Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

viernes, 30 de julio de 2010

Capítulo 3

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 3 “Heroes Today, Legends Forever”

En esos momentos lo único que quería era fumar un cigarro, moriría por uno…literalmente. El suave aroma de nicotina entrando por mi garganta y simplemente logrando lo imposible, darme un poco de tranquilidad. Vaya…en verdad quería un cigarro.

Mi turno de vigilancia acababa de terminar y había vuelto a aquella sala de espera a despertar a Lau quien tomaría mi lugar. Pude observar en su reloj la hora, las 5 de la mañana. La desperté evitando despertar a los demás, ella abrió sus ojos respondiendo con un pequeño gesto característico de ella.

“Qué pasa Harry?” me pregunto brevemente.
“Es tú turno de vigilar…” le respondí con igual brevedad.
Ella se levanto y me dijo antes de retirarse, “Trata de dormir un poco, te ayudará” me sonrío y tomó camino a la cabina donde se hallaba aquel circuito cerrado de vigilancia.
“Ojalá y pudiera…” me dije a mi mismo mientras tomaba asiento en aquel sofá. Observé a mi izquierda y ahí yacía Jess aún dormida. “Vaya, se ve muy linda dormida…” me dije a mi mismo en voz baja nuevamente. Me recosté en el sofá y trate de cerrar mis ojos.

Tan pronto los cerré los recuerdos de Andrés comenzaron a inundar mi mente, mi amigo murió, recordé la desesperación y el enojo también. Abrí repentinamente los ojos, me incorpore, suspire. “Necesito un cigarro…”

Chequé mis bolsillos con esperanza para solo encontrar una cajetilla vacía. Maldije en voz baja y me alcé saliendo de aquel lugar sin que nadie me viera. Llegué al pasillo por donde entramos y logré entrar a lo que era la plaza comercial en sí. Observé a mi alrededor con cautela, no que hubiéramos visto señal de aquellas criaturas durante nuestra vigilancia pero nunca se puede ser lo suficientemente precavido.

Una cajetilla de cigarros era todo lo que necesitaba, sí estaba arriesgando mi vida y desobedeciendo las órdenes que Pancho nos dio…pero por un cigarro no me importaría morir. Lo último lo pensé en broma, no llegaría tan lejos, si tuviera que morir, sería por alguien a quien quisiera mucho, no por un cigarro. Me detuve y solté una pequeña risa ante la ironía de mis pensamientos. El fin del mundo…y sólo podía pensar en un maldito cigarro.

Llegué a Sanborns…entré aún con cautela, todo seguía intacto y me hice camino hasta donde los cigarros estaban. Llegué a un estante con una cantidad de variedades de cigarros impresionantes. Tome una cajetilla y me dí la media vuelta pero me detuve en seco. Entonces volví a girar y tomé todas las cajetillas que cupieran en mis bolsillos. Pensándolo bien, no sabía cuándo volvería a tener una oportunidad de esa magnitud.
Con los bolsillos llenos salí de la tienda y volví al pasillo por donde salí, me recargué sobre un barandal, tomé uno de los cigarros, lo encendí y de pronto sentí esa tranquilidad que tanto añoraba. Fumé con calma disfrutando el aroma del mismo y la suavidad con la que el humo entraba y salía de mi garganta.

Acabé con mi cigarro y lo tire al suelo pisándolo, como de costumbre y regresé a dónde estaban los demás. Todo seguía en silencio, por lo visto nadie estaba despierto. Antes de entrar por la puerta de cristal decidí sentarme en el suelo y encendí otro cigarro. Mi mente comenzó a divagar, nada raro en mí, pero disfrutaba de la tranquilidad, no quería que terminara, esa utopía en mi mente.

De pronto sentí que la puerta de cristal se abría, era Jess.
“Harry…qué haces afuera?” pregunto antes de observar el humo a mi alrededor y el cigarro en mis manos. “Estás fumando! En un momento así…” me dijo algo indignada.
“Me tranquiliza...no te enojes…”le dije justificando mis acciones.
Ella se sentó a mi lado. “Dame uno…” me dijo en voz baja.
Sonreí. “No que ya habías dejado el vicio?” le dije con una mueca de satisfacción en mi rostro.
“En momentos como estos…creo que lo amerita…” dijo tomando y encendiendo el cigarro.
Hubo un momento de silencio mientras ambos disfrutábamos de esa tranquilidad que nos brindaba un mísero cigarro. Ella rompió ese silencio.
“Dónde los conseguiste?” me pregunto con curiosidad.
“Um…digamos que me aventure en la plaza en busca de ellos” le dije en voz baja.
“Te aventuraste sólo!” dijo alzando su voz.
“Descuida…fui cauteloso” dije apagando mi cigarro.
Ella mantuvo su silencio y terminó su cigarro. Ella se levantó repentinamente.
“Vamos…creo que los demás ya se despertaron” me dijo mientras entraba por la puerta de cristal. Simplemente la seguí sin decir una sola palabra.

Efectivamente, todos se hallaban reunidos en aquella sala de espera, con sus rostros serios, pude presentirlo, mi tranquilidad había terminado.

Pancho había tomado la iniciativa en el grupo y comenzó a plantear la siguiente fase tan pronto nos incorporamos al grupo Jess y yo.

“Bueno…no observamos ninguna anomalía durante el transcurso de la noche…pero aún no podemos estar seguros de poder andar libremente por este lugar” dijo con mucha seriedad.
“Entonces qué quieres que hagamos?” preguntó Aldo curioso.
“Creo que lo más apropiado será separarnos en grupos de dos y analizar cada sección de la plaza manualmente” dijo con claridad.
“Ok...cómo nos separaremos?” pregunto Lau esta vez.
“Bien, mientras hacía mi guardia encontré un mapa de este lugar, somos 8 entonces dividiremos los sectores en 4, 2 equipos irán a la planta alta y dos a la baja y por ningún motivo bajaremos al sótano” dijo lo último siendo lo más firme y estricto posible.
“Por qué?” pregunté a la ligera.
“Sabemos de antemano que las entradas del sótano están perfectamente selladas, pero es vidrio y el estacionamiento está infestado…si llegaran a ver a alguno de nosotros podrían romper los vidrios tratando de alcanzarnos” dijo lo último algo preocupado.
“Ok…alejarnos del sótano, entendido” dijo Iraís con algo de nerviosismo en su voz.
“He considerado formar los equipos más eficientes y equilibrados para poder terminar con el análisis lo más pronto posible, balanceando fuerza, estrategia y conocimiento” dijo Asahel muy orgulloso de sí mismo. “La idea es regresar aquí sanos y salvos”
“Bien Asahel…ilumínanos” dijo Iraís en un tono ligeramente burlón.
“Esta bien, la planta baja sur la tendrán Iraís y Aldo” dijo seriamente.
“Es dónde esta Liverpool?” pregunto inocentemente Aldo.
“Exactamente” le respondió Asahel. “La planta alta sur será de Pancho y Laura” dijo mirando a ambos.
“Entendido” dijo simplemente Lau.
“La planta baja norte es de Harry y Jess” dijo volteando a vernos.
“No hay problema” le dije simplemente.
“Y la planta alta norte la tomaremos Julio y yo” dijo esto último mirando con seriedad a Julio. Él simplemente movió su cabeza en concordancia al plan.

Con eso último, los equipos se separaron y comenzamos con la operación de revisar la plaza de pies a cabeza.

Iraís y Aldo caminaban con tranquilidad, ya habían revisado los baños, y los pocos locales que habían pasado, todo estaba vacío.

“Todo parece estar seguro…” dijo Iraís con algo de duda en su voz.
“Eso es bueno no?” le respondió Aldo.
“Sí…pero tampoco me tranquiliza mucho…” dijo ella mientras seguían caminando.
“Sólo nos falta revisar liverpool” dijo Aldo cambiando el tema.
“No se te hace extraño que este lugar este tan…limpio?” le preguntó la chica de cabellos rizados.
“Es mejor no pensar en eso…” dijo Aldo en un tono sombrío.
Ella suspiro. “Entremos”

Como esperaban tan sólo había ropa y ningún monstruo a la vista, la planta baja sur estaba limpia. Sin embargo Iraís se acerco al extremo de la tienda y observó con curiosidad algo que le captó la atención en una pequeña fuente que se observaba por las puertas transparentes. Era uno de ellos alimentándose de algún inocente vorazmente. Ella se quedó plasmada ante la situación pero antes de que fuera vista, Aldo la tomó de la mano y la jaló a un rincón lejos de la vista de aquel ser.

“Estás loca?!” le reclamó el chico.
“Perdón…”fue lo único que pudo decir. “Me quedé congelada…perdón” ocultó su rostro en sus rodillas.
Él la miro con algo de culpa por haberla regañado y simplemente le respondió. “Tranquila…no paso nada” Ambos estuvieron sentados ahí por largo rato.

Mientras tanto, las cosas iban algo diferente en la planta alta mientras un chico de ojos verdes caminaba lado a lado junto a una chica de cabellos castaños. Ambos analizaban los lugares con cautela, cruzando un par de palabras pero manteniendo la seriedad del asunto.

“Falta checar la cafetería” le dijo sin pensarlo dos veces al otro chico.
“Está bien…entremos” dijo algo consternado ante la repentina decisión de la chica.
Ella rápidamente se abrió lugar y brincó detrás del estante haciendo algo de ruido.
“Qué haces?” preguntó curioso Pancho. “Tenemos que revisar aún la planta alta de Liverpool” le recordó.
“Paciencia…” le respondió ella mientras continuaba con su misión. Al poco rato se alzó repentinamente con dos vasos desechables en cada mano. “Toma” le dijo mientras le entrega una bebida algo caliente.
“Café…” dijo Pancho mientras saboreaba el olor de aquella bebida. “Veo que nunca cambiarás eso de ti verdad…” le dijo con una pequeña sonrisa a la chica.
Ella sólo sonrío mientras tomaba de su café. Un poco de cielo en medio del infierno pensó.

Tras terminar de revisar la cafetería, continuaron a la última tienda. Ambos caminaron alrededor sin observar nada fuera de lo normal, electrodomésticos, televisiones, etc, pero ningún monstruo. Ambos se acercaban a la salida cuando Laura se detuvo repentinamente.

“Qué pasa?” le pregunto Pancho.
“Es solo que…” se dio media vuelta y corrió a una imitación de recámara que había y se desplomó en ella. Suspiro. “Siempre quise hacer esto…” cerro sus ojos.
De pronto sintió un peso a su lado y abrió sus ojos observando a Pancho quién yacía con los ojos cerrados.
“Tienes razón…un pequeño descanso no nos lastimará” le dijo con tranquilidad.
Ella tan sólo sonrío y volvió a cerrar sus ojos.

Cruzando la plaza, en la planta alta de la misma estaban un chico alto y otro de menor estatura caminando por la tienda principal de ese lado. Ambos analizaban todo a su alrededor sin cruzar una solo palabra. Terminaron de analizar aquel lugar y procedieron a regresar.

“Espera Julio…” se detuvo en seco Asahel.
Julio sólo lo miró con curiosidad y fastidio a la vez.
“En verdad no sientes algún tipo de dolor o culpa por la muerte de Andrés?” le pregunto repentinamente.
“El murió por su propia culpa…” dijo seriamente.
“Murió salvándonos…”dijo Asahel en voz baja.
“En este nuevo mundo sólo sobrevivirán aquellos que luchen por sí mismos…” dijo con frialdad.
“Entonces si estuvieras en una situación así…tan sólo te salvarías a ti mismo” dijo Asahel con desprecio.
“Los que puedan sobrevivir serán los más fuertes, no aquellos que se dejan llevar por simples sentimientos” y tras decir esto continuo caminando y Asahel simplemente lo siguió incapaz de creer que alguien con tal sentido de supervivencia estuviera con ellos.

Por otro lado, en la planta baja de aquel lugar, Jess y Harry estaban terminando de revisar la planta baja de aquella tienda. Ambos buscaban con prisa cualquier señal de vida o de seres caminantes, todo sin éxito alguno.

“Vacío…sólo hay ropa y zapatos” dijo Harry mientras tomaba asiento en el centro de aquel lugar.
“Pues…esta completamente libre de infección” dijo Jess recargándose contra un maniquí.
“Una bomba de tiempo..” dijo Harry encendiendo un cigarro.
“Lo dices porque estamos rodeados de zombies…” dijo Jess.
“Ellos no desaparecerán y nosotros estamos aquí indefensos, sólo preocupándonos por sobrellevar la situación…”dijo con algo de enojo en su voz. “Si seguimos así…poco a poco nos irán eliminando…hasta que finalmente no quedé nadie” dijo mientras soltaba una nube de humo.
De pronto se escucharon golpes y sonidos tétricos que provenían de detrás de ellos.
“Demonios!” Harry se alzó de inmediato tirando el cigarro.
Frente a ellos estaban 4 seres que golpeaban las puertas sin césar, los vieron y querían atacarlos.
Harry tomó la mano de Jess y ambos corrieron lejos.
“Hay que alejarnos! Antes de que más se den cuenta” dijo Harry tratando de recuperar su aliento
“Pero nos vieron!” dijo Jess desesperadamente.
“A esto me refería!” dijo Harry mientras ambos entraban por la puerta que los llevaba a la administración.

Nuevamente se hallaban todos reunidos en aquella sala de espera, simplemente faltaban Jess y Harry. Todos comentaban lo bien que les había ido y que el lugar estaba limpio cuando de pronto entró interrumpiendo Harry con gran desesperación.

“Qué pasa?” preguntó Pancho con preocupación.
“Fuimos vistos…”le dije tras recuperar mi aliento con la mano de Jess aún entre las mías.
“Cuántos eran?” pregunto Asahel.
“Cuatro…”le respondí.
Asahel rápidamente corrió al centro de vigilancia y revisó la entrada dónde estaban aquellas criaturas. “Parece que ya se fueron…”respondió con alivio.
“Creo que podríamos mantenernos a salvo aquí por largo tiempo” comentó Aldo.
“Bromeas!?” le respondí. “Esto es una maldita bomba de tiempo! Si algún día se percatan de nuestra presencia, ahí acaba todo!” le dije casi a gritos.
“Simplemente tratamos de sobrevivir…” me dijo Iraís con calma.
“Esto no es vida, vivimos siempre con temor a ser atrapados, simplemente tratando de sobrellevar la maldita situación…”les dije con seguridad.
“Es lo único que podemos hacer…” me dijo Pancho con seriedad.
“Te equivocas…” le dije. “Podemos optar por ser simples sobrevivientes…o podemos ser algo más”
“A qué te refieres Harry?” me pregunto Lau con mucho interés.
“Podemos ser héroes…” le respondí. Sonaba algo cliché pero era cierto, podíamos seguir sobreviviendo egoístamente, o realmente hacer valer nuestra existencia.

Todos me observaban, algunos con incredulidad, otros realmente conmovidos ante mis palabras, pero lo que decía era cierto. Una vida sin razón era como ser uno de ellos. Heroés hoy, leyendas para siempre, eso era tenerle un sentido a nuestras vidas. Finalmente Lau tomó la palabra, quien para mi sorpresa defendió mi propuesta.

“Harry tiene razón…” dijo con gran inspiración. “Tenemos que enfrentarnos a esas cosas”.
“Pero no te has dado cuenta la cantidad y lo fuerte que son?” le preguntó un incrédulo Asahel.
“Qué prefieres…seguir sobreviviendo, o realmente tratar de hacerle un bien a lo que queda de nuestro mundo?” ella le pregunto con firmeza.
Asahel pensó con seriedad aquella pregunta, y tras racionalizarla, finalmente le respondió. “Tienes razón…”
“Harry, cuentas con mi apoyo también…” Pancho me dijo mientras me ofrecía su mano como para sellar el trato. Jess me observaba orgullosa de mi logro.
“Bien, entonces lo primero que hay que hacer es reunir las cosas necesarias para poder ser dignos combatientes de esos zombies” les dije con seguridad.
“Mañana a primera hora iremos a recolectar lo necesario” dijo Pancho con algo de emoción.

Todos accedieron al plan y procedieron a dormir, pues el día siguiente sería el inicio de nuestra propia resistencia.

Esa noche por primera vez no necesité de un cigarro para sentir tranquilidad, no necesité alcohol para dormir, esa noche cerré los ojos y no solo sentí tranquilidad, también orgullo. Habíamos terminado de huir…por primera vez nos enfrentaríamos al destino. Héroes hoy…Leyendas para siempre…Eso me agrada.

Continuará…

No hay comentarios:

Publicar un comentario