Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

domingo, 1 de agosto de 2010

Capítulo 12

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 12 “footprints on blood”

Cuando todo comience…no habrá fin alguno a esto. El mundo como lo conocemos dejará de existir y tan sólo quedará aquel viejo recuerdo de las vidas que todos llegaron a tener…Sí, es algo cruel, pero mi vida depende más allá de esto…

Se oían pasos, pasos frecuentes y con algo de prisa. El reloj de la pared marcaba cuarto para la 1 de la mañana. Aquellos pasos continuaban y junto con ellos los susurros. Era la voz de un hombre la que susurraba aquellas palabras incomprensibles. Continuaba pasando frente a una mesa de laboratorio, cada cierto de tiempo se detenía momentáneamente, pensaba un segundo y continuaba su caminar interminable. El café en la taza roja que estaba en la mesa ya estaba frío, había una inmensa cantidad de papeles con notas, matraces con diferentes sustancias de variedad de color. Un pizarrón blanco lleno de ecuaciones y teorías bioquímicas y orgánicas. Aquel hombre continuaba su rutina sin fin, incapaz de llegar a la conclusión que tanto añoraba.

El teléfono sonó, sacando al hombre de su trance. Éste corrió hacia el constante timbrado y alzó el auricular. Su mirada se petrifico al instante y su voz se volvió temblorosa al responder.
“Lo sé…está tomando más tiempo del anticipado…” decía mientras sus manos temblaban.
Hubo un momento de silencio antes de que el hombre volviera a hablar.
“Necesito una semana más! Hace falta una cierta sustancia…sólo necesito un poco más de tiempo!” Aquel hombre seguía repitiendo una y otra vez.
Finalmente colgó el teléfono y se sentó en una silla negra de escritorio. Suspiró mientras observaba sus notas una y otra vez.
“Demonios…sólo conseguí dos días más” dijo con pocos ánimos.
El hombre tomó una pluma y comenzó a escribir arduamente en una de las hojas.

Aquel sujeto se quedó dormido sobre su trabajo. A la mañana siguiente sonó un despertador a las 7 de la mañana en punto. Se sintió algo desubicado al despertar debido a la falta de sueño, sin embargo pronto se formó una sonrisa algo tétrica en sus labios.
“Lo logré…en verdad lo logré…aquella sustancia…aquel virus…todo encaja a la perfección!” comenzó a decir mientras su voz se tornaba más fuerte y su risa más diabólica.

Pronto se levantó y comenzó los preparativos. Encendió un plato caliente mientras preparaba unos cultivos y mientras corrió hacia un pequeño refrigerador de dónde retiro al menos una docena de tubos de ensaye con una sustancia color azul en ellos. La sonrisa no se borraba de su rostro. Si sus cálculos eran ciertos, acababa de crear la más letal de las armas biológicas jamás vistas por el planeta. Tan sólo le restaba probarla, y si todo era como esperaba, el día siguiente sería el último de su vida común y pronto iniciaría a vivir como siempre mereció vivir; en la gloria.
Al día siguiente aquel hombre se levantó aún con aquella sonrisa en su rostro. Todo iba tal como lo planeaba, el virus estaba listo, sólo tenía que esperar a recibir esa llamada tan esperada y podría decirle adiós a esa vida que llevaba. Aquella vida sin éxito como maestro de una universidad pública. Tomó unos exámenes en blanco que tenía sobre la mesa y se retiro de su casa. En su mente tan sólo retumbaban las palabras llenas de emoción. “Es mi último día…”

Llegó como de costumbre, ni un minuto más ni un minuto menos. Siempre a tiempo por los últimos 5 malditos años. Camino al salón de clases, tenía que ponerles un examen a sus alumnos. Su sonrisa de pronto volvió a su rostro. Tan sólo imaginar sus caras de sufrimiento cuando vieran la dificultad de aquel examen. Ese pensamiento había animado aquel momento para él. No se consideraba sádico, más bien se consideraba un visionario que consideraba que en el mundo solo merecían vivir aquellos capaces de sobreponerse ante cualquier adversidad de la vida. En pocas palabras, sólo los más fuertes merecían vivir en su nuevo mundo.

Tomó asiento en una silla detrás de un viejo escritorio de madera después de haber entregado aquellos fatídicos exámenes. Efectivamente, el placer que obtenía al verlos incapaces de resolver su examen no tenía precio. Sin embargo, pronto uno de sus alumnos se levantó y se dirigió hacia él. Una duda quizá? Pensó para sí mismo un momento. Aquel estudiante se detuvo frente a él por un momento.
“Aquí está…” dijo aquel alumno con una ligera sonrisa en sus labios.
El hombre no podía creer lo que veía frente a sus ojos, se suponía que aquel examen debía de ser una tortura. Y aquel personaje lo había resuelto en tan sólo 2 horas.
Decidió no darle mayor importancia mientras le indicaba al resto de la clase que sólo quedaban 5 minutos más.

Aquel hombre nuevamente tomó camino lejos de aquella aula. Tenía pensado irse directo a su cubículo a matar el tiempo hasta que ya sea que le llegará esa tan anhelada llamada o fuera hora de su laboratorio. La que ocurriera primero. Sin embargo mientras caminaba alguien decidió interrumpir su plan. Alguien a la cual no podía simplemente ignorar como si fuera un alumno.
“Profesor Isidro!” lo llamaba una mujer de cabello corto teñido de color rubio rojizo.
No tuvo opción más que detenerse y escuchar lo que aquella mujer tenía que decirle. No tenía opción pues aquella mujer era la directora de la facultad.
“Qué ocurre maestra Magali?” trató de decir en su voz más gentil que podía procesar en aquel momento.
“Tan sólo quería saber cómo iba aquel proyecto que se le asigno?” le preguntó algo seria.
“Bien, está tomando más tiempo del esperado…pero espero tener resultaos pronto” le respondió el hombre en su voz más confiable.
“De acuerdo” dijo la mujer mientras se daba la vuelta. “Sabe lo importante que es este proyecto para la escuela profesor?”
“Descuide…pronto tendré resultados favorables” le respondió cínicamente.
La directora, satisfecha con la respuesta se retiro dejando al maestro continuar con la actividad que tenía en mente.

Isidro simplemente no pudo evitar sonreír. La escuela pasaba por aprietos económicos, de eso no había duda, sin embargo eran cuestionables los lugares donde la directora recurría a pedir ingresos de empresas independientes o el gobierno mismo. Era cierto que en esta facultad yacían muchas de las mentes brillantes del nuevo siglo, sin embargo nunca imaginó que recurriría a “usarlos” para conseguir aquellos fondos que tanto añoraba.

Un simple proyecto de parte del ejército de los estados unidos. Algo así seguramente impulsaría la economía de la facultad llevándonos a una nueva era. Sí, eso llegó a pensar la directora cuando accedió a llevar a cabo una investigación para una nueva arma biológica para los Estados Unidos. En aquellos momentos llegó a sonarle tan viable la idea.

Sin embargo, su primer error fue haber puesto a aquel hombre a cargo de dicha investigación. La directora confiaba plenamente en él, pero él tenía otras ideas para sí mismo. El ejército le ofreció a él otro trato, simplemente tenía que deshacerse de la facultad de química antes de entregar el producto final, después su vida estaría llena de riquezas y un hogar en aquel país del norte. Tan sólo una llamada lo separaba del paraíso inminente.

El profesor llegó a su cubículo y tomó asiento en su silla de escritorio. Tan sólo habían pasado unos 15 minutos cuando el teléfono sonó repentinamente. El contestó, con su sonrisa amplia.
“Sí, ya está listo…todo va de acuerdo al plan” dijo con mucho orgullo.
“Ya veo…supongo que podría ser una situación viable para ambos” continuo diciendo. “Perfecto, entonces esperaré el helicóptero a las 8 de la noche” y con eso colgó el teléfono, satisfecho de su conversación.

Había ocurrido un ligero cambio de planes, era necesario que probara el producto con humanos antes de entregárselo a la milicia norteamericana. También necesitaba desaparecer a la facultad de química antes de poder tener su huída triunfante. Aquel experimento resultaba parecer algo peligroso, sin embargo, qué mejor forma de probar el virus que con estudiantes que de todos modos desaparecerían, infectados o no.

Tomó camino nuevamente, tenía que hacer que todo pareciera accidental para que no pudiera haber culpa alguna contra él. Llegó a la explanada e ideó su plan. Pudo ver como un joven estudiante alto de cabellos rizados caminaba hacia él.
“Profesor!” se acercó el joven a él.
“Buenas tardes Lupillo” le respondió algo alegre mientras disimuladamente colocaba un pequeño tubo de ensaye llenó de sustancia azul en su tina de material.
“Entonces lo veo en un rato…” el chico tomó camino a los laboratorios.
El profesor Isidro sonrío. Lupillo era conocido por ser algo torpe cuando se trataba de material de laboratorio. Y efectivamente se escuchó como aquel chico tropezó y el material se destrozó frente al edificio dos.

Continuo caminando rumbo a la dirección. Sabía que los químicos farmacobiólogos tenían junta en el auditorio con su coordinadora. Él detestaba a aquellos QFB´s, tener que darles clases era algo que no le agradaba en lo absoluto. En ese momento decidió que un QFB menos sería ganancia. De modo que se asomó al auditorio. La maestra hablaba sin césar. Colocó un tubo con cuidado en el suelo y lo destrozó en el momento antes de escapar de aquel lugar rápidamente.

Ahora todo era cuestión de tiempo. Pronto escuchó un gran choque de carros seguido de gritos llenos de desesperación. En verdad el virus se transmitía más rápido de lo que pudo predecir. Aquella sonrisa volvió a parecer en su rostro mientras se alejaba del caos a su alrededor.

En este nuevo mundo…nadie podrá sobrevivir, tarde o temprano todos serán presas de la angustia y la desesperación…Pronto todos serán nada más cenizas…Esto va más allá de lo que nadie pudo imaginarse…y yo soy el creador de esta destrucción…soy…el nuevo rey de este mundo…

Continuará…

3 comentarios:

  1. jaja, genial...
    sabía q por algo Isidro no me cae bien...
    ¬¬

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  2. Laura mala, si isidro no es asi, a mi me parece muy buen maestro y es agradable en su forma de ser. Ademas si hace algo asi una buena razon tendra aparte del dinero. y aceptemoslo se necesita diezmar a la población.

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  3. Pero eso no quita el hecho de que es el más viable para hacer algo así jiji

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