Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

viernes, 30 de julio de 2010

Capítulo 6

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 6 “a prelude of death”

Un hogar…Acaso algo así aún existe en este nuevo infierno que llamamos “mundo”? Tengo que protegerlos a todos…ahora estamos solos…completamente solos…vaya eso en verdad se oye triste…Qué nos deparará el futuro cercano? Me pregunto…

Seguía manejando, el sol estaba ya saliendo, había manejado toda la noche sin un rumbo en sí. Observé el espejo por la ventana y vi como la otra camioneta seguía mis pasos con poca distancia entre los dos.

“Parece que Julio tampoco durmió…” mis ojos volvieron al camino desolado y tan solo suspiré. Escuche como alguien se movía a mi lado. Era Laura. Abría sus ojos lentamente mientras se incorporaba y fijaba su mirada en mi. En la parte de atrás Iraís, Asahel y Aldo dormían profundamente.
“Dónde estamos?” me preguntó algo desubicada.
“Seguimos en la carretera..” le respondí simplemente. Su voz aumento de tono.
“No dormiste anoche?!” me regaño. Yo tan solo le hice señas de que guardará silencio, pues los demás seguían dormidos.
“Sabes…” dijo bajando su tono. “No deberías tomarte tan a pecho tu responsabilidad, te dije que me despertarás para ayudarte a manejar mientras tu descansabas...” dijo con su mirada llena de preocupación.
El simple hecho de que ella estuviera manejando…de todos modos no podría descansar. Aunque tenía un punto…debería confiar en ella y en los demás…las responsabilidades no deberían caer completas sobre mis hombros. Ella seguía con su mirada fija en mi, esperando una respuesta.
“Pronto llegaremos…tranquila, puedo aguantar un poco más” le dije tratando de calmar esa mirada seria que cubría su usual rostro alegre.
“A dónde vamos?” me preguntó notando que tan solo era una excusa para quitármela de encima. Vaya, a veces me sorprendía lo analítica que podía llegar a ser.
“…No lo sé...” fue lo único que pude decirle.
“Detén el carro” me dijo con una mirada firme. No tuve opción, le avisé a Julio que pararíamos un minuto y detuve el carro.

Tan pronto se detuvo el carro, ella salió y abrió mi puerta prácticamente jalándome fuera del asiento del conductor. Pude observar las miradas confundidas de Harry, Jess y Julio que observaban tremenda escena. Ella me colocó en el asiento del copiloto y se sentó en el que era mi asiento. Escuche el rugir del motor, tomo el walkie-talkie y dijo con voz clara y segura.
“Bien, ahora yo estaré a cargo de la Hummer…Pancho necesita descansar” dijo enfatizando lo último.
La observaba incrédulo ante lo que había ocurrido, desde cuando se había vuelto una chica tan fuerte y decidida? Qué había pasado con aquella Laura llena de inseguridades e indecisión que conocía? Estaba sorprendido ante lo mucho que había madurado en tan solo un par de días. Me recargué en el asiento y suspiré. La observé con detenimiento mientras ella manejaba, algo me impedía cerrar mis ojos aunque ellos gritaban dentro de mí por un poco de descanso.

“Trata de dormir” me dijo Laura sin quitar la mirada del camino.
“No tengo sueño…” le mentí descaradamente, pero erré.
“No es cierto…” suspiro. “Tranquilo…puedes confiar en mi” me dijo revelando una pequeña sonrisa.
De pronto sentí una gran tranquilidad. ¿Qué es lo peor que podía pasar? Confiaría en ella, mientras trataría de descansar. Y así cerré mis ojos y pronto deje de escuchar el motor y me quedé dormido.

Finalmente abrí los ojos. El carro estaba apagado y vacio, sólo estaba yo ahí. Qué había pasado mientras me dormí?! Salí corriendo del carro tan solo esperando encontrarme con lo que más temía, cuerpos destrozados, o peor, mis amigos convertidos en “ellos”. Salí tan solo para encontrar a todos reunidos observando fijamente una gran bodega abandonada. Parece que dejé volar mi imaginación. Suspire con alivio.

“Pancho, por fin despertaste” me dijo Iraís con sorpresa.
“Cuánto tiempo dormí?” les pregunté con curiosidad.
“Unas cuantas horas” respondió Asahel con detenimiento.
Lo observe, pero pronto fije mi mirada en aquella bodega frente a nosotros, estaba algo abandonada y sentía curiosidad por lo que planeaban hacer con ella.
“Creemos que aquí podría ser un buen lugar para refugiarnos” dijo Laura con rapidez al notar mi rostro lleno de confusión.
“Sí…Jess vio este lugar mientras manejábamos” dijo Harry algo orgulloso de su amiga.
“Creo que es un buen lugar para descansar, no podemos estar viajando en la carretera para siempre” dijo Jess también con algo de orgullo.
“Y cuál es el plan?” pregunte con voz seria.
“Lo más adecuado será que algunos de nosotros entremos a revisar que el lugar este limpio, después entraremos los demás” dijo Julio sin rodeos.
“Y quién es tan suicida como para querer a entrar ahí?” pregunto Aldo sin intenciones de entrar él mismo.
“Yo entraré” Laura levanto su mano mientras accedía al plan. Observé la cara boquiabierta de Aldo ante tal declaración.
“Yo también voy” Harry pronto declaro uniéndose a su amiga Laura.
Suspire. “De acuerdo yo también entraré, los demás esperen afuera…si tenemos problemas...” alcé mi walkie-talkie. “Aldo, Iraís y Jess entrarán a ayudar” dije con firmeza.

Los tres estábamos frente a la puerta de aquella bodega. Pude observar de reojo como todos nos observaban con algo de preocupación en sus caras. Volteé a ver a Laura y a Harry esperando la misma reacción de su parte. Pero nuevamente, me equivoque. Harry estaba tranquilo, aún con un cigarro en su boca. El humo fluía de sus labios y su rostro mostraba algo que por un momento considere como emoción o un golpe de adrenalina. Por otro lado observé a Laura. Ella estaba de pie, su mirada algo seria, tenía sus pistolas en manos, no sentí el más mínimo arrepentimiento en su rostro. De pronto sentí como su mirada se fijo en mí.
“Estás listo para entrar Pancho?” me pregunto esperando una respuesta de mis labios.
Traté de mostrarle seguridad con mi mirada. “Entremos”.

Los tres nos abrimos camino entre aquella oscuridad la cual se volvió inmensa tan pronto se cerró la puerta detrás de nosotros. Lo único que se lograba ver era la pequeña luz proveniente del cigarro encendido de Harry, pero aquella no era suficiente para iluminar nuestro camino. Era peligroso caminar así, seríamos fácilmente atacados y…de pronto mis preocupaciones cesaron cuando vi una luz proveniente de uno de nosotros.
“Con esto bastará” oí la voz de Laura.
“Traías una linterna?!” pregunto Harry algo sorprendido.
“En el apocalipsis tienes que estar preparado para cualquier cosa” dijo con algo de soberbia.
“Entonces…comencemos con esto, mantengámonos juntos” volví a suspirar. “Laura, tú iras por delante, Harry y yo cuidaremos los costados” le dije con algo de duda. Ella simplemente accedió

Aquel lugar era tétrico, pero era lo más cercano a un hogar que podíamos encontrar en esos momentos. Todo parecía tranquilo, mis hombros comenzaron a relajarse, casi habíamos terminado de revisar el lugar, estaba completamente deshabitado. Eso era un alivio. De pronto sentí una mano tocar mi hombro.
“Qué pasa Laura?” le pregunte rápidamente.
“Sobre qué?” dijo confundida. Su voz se oía a varios metros de mí. Fue entonces que note algo que hizo que mi estómago subiera hasta mi garganta. Aquella mano en mi hombro se alzó y de pronto sentí dos manos aferrándose con firmeza a mi cuello evitando que pudiera respira, gritar o decir cualquier palabra.
“Pancho…Pancho!” sentí la luz de la linterna sobre mi rostro y fue cuando vi la cara de Laura, no puedo describir la cantidad de emociones que vi en ella, presentía lo peor, presentía el final de mi camino.

Antes de perder el conocimiento escuche un balazo, entonces sentí como el agarre en mi cuello se aflojaba y pude respirar. Rápidamente alcé la vista y pude ver como Laura yacía de pie con una pistola en su mano aún apuntando hacia la dirección donde estaba. Sentí como su mirada se relajo y corrió hacia mí.
“Estás bien?” me pregunto con gran preocupación. Sin embargo antes de que pudiera responderle cualquier cosa sentí como se aferró a mí en un abrazo. “Pensé que ibas a morir…” dijo en voz baja.
“Lau…creo que deberían ponerse de pie” Escuché a Harry decir con una voz algo temblorosa. Obedecimos su sugerencia. Pronto Laura dirigió su linterna hacia la voz de Harry y vimos algo que nos congeló en el momento. Eran aproximadamente una docena de esos seres caminantes frente a nosotros.
“Tres contra doce…qué opinan?” dijo Harry con ironía en su voz.
“Habló por refuerzos?” le pregunté rápidamente tomando el walkie-talkie.
Sentí como una mano me detuvo antes de lo tomará de mi cinturón. “Espera…” me dijo Laura.
“De acuerdo…” vi una sonrisa en la cara de Harry mientras apagaba su cigarro con su pie. “Nos tocan cuatro por cabeza” Laura simplemente accedió a la idea tomando sus pistolas, Harry ya tenía un machete en cada mano. Yo no tenía la menor intención de dejarlos solos en la pelea, simplemente tomé mi hacha y me preparé para lo peor.

Corrimos y atacamos a esas bestias. Laura rápidamente comenzó a dispararles apuntando directamente entre los ojos. El método más efectivo para destruirlos, de eso no cabia duda alguna. Harry corría ágilmente entre ellos, saltaba y les cortaba la cabeza sin detenerse a tomar un respiro. Sorprendente, debía admitirlo. Simplemente tomé mi hacha y los ataque tratando de partir su cráneo en dos. Cuatro por cabeza, eso no sonaba tan difícil. Después de todo, éramos un equipo y podía atacar libremente, sabía que ellos cuidaban mi espalda.

En medio de aquella batalla pude sentir como una pequeña sonrisa se formó en mi rostro. No era sádica ni macabra, era una simple sonrisa, no estaba sólo, ellos siempre estarían a mi lado. Pronto observé como habíamos terminado con aquella docena de monstruos, el lugar estaba limpio. Decidí tomar el walkie-talkie de mi cinturón, sin embargo, para mi gran sorpresa no estaba, fue entonces que escuché su voz diciendo con ánimos.
“El lugar esta limpio, pueden entrar”. No podía creerlo, cuando tomó el walkie-talkie?

Todos entraron aún algo cautelosos, observaron los cuerpos tirados y nos miraron con algo de preocupación a los tres. Nuestros rostros con sangre coagulada y algunas de nuestras ropas también manchadas. Supongo que en medio de aquella oscuridad no cuidamos alejarnos de la sangre. Creo que había cosas más importantes en juego. Aldo y Harry comenzaron a sacar los cuerpos de la bodega y los apilaron afuera donde les prendieron fuego.

Asahel, Iraís y Jess comenzaron a bajar las cosas de la camioneta. Pude ver como Laura estaba en un rincón limpiándose la cara en una cubeta con agua. Pronto Harry y Aldo volvieron y comenzaron revisando la instalación eléctrica. Julio estaba metiendo los carros a la bodega para esconderlos, no podíamos darnos el lujo de que nos robarán nuestro transporte. Al poco tiempo aquella bodega pareció volverse algo habitable. No teníamos mucho, una mesa, un par de aparatos electrónicos y para descansar simplemente unas bolsas para dormir.

Terminamos de preparar todo, aquella bodega era impenetrable y teníamos control de todo lo que ocurría alrededor de ella. Al menos pude sentir algo de seguridad en aquel lugar. Me senté en el suelo y suspiré. Todo parecía estar tranquilo, al menos por mientras. Cerré mis ojos y traté de descansar.

Asahel había puesto una especie de red para tratar de detectar señales de sobrevivientes. Pero lo único que lograba captar eran señales distorsionadas de radio, ningún grito por ayuda, sólo estática. Su mirada denotaba algo de decepción y decidió dejar el sistema por la paz mientras se levantaba y tomaba asiento con los demás.

Ahí estábamos todos, con miradas algo cansadas, no sonreíamos pero tampoco sentíamos desesperación, era pacífico estar así, en un silencio. Claro aquel silencio no podía durar para siempre. Para variar, alguien tuvo que decir algo para romper aquel “silencio incómodo”, como le gustaba decirle.
“Y ahora qué haremos?” preguntó inocentemente Laura con algo de cansancio en su voz.
“Asahel no ha recibido ninguna transmisión…” dijo Aldo con simpleza.
“Creen que somos los únicos vivos?” pregunto Iraís algo consternada.
“No lo creo…la gente halla formas para sobrevivir…nosotros somos la clara muestra de ello” dijo Harry con mucha seguridad.
“Aún así…estamos hablando de una infección…una pandemia” dijo Julio sin mucho interés.
“Y por qué estamos vivos?” dijo desafiantemente Harry. “Si nosotros tuvimos inmunidad a aquel virus, qué te hace pensar que no hubo más gente que estuviera en nuestra misma situación…en momentos como estos lo mejor es mantenernos unidos, mientras más seamos, más posibilidades tenemos de sobrevivir…como equipo” dijo enfatizando el final.

Julio tan sólo lo observó sin poder decir ninguna palabra. Harry se sintió satisfecho de haber logrado causar esa impresión en él y en todos los demás presentes. Yo lo observé, y a decir verdad, me sentí orgulloso de él, esa manera de confiar ciegamente en sus amigos, depender de ellos y hacer todo lo posible por ellos, eso era lo que más admiraba de él.

“Y…tomaremos turnos para vigilar?” pregunto Iraís también con algo de cansancio.
“Es lo mejor…no podemos confiarnos” le respondió Jess con sencillez.
“Eso supuse…” dijo ella con un suspiro.
Observé sus rostros y me consterné, noté preocupación en ellos además de cansancio. Acaso estaban llegando a sus límites?

De pronto fuimos interrumpidos bruscamente, cuando el aparato de Asahel comenzó a hacer gran ruido de estática. Aldo se levantó para apagarlo, a fin de cuentas consideraba inútil nuestra búsqueda por sobrevivientes. Pero antes de que logrará apagarlo, se escucho una voz en medio de aquella estática. Asahel se sobresalto e Iraís tan sólo le gritó que se detuviera. Pronto Aldo cayó en cuenta sobre quien era aquella persona que se escuchaba a través de aquella radio. Yo también sabía quien era. Simplemente me sentía sorprendido y noté la cara de Asahel, indescifrable ante el choque de emociones.

“…Por favor…ayuda…estoy atrapada…en química…necesitamos ayuda…son muchos…por favor…si alguien…el mensaje…por favor…nos queda poco tiempo” La transmisión se cortó bruscamente.

“Estoy segura…Es Mile” dijo Iraís rápidamente.
“Esta viva…en verdad lo esta” noté la cara con emoción de Aldo. Asahel seguía incapaz de formar una sola palabra.
“Tenemos que ir a salvarla Pancho!” Iraís se impuso ante mi.
“Estamos muy lejos…escuchaste, esta en la facultad de química!” le dije tratando de meterle algo de cordura.
De pronto Asahel habló.
“Pancho…tenemos que ir” me dijo firmemente.
“Pero sabes que es muy arriesgado volver allá…” le dije con la mayor comprensión que pude digerir.
“Por favor…necesito verla otra vez” su mirada llena de emoción logró captar mi mirada, jamás lo había visto tan seguro de sí mismo.
“Volver a la escuela…crees que llegaremos a tiempo?” le pregunté dándole a entender la posible realidad.
“Ella sobrevivirá…de eso no tengo duda” me dijo con firmeza.
Suspire. Voltee a mi alrededor y vi las miradas de todos, esta decisión no solo afectaba a Asahel o a Iraís, afectaba a todos, podíamos perder a uno en la misión, quizá morir todos, y todo yacía en mis hombros, aquella gran decisión.
Finalmente vi a Asahel a los ojos y simplemente le dije “Esta bien…partiremos mañana por la mañana”.
El se disgustó ante la decisión, se notaba que quería salir lo más pronto posible.
“Necesitamos descansar” fue lo único que le dije.

Todos trataron de dormir, aquello que nos esperaba no era fácil, pero supongo que no perdíamos nada con intentarlo.

Confiaré en ellos, por algo estamos juntos…yo los defenderé y los protegeré y sé que ellos harán lo mismo por mí. Después de todo sí hay un “hogar” en este infierno, al parecer lo he encontrado, y no me refiero a esta vieja bodega, no, esto es algo más profundo. Mi hogar...son ellos…

Continuará…

No hay comentarios:

Publicar un comentario