Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

viernes, 30 de julio de 2010

Capítulo 9

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 9 “a cry for eternity”

Nunca podré olvidar lo que ocurrió ese día, alguien se había impuesto ante mí, no solo me golpeo, también me dijo muchas cosas, cosas que me pusieron a pensar demasiado…Mis posturas respecto a este nuevo mundo, todo lo que creía quedó en duda, me sentí débil, incapaz de seguir, no conocía el verdadero significado de la palabra equipo. Ese día cambio mi forma de ver éste mundo…

Estaba sentado en una pequeña mesa, seguía tratando de descifrar alguna forma de unir las tres inmunidades para crear el antivirus pero mi mente estaba en blanco, simplemente coloqué mi cabeza sobre mi mano y cerré mis ojos. Creo que hasta por un momento me quedé dormido, esto claro, hasta que alguien llegó a despertarme.

“Julio, qué has averiguado sobre las inmunidades?” pre preguntó con su característica voz profunda.
“La verdad nada…es algo complicado fusionar las inmunidades” le dije honestamente a Pancho.
“Eso temía…Asahel tampoco ha encontrado nada útil” me dijo con algo de decepción en su voz. “De acuerdo, sigue esforzándote” me dijo simplemente antes de retirarse a sus actividades habituales.

Vaya, esto realmente era complicado. A pesar de que Harry había traído a una de esas cosas para que analizáramos sus partes, no es suficiente, de un solo individuo no podemos basarnos para crear el antivirus, como este virus muta constantemente, necesitaríamos observar a varios para ver los efectos del virus en diferentes organismos. Sin embargo, un estudio de esa magnitud podría costarnos a todos nuestras vidas. También había algo que me preocupaba respecto a esto del antivirus, si lográramos sintetizarlo, hay un gran riesgo de por medio…si el virus muta constantemente, al antivirus puede tener efectos similares en quien se administre? Todo tenía sus pros y sus contras, pero la genética no era lo mío, no sabía si todo esto tendría resultado. Simplemente decidí regresar a mis anotaciones en mi cuaderno, algo debía poderse hacer.

A pesar de que estaba en un rincón, las actividades dentro de la bodega seguían siendo las habituales. Observé como Pancho estaba dándoles mantenimiento a las armas y a los vehículos, mientras que Harry y Aldo entraban y salían constantemente del cuarto que designamos como laboratorio. Seguramente seguían teniendo problemas con las pruebas genéticas. Por lo visto las mujeres seguían dormidas a pesar de ser ya cerca de las 10 de la mañana, en eso noté como Jess y Laura iban bajando las escaleras. No pude evitarlo, pero desvíe mi mirada bruscamente sin embargo me mantuve atento a lo que decían.

“Pudiste descansar Lau?” le pregunto Jess con preocupación.
“Algo…al menos ya no tuve sueños raros” dijo ella con una ligera sonrisa formándose en sus labios. “Y tú?” le pregunto con curiosidad.
“No mucho…tuve un sueño muy perturbador” le dijo bajando el tono de su voz.
“Qué paso?” le pregunto alarmada.
“Creo que es justo que te lo cuente…” Laura se mantenía atenta a cada palabra. “Mientras estuvimos en química, recuerdas que te dije que habíamos tenido un enfrentamiento…?” Laura accedió con la cabeza. “Pues nos encontramos con Pedro…convertido en una de esas cosas”. Su mirada denotaba algo más que simple tristeza, eran emociones las cuales yo desconocía.
“Nunca creí que…algo así me afectaría tanto” le dijo a su amiga simplemente.
“Todo lo que conocimos, todas las personas con las que convivíamos…todo cambio” le empezó a decir Laura. “Pero hay que mantenernos vivos y tratar de terminar con esto por el recuerdo de ellos”. Jess sonrió levemente, se había quitado un gran peso de encima.

Debo admitir que el concepto que tenía sobre esas dos mujeres definitivamente ha cambiado mucho desde que comenzó todo esto. Aquellas que al principio considere como estorbos realmente demostraron ser mucho más que eso. Ambas me han dejado incapaz de volver a tratarlas con indiferencia. Volteé a ver mi cuaderno, todo seguía en blanco. Debo trabajar, todo sea por que esto termine al fin.

En el cuarto de arriba Iraís y Mile seguían descansando, sin embargo alguien tocó interrumpiendo su momento de tranquilidad.
“Quién es?” Iraís se sintió algo tonta preguntando, era más que obvio quién era.
“Soy yo…” le respondió esa voz característica de Asahel.
“Pasa…” le dijo mientras se levanta. Mile seguía profundamente dormida.
“Ya es algo tarde…” le dijo como indirecta a su amiga de cabellos rizados.
“Y desde cuándo importa la hora en el fin del mundo?!” le respondió algo irritada Iraís.
“Perdón…” dijo Asahel haciéndose chiquito. Mile abrió sus ojos debido al escándalo.
“Bueno, entonces los dejo solos…” Iraís se puso sus zapatos y salió de ahí.
“Asahel…” le dijo Mile con tranquilidad.
“Cómo te sientes?” le pregunto rápidamente. “Mucho más tranquila” le respondió con una sonrisa.
“Toma…” le dio una pequeña bolsa de plástico. “Le pedí de favor a Jess y a Laura que te consiguieran algo de ropa para que te cambiarás” le dijo Asahel con algo de nerviosismo que solo Mile podía provocar en él.
“Gracias…” Ella le dijo agradecida.
Ambos se quedaron sentados ahí, juntos. Iraís seguía observando a escondidas por una grieta en la puerta, satisfecha ante lo que había visto, decidió dejarlos solos. Ella se retiro con una sonrisa amplia formándose en su rostro.

Tomo camino rumbo a la planta baja donde supuso que todos estaban arduamente trabajando. Para su gran sorpresa encontró a Julio sentado en una mesa en una posición en la que estaba segura que estaba dormido, en otro lado a Laura y a Jess platicando sin mayores preocupaciones. Pancho se había también quedado dormido debajo de uno de los carros mientras estaba revisándolo. Después notó la puerta del laboratorio y decidió ver qué tanto innovaban el par de QFO´s.

Entró y para su sorpresa estaban Aldo y Harry con una cerveza en cada mano ambos riéndose como si no hubiera mayores preocupaciones en el mundo. Iraís se sintió algo indignada y enojada a la vez, el futuro del mundo entero dependía en ese par de QFO´s ebrios. A la vez eso le causa una cierta gracia.
“Qué se supone que están haciendo?” tuvo que preguntarles. “Y no me salgan con que el antivirus lleva alcohol…”Harry y Aldo se voltearon a ver.
“Que no podemos relajarnos un poco?” le pregunto Aldo algo desafiante a Iraís.
“Acaso no oyeron…estamos en medio del apocalipsis y lo único que se les ocurre hacer es tomar!” dijo con mucho mayor tono.
“Tranquila…” Harry trato de calmar a Iraís. “Simplemente queríamos relajarnos un poco…”
Iraís los observó fijamente, considero que tampoco ella había hecho nada demasiado productivo ese día y soltó un suspiro.
“Está bien…pero no quiero que se pongan borrachos” les dijo firmemente. “Por cierto…dónde las consiguieron?” no pudo evitar preguntar fuera de curiosidad.
“Si puedo conseguir cigarros en el fin del mundo, conseguir alcohol tampoco es problema para mi” le dijo simplemente Harry.
Iraís solo siguió observándolos.

No podía creerlo, parece que había encontrado un teoría viable. Admito que no era el mejor de mis trabajos ni el más sencillo de llevar a cabo, sin embargo había conseguido algo. Seguía escribiendo con mucha inspiración, ya había llenado aproximadamente 10 páginas de mi cuaderno viejo y aún tenía mucho más que dar. Las ideas comenzaban a conectarse entre sí en mi cabeza. Aquello era sorprendente, tanto ahora como cada vez que pasaba desde que tenía 5 años. De pronto me detuve en seco, sentía la presencia de alguien observándome fijamente. Voltee bruscamente y me encontré con sus ojos grandes y oscuros observándome con curiosidad. La vi, pero no le dije nada en lo absoluto, hasta que ella hablo.

“Por qué te detuviste?” me pregunto con sencillez.
“Perdí la concentración por un momento” le dije mientras alejaba mi mirada de la suya, desde ese día no era capaz de mirarla fijamente a los ojos.
De pronto sentí como su mirada ya no se fijaba en mi, ahora leía atentamente las anotaciones en mi cuaderno.
“Crees que sirva?” me pregunto nuevamente.
“Eso…espero” le dije de nuevo evitando su mirada. Tan sólo esperaba que no notara mi comportamiento irracional respecto a su presencia. Antes de que dijera cualquier otra cosa, sentí como puso una lata sobre mi escritorio, voltee a verla confundido.
“Debes estar cansado no? Toma…” dijo con un ligero sonrojo en su rostro y tras decirme esas palabras se alejó rápidamente. No lograba entenderla, acaso era arrepentimiento, perdón o quizá lástima? No lograba entender el significado de sus acciones, se suponía que lo que menos merecía era algún detalle humano de su parte.

Pronto mis pensamientos fueron interrumpidos por Pancho quien también observaba la cantidad inmensa de apuntes en el cuaderno.
“Vaya…suena lógico” dijo entendiendo todo lo escrito. “Para cuándo piensas poner a prueba tus teorías?” me pregunto rápidamente.
“Eso depende…” le dije con sencillez cerrando mi cuaderno.
“En qué?” me pregunto seriamente.
“Necesitamos más muestras del virus” le dije con un tono bajo de voz.
“Pero eso implicaría que tendríamos que salir a conseguirlas…cuántas necesitas?” me dijo analizando todo en su cabeza.
“Al menos unas 10 muestras quizá más” le dije con seriedad.
Noté como pensaba seriamente la situación mientras jugaba con su propia barba.
Quizá mis ideas no iban a ser útiles, tanto él como yo bien sabíamos que esto implicaría que varios tendrían que salir y arriesgar sus vidas para conseguir esas muestras, y también cabía la posibilidad que aún así mi teoría no sirviera.
Observé como Pancho tomó su radio y le llamó a todos.

Pronto estaban todos reunidos de nuevo ahí, Pancho me tenía a su lado y los demás estaban frente a nosotros. Él tomó la palabra.
“Julio tiene una teoría para crear el antivirus, sin embargo esta teoría requeriría que le consiguiéramos al menos 10 especímenes frescos del virus…” dijo Pancho con claridad.
“En verdad piensan salir a conseguir muestras de esas cosas?” dijo Mile algo sorprendida.
“Creo que es nuestra mejor opción para crear el antivirus, Harry y Aldo no han tenido éxito alguno con sus pruebas” les dijo con pocos ánimos Pancho.
“Si en verdad hay una posibilidad de que funcione esto, vale la pena intentarlo” dijo Jess con seguridad.
“Opino lo mismo” agregó Laura a la decisión de su amiga.
“Entonces saldremos un equipo de 5 a recolectar las muestras, quién está dispuesto a ir?” pregunto observando a todos.

El primero en levantar su mano fue Harry, seguido por Jess y Laura, Pancho ya tenía alzada su mano, sólo faltaba uno, no se que entró dentro de mí, pero aquella mano que se alzó resulto ser la mía. Pude ver los rostros llenos de sorpresa de todos, incluyendo la de Pancho también.

“Entonces…a primera hora mañana por la mañana partiremos a la ciudad vecina a conseguir esas muestras” dijo Pancho tratando de recobrar su postura original. “Descansen…” termino su oración y se retiro.
Todos seguían boquiabiertos ante mi decisión, sin embargo poco a poco todo fueron retirándose a descansar.

Yo seguí trabajando en mis cálculos y notas sobre el antivirus, no tenía mucho sueño. Pude ver que Aldo y Harry estaban profundamente dormidos, demasiado relajados para como usualmente eran. Tan sólo me iluminaba una luz tenue que provenía de la luna de un pequeño orificio en el techo. Finalmente terminé cediendo ante Morfeo y me quedé igualmente dormido.

La mañana siguiente, a primer rayo de luz estábamos los 5 listos para la misión. Nos iríamos en la hummer y los demás se quedarían, Asahel listo por si cualquier transmisión llegaba de parte nuestra. Nos despidieron y pronto solo se vio la camioneta partiendo hacia el horizonte. A pesar de ser una simple misión de rutina, el riesgo siempre estaría presente. Tan solo espero que mi teoría respecto al antivirus sea cierta.
Llegamos a una de las orillas de aquella vieja ciudad, por lo visto en algún momento fue Celaya. Aquella ciudad tan solo eran ahora ruinas llenas de destrucción y cuerpos en descomposición. Pancho apagó la hummer y nos dio instrucciones precisas.

“De acuerdo, somos pocos y la misión será rápida…una hora, en una hora nos vemos aquí con sus muestras, todas las que puedan conseguir” dijo con firmeza Pancho. “Cada quien irá sólo así que manténganse muy alertas…necesitamos regresar lo más pronto posible” continúo.

Todos accedieron y salieron de prisa del vehículo y tomó cada quien un rumbo diferente en busca de las muestras. Lo principal era conseguir eso…eso y mantenernos con vida por una hora en aquella cueva de la bestia.

Comencé a caminar con lentitud, observando cada detalle de mi alrededor, no había visto a ninguna de esas cosas, pero tenía que mantenerme alerta, esta vez no había nadie que me pudiera salvar si me encontraba en una situación como la del almacén. Pisé sin querer una rama y el sonido de esta pronto atrajo a unos 5 zombies hacia mí.

Trate de mantener la calma, les apunté a la cabeza, tal y como aprendimos desde el primer día, dos tiros y tendría que recargar, tenía que elegir a los que mataría con mucha precisión. Dispare y los dos más cercanos a mi cayeron, recargué lo más rápido posible y volví a disparar, otros dos cayeron. En eso antes de que pudiera recargar se me cayó la bala y el último se abalanzó contra mí tirándome al suelo. La bala a distancias de mi mano, sin embargo sentía como aquella cosa seguía trepándose. Finalmente como pude lo patee tomé la bala y le disparé. Justo entre los ojos, el método más efectivo. Respire hondo y tomé las jeringas retirando sangre de cada uno de los cuerpos.

En teoría eso debería ser suficiente para poder comparar los efectos del virus en distintos organismos. Chequé mi reloj, vaya tan sólo me tomó media hora, los demás estarían sorprendidos de esto al igual que yo. Me preparé para regresar a la camioneta.

Pude ver el carro a distancia, Pancho Harry y Jess ya estaban subidos en él. Demasiado para mi entrada triunfante. Continúe acercándome, noté sus rostros algo preocupados, decidí ignorarlos. Estaba a metros del carro cuando se escuchó un grito ensordecedor llenó de temor. Vi como las miradas de los tres se llenaron de un miedo indescriptible. Ese grito…supuse rápidamente de quién provenía. Me di la media vuelta y corrí.

Llegué a una pequeña plaza y vi algo que en verdad hizo que por primera vez sintiera el verdadero miedo. Una de esas cosas tenía agarrada firmemente a Laura contra una pared y a su alrededor se juntaban más como si aquel pensará en compartir el manjar que había encontrado. Corrí hacia ella, disparando lo más rápido que pudiera. Logré dispararle y éste la dejo, pude ver sus ojos llenos de miedo y el modo en que me miraron llenos de sorpresa.
“Tú…me salvaste?” me preguntó en voz baja llena de sorpresa ante la postura que había tomado. Regresar a salvar a alguien no es algo que se daba mucho en mí.
“Eres una de nosotros después de todo” le dije con sencillez.
Pronto me percate de que más de esas cosas seguían reuniéndose a nuestro alrededor, tomé mi arma, ella también siguió mi ejemplo y ambos nos preparamos para pelear.
Comenzamos a dispararles pero parecía que no cedían. De pronto los tiros de Laura comenzaron a sonar muy diferente que al principio.
“Demonios…me quedé sin municiones…sólo tengo una bala” dijo con coraje y miedo a la vez.
Yo seguí disparando pero en eso otros dos zombies se colocaron a su lado tratando de atacarnos, los pateaba y golpeaba pero no los lograba alejar. Apunté y disparé, pero también me había quedado sin municiones. En esos momentos hice lo único que se me pudo ocurrir, tome mi escopeta y los golpeé con ella. Uno cayó pero pronto sentí como unos dientes se aferraban a mi mano. Sentí un ardor espantoso y escuché el grito de Laura lleno de horror.

Sentí como me alejaba de la multitud de monstruos, estaba viviendo en carne propia el virus, demonios, si tan sólo tuviera mi cuaderno para escribir esto. De pronto comencé a sentir gotas en mi rostro, estaría lloviendo? Abrí mis ojos y vi el rostro de Laura cubierto de lagrimas, ella estaba llorando por mí. Estaba llorando por alguien que jamás le dio la menor importancia y siempre la considero un estorbo.
“Voy a convertirme en uno de ellos…” le dije con la poca voz que aún salía de mis cuerdas vocales.
“No…no digas eso, ya verás que regresaremos y Harry y Aldo terminarán la cura y te salvaras…” me dijo entre lagrimas.
“No te engañes…” le dije con algo de frialdad. “Siempre tuviste razón sobre mí…”
Ella se sorprendió. “No…me arrepiento de haberte dicho eso…perdón” me dijo mientras lloraba en mi pecho.
Suspiré. “Quiero pedirte un favor…” le dije en voz baja. Ella alzó su cabeza y me vio a los ojos.
“Cuando muera…saca rápidamente una muestra de sangre…y cuando me convierta en uno de ellos…mátame” le dije con seriedad. Ella me observaba incapaz de digerir aquel favor que le pedía. “Lo harás?” le pregunté tratando de hacerla reaccionar. Finalmente movió su cabeza accediendo a mi petición. Sonreí.

De pronto mi vista comenzó a nublarse y decidí cerrar mis ojos. Sentí como sus lagrimas seguían cubriendo mi rostro. Jamás creí que mi vida terminaría antes de la de cualquiera de ellos, ese día vi directo en sus ojos…esos ojos que cambiaron tanto mi forma de ver la vida, de ver a mis compañeros. Ese día había entendido el significado de aquella complicada palabra. Al menos mi vida había tenido algo de sentido…

Se escuchó un fuerte disparo.

Continuará…

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