía camino al rostro de Harry.
“Esto…no es bueno…” Harry luchaba por alejar al monstruo, finalmente pudo mover uno de los machetes arrancando la lengua del monstruo que cayó a un metro de él aún retorciéndose. La bestia retrocedió y Harry con confianza se arrojo a la bestia sobre su espalda tratando de domarla con el machete entre los dientes del mutante. Finalmente con un brusco movimiento jaló el machete rompiendo la quijada del monstruo y abriendo su cabeza en dos. Harry se levantó triunfante mientras clavaba el otro machete en el cerebro de la bestia.
Josué estaba sobre el techo de la camioneta mientras el animal se hacía camino por el cofre del vehículo. Josué disparaba su rifle pero no lograba matar a la bestia.
“Eres duro de matar…” dijo con cierta ironía.
El mutante se lanzó contra él tirándolo de la camioneta. “Un poco rápido no crees? Invítame una cerveza al menos…” sus chistes no eran del todo adecuados. El monstruo solo intentaba comérselo. “Suficiente…” Josué se tornó serio y tomó de su cinturón una granada metiéndola justo en la garganta del monstruo y de una patada se lo quito huyendo detrás de la camioneta protegiéndose de la explosión. “Dos menos…falta uno” sonrió y encendió un cigarro.
Vilchis corría mientras sentía como el monstruo aceleraba el paso detrás de él; la lengua del monstruo se ató al tobillo de Vilchis y el azotó con gran fuerza sobre el cemento. Él trató de girar rápidamente antes de que el monstruo fuera por su cuello o alguna parte de su anatomía.
“Demonios…” Vilchis había soltado la pistola de clavos y ésta yacía a dos metros de él mientras con los pies trataba de quitarse al mutante de encima. Su mano pudo alcanzar una piedra y con ella golpeó la frente del monstruo lográndose liberar momentáneamente, el tiempo justo para levantarse y tomar el arma. Giró y disparó al monstruo continuas veces. El monstruo con su rostro cubierto de clavos cayó hacia atrás sobre una motocicleta abandonada. La gasolina se derramó sobre la bestia que aún se retorcía. Vilchis observaba expectante cuando vio como un cigarro encendido caía sobre la motocicleta y esta explotaba. La explosión lanzó a Vilchis al suelo, cuando logró levantarse pudo ver que Josué y Harry lo ayudaban.
“Pensé que necesitarías ayuda…es en estos casos cuando es bueno fumar no crees?” Harry le explico animosamente.
Vilchis simplemente sentía un gran alivio, una sonrisa se formó en sus labios.

Iraís se enfrentaba con valentía a los zombies que se le acercaban. Parecía que el tener la katana en sus manos le deba una confianza que la volvía una asesina sin piedad de zombies. Las cabezas caían, había chorros de sangre por doquier. Aldo observaba esto desde las alturas del techo de la hummer donde trataba inútilmente de disparar pues estaba sorprendido al ver como Iraís se encargaba de los zombies. Pronto algo desvió su mirada, unos tentáculos enormes se alzaban sobre su amiga.
“Iraís! Cuidado!” la advertencia de Aldo llegó tarde. Los tentáculos habían envuelto el cuello y las extremidades de Iraís, su katana yacía solitaria en medio de unos arbustos.
Aldo brincó de la camioneta y sin importarle los zombies, comenzó a dispararle a aquella cosa que tenía a Iraís. Las balas parecían no hacerle daño y el rostro de Iraís se volvía pálido, casi una tonalidad azulada, estaba siendo asfixiada.
“No puede ser…” Aldo botó la ametralladora. Viendo a su amiga así, no le quedaría mucho tiempo, era el momento de hacer algo valiente. De reojo pudo ver la katana brillar con un tono escarlata de la sangre derramada. Aldo corrió y con un brinco subió a un tsuru viejo y se lanzó contra los arbustos tomando la katana. Los tentáculos fueron cortados con la belleza que sólo podía lograrse con una katana. Iraís sintió el aire regresar a sus pulmones mientras caía de rodillas frente al monstruo y Aldo le cortaba la cabeza al mismo.

Iraís respiraba agitadamente mientras trataba de recuperar el oxígeno perdido. Aldo pateó la cabeza del monstruo mientras se acercaba a ella.
“Estás bien?” le pregunto con simpleza. Iraís movió su cabeza en forma de afirmación. “Toma…fue útil” Aldo le dijo mientras le entregaba su katana y la ayudaba a levantarse.

Seguía corriendo, podía ver a la mujer frente a mí, su agilidad era sorprendente pero mi deseo de venganza me impulsaba a seguirla, a no perderla, me enfrentaría a ella. Finalmente la mujer se detuvo en un pequeño claro a las afueras de la ciudad. Sentía mi respiración agitada, jamás había corrido tanto.
“Tanto quieres vengar a tus amigos?” su voz sonaba fría pero con una extraña familiaridad para mí.
“Tú mataste a Mile y Asahel…no es así?” le dije con una voz firme, inquebrantable.
“Se metieron en asuntos que no les importaban…por eso los elimine” su voz tenía un tono de satisfacción que me disgustaba.
“Ellos…ellos no merecían morir!” sentía la furia en mi sangre.
“Qué harás al respecto? A este paso eliminaré a todos tus amigos…y luego a ti” aquello sonaba más a una amenaza.
“Te mataré con mis propias manos…” sin pensarlo dos veces me lancé contra la mujer con mi hacha en alto.
Traté de herirla pero ella lograba esquivarme, tenía sus pistolas en las manos pero de una patada logró derrumbarme.
“Eso es todo? Que aburrido…” me trataba de provocar, y lo había logrado.
Con un sutil gruñido me levanté y lancé mi hacha a un lado, corrí hacia ella. Comencé a contra atacar, finalmente era humana, no podía morderme, no había razones para mantener la distancia. La tomé desprevenida y logre colocarle un golpe justo en la cara, sus lentes oscuros salieron volando, ella voló hacia atrás, su gorra también salió volando y sus cabellos oscuros cubrían su rostro, cayo boca abajo sobre la tierra. Pude sentir como la tormenta iniciaba, las gotas de lluvia cubrían mi rostro, mis cabellos pegados a mi sien. Ella seguía boca abajo, no pudo haber muerto de un golpe así, quise acercarme pero note como se empezó a mover y lentamente alzarse, sus cabellos cubrían los costados de su rostro. Finalmente se alzó y me vio a los ojos con un odio indescriptible, sentí un golpe en mi corazón, su rostro, su mirada, sus ojos…
“…Laura?” mi voz se quebró.

Jess y Ramón se escondían detrás de la silverado.
“Por qué no muere?! Ya no tenemos municiones…” la voz de Jess sonaba desesperada.
“No lo sé…tenemos que pensar en algo” Ramón trataba de mantener la cordura.
“Esa cosa…cómo la matamos?!” Jess sostenía su cabeza.
“Es un zombie…debería de morir igual pero ya le disparamos en la cabeza una infinidad de veces…” Ramón fue cortado cuando el monstruo lo tomó y lo lanzó con fuerza.
“Ramón!” Jess grito desesperadamente mientras se trataba de alejar del monstruo. “No me toques!” sacó de su bota un cuchillo y lo apunto al monstruo.
Aquel monstruo escuchaba la respiración de Jess y colocó una de sus garras en el cuello de Jess listo para degollarla. La bestia se alejo cuando Ramón se lanzó contra él a sus espaldas tratando de alejarlo de Jess.
“Jess! Corre!” Ramón grito mientras sostenía el cuello del monstruo.
Jess no podía pensar claramente pero logró alzarse y en medio de la adrenalina clavó su cuchillo en lo que aparentaba ser la frente del mutante. Al sentir el dolor de un golpe lanzó a Jess contra la camioneta y luego arrojó a Ramón al suelo y comenzó a darle zarpadas en el pecho destruyendo su playera blanca. Jess despertó y vio como el monstruo estaba a punto de destripar a Ramón, fue entonces que vio la camioneta y se le ocurrió una idea.

Una piedra golpeó la cabeza del monstruo haciendo a éste girar y ver a Jess.
“Ven…sígueme!” y Jess se trepó en la caja de la camioneta donde trataba de encender un pedazo de dinamita con un encendedor.
“Vamos…enciende…” Jess sentía las gotas de lluvia caer en su playera, el monstruo había dejado a Ramón y corría hacia ella. Finalmente encendió y la cubrió con su chamarra de piel y justo cuando brincó del carro el monstruo brincó dentro de la camioneta. Jess se alejo con cautela evitando hacer ruidos, el monstruo tomó su chamarra y comenzó a devorarla…
“1…2…3!” y Jess corrió hacia Ramón mientras la dinamita explotaba con todo y la silverado y Jess brincó hacia Ramón cayendo sobre él, tratando de cubrirlo de la explosión.
“Ramón…estás bien?” su voz sonaba más desesperada.
Ramón gruñió del dolor, su abdomen estaba lleno de heridas, él alzó su mirada y la vio, “Sobreviviré…” Jess sonrió.

“Jess!” se escuchó un grito a lo lejos.
Jess giró de prisa, “Sharon!” corrió hacia la mujer que caminaba con dificultad y su pierna escurría de sangre fresca. “Qué te paso…?” Jess logró llegar justo cuando colapsaba en el suelo. “Zarco…” dijo con una voz débil.
“Zarco? Esta muerto?” pregunto preocupada.
“Zarco…nos traicionó…” y Sharon perdió el conocimiento.

Zarco entraba triunfante al refugio, iba en el elevador checando que su pistola estuviera cargada, por un momento pensó que así se debería sentir ser un terrorista, lo bueno es que no tendría que suicidarse después. Las puertas del elevador se abrieron y Zarco se hizo camino hacia la zona donde seguramente estaría Montes tratando de controlar todo. Abrió la puerta y pudo ver a Montes en su silla de ruedas tecleando sin parar.
“Alcántara…parece que los zombies han comenzado a retroceder” dijo pensando que Alcántara estaba en la puerta.
“Te equivocas...” Zarco coloco la pistola en la nuca de Montes. Montes pudo ver el rostro de Zarco en la pantalla frente a él.
“Zarco…por qué?” Montes le preguntó con odio.
“Por qué todos me hacen esa pregunta? Les sorprende tanto que no sea el bueno y confiable Zarco que creían conocer?” Zarco decía con algo de ironía en su voz.
“Nunca creí que tú nos traicionarías…” Montes le dijo.
“Tampoco creías que hubiera más sobrevivientes, tampoco creíste en la teoría de Aldo de un espía…siempre has sido un idiota” la pistola de Zarca se cargo
“Matarme no resolverá nada…” Montes trato de convencer a Zarco.
“Nunca me caíste bien…siempre creyéndote el líder, creyendo que sabías lo mejor para nosotros…te has visto en un espejo?! Eres un paralítico! No sirves para luchar…no sirves para nada…” Zarco sonaba imponente.
Montes lo miraba desde la pantalla con odio y miedo a la vez.
“Montes…no traes nada” y con esas palabras disparo y la pantalla se cubrió de sangre y el cuerpo de montes cayó sobre el teclado.
Alcántara entró corriendo. “Montes estás bien? Escuche un disparo…” Al abrir la puerta se quedo inmóvil al ver a zarco de pie con una pistola y el cuerpo sin vida de Montes.
“Zarco! Qué has hecho?!” Alcántara lo miraba con odio.
“Algo que debí haber hecho hace mucho tiempo…” apunto su pistola a Alcántara.
Alcántara esquivo la bala y tiró a Zarco intentando inmovilizarlo, sin embargo Zarco la pateo y la lanzó contra un silla y ella cayó derrotada.
Alcántara miró a Zarco desafiantemente. “Trabajas para Isidro?”
“Siempre lo he hecho…” Zarco apuntó la pistola a la frente de Alcántara. “Espero no te importe pero…me llevaré la Journey” y Zarco le disparo a Alcántara dejando aquel cuarto hecho un baño de sangre mientras Zarco se retiraba triunfante con las llaves de la journey en su mano.

Seguía incapaz de creer lo que veía frente a mí. Aquella persona que creía muerta todo este tiempo estaba de pie, viéndome con odio y frialdad, con todas las intenciones de matarme.
“Laura…” volví a repetir su nombre.
“Veo que te acuerdas de mí…” su voz sonaba temblorosa.
“Qué te pasó? Por qué…” trate de decirle.
“Ustedes me convirtieron en esto…” su mirada estaba llena de odio. “Mataron a Julio…me engañaron y me usaron para sus propios propósitos y luego me dejaron abandonada para que los zombies me comieran…por eso los mataré a todos”
“Te equivocas…” traté de acercarme a ella incapaz de creer lo que decía. “Te lavaron el cerebro Laura…no te acuerdas de mi? Soy Pancho…”
“Pancho…? Eres el que asesinó a Julio!” se preparo para volver a atacarme.
“No…yo no lo mate…fuiste tú” le dije con tristeza. “Él te pidió que lo matarás antes de que se volviera zombie…”
“No es cierto! Me estas mintiendo!” ella se trato de alejar y chocó con una pared, yo me continúe acercando a ella.
“Si yo hubiera sabido que seguías con vida…aunque me hubiera costado mi propia vida te hubiera salvado!” finalmente estaba a poca distancia de ella.
“Estas mintiendo! Todos ustedes hicieron un complot! Me usaron!” seguía gritando y yo sin pensarlo dos veces la tomé de los hombros y la besé. Sentía las gotas de lluvia cayendo por mis mejillas, por un momento su ira se controló. Me separe de ella esperando ver a la Laura que conocía, pero erré.
Ella me miraba con confusión, parecía que dentro de su cabeza estaba un rompecabezas sin armar. De pronto ella cayó de rodillas sosteniendo su cabeza y llorando.
“No es cierto! No…” decía una y otra vez.
“Laura…” me traté de acercar a ella pero ella se levanto de prisa y me apunto a la cabeza con su pistola. “No me toques…o juro que te mato” su mirada estaba confusa y enojada, sus lagrimas se mezclaban con las gotas de lluvia. Poco a poco comenzó a alejarse de mí, hasta cierta distancia bajo su arma y se fue corriendo.

Mi cerebro aún no era capaz de procesar lo que acaba de ocurrir, estaba completamente mojado y confundido. Escuché una transmisión en mi radio, lo tomé.
“Qué pasa?” respondí fríamente.
“Pancho? Que bueno que estés bien…dónde estás?” era la voz de Jess.
Le respondí. “Estoy en las orillas de la ciudad”
Escuche el tono preocupado de Jess. “Tenemos problemas…Zarco nos traicionó, no puedo comunicarme ni con Alcántara ni con Montes…creo que…” la transmisión se cortó con un gran estruendo, gire hacia la peña y pude ver como la peña de Bernal explotaba y caía en pedazos. Aquel monolito yacía en miles de pedazos.

Una Journey pasó por la carretera con Zarco muy satisfecho escuchando música a todo volumen mientras se alejaba del desastre que acababa de causar.

Aquella que creí sería mi venganza terminó siendo mi perdición…un reencuentro con el pasado, mi pasado…no comprendía que pudo haberla cambiado tanto? Estaba seguro de que pronto sabríamos más respuestas de las que querríamos saber…

Continuará…

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