Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

viernes, 30 de julio de 2010

Capítulo 8

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 8 “Reminiscence of a dream”

Emociones cruzando mi mente y mi corazón…esto es demasiado para mí. Una cosa era combatir zombies para sobrevivir, pero es muy diferente combatir a tus propios amigos convertidos en ellos. ¿Dónde quedó ese mundo en el que una vez vivíamos vidas tranquilas? Simplemente se ha convertido en un sueño olvidado…

Estaba sentada en el suelo, no podía moverme, solo vi como la sombra de Harry se acercaba de mí. Alcé mi mirada y vi como la sangre escurría de su brazo, no era sangre coagulada, era su propia sangre. El se sentó y me observó algo preocupado.
“Estás bien…?” fue lo único que pudo preguntarme.
Lo observé y simplemente moví la cabeza en afirmación. Aunque en verdad no estaba bien, tantas cosas cruzaron mi mente en ese momento, supuse que lo mejor sería suprimirlos por el momento. Me levanté con cuidado, Harry también se puso de pie, ambos comenzamos a caminar y rodeamos el cuerpo sin vida de Pedro. Cuando lo miré sentí algo indescriptible, él era mi amigo y ahí estaba, muerto. Harry notó esto y pronto me alejo de aquella escena, tenía que sobrellevar esto, había cosas más importantes. Teníamos que reunirnos para irnos de aquel lugar infernal. Ver a nuestros amigos convertidos en esas cosas y tener que matarlos, eso era una pesadilla.

Avanzamos con cautela hasta llegar a los carros, Harry y yo nos subimos a la camioneta y esperamos a que los demás llegaran. Estábamos los dos sentados sin decir una sola palabra, tan solo observábamos el horizonte, esperando ver alguna silueta conocida subiendo por aquellas escaleras. Pasaron 5 minutos, luego 10 y no había señal de nadie. Mi corazón comenzó a latir rápido de desesperación pero pronto vi dos siluetas corriendo hacia los carros. Eran Laura y Julio, pronto notaron nuestra presencia en la camioneta, Julio se subió al lugar del conductor y Laura tomó su lugar en la hummer haciéndome señas de comunicarnos por el radio.

Cuando Julio se subió al carro lo primero que noté fue el color rojo intenso que aún palpitaba en la mejilla de él, lo segundo fue su mirada, aparte de la frialdad común que mostraba, había algo más, algo que no podía descifrar. Él pronto cortó mi inspiración al pasarme el radio.
“Lau…qué pasó? “ le pregunté con rapidez.
“Nada malo, tuvimos un pequeño enfrentamiento en el almacén, pero fuera de eso todo está bien” me respondió con claridad. “Ustedes qué tal?” me preguntó sin rodeos.
“Pues…también tuvimos un enfrentamiento…y…todo está bien” le dije omitiendo la parte que realmente me dolió de ese enfrentamiento, ese no era el momento para hablar sobre mis sentimientos.
“Mira, vienen dos personas más…parece que uno está lastimado!” me dijo con sorpresa.
Volteé hacia las escaleras y pude distinguir como Aldo venía caminando con Iraís en sus brazos. Pronto se subieron a la hummer.
“Qué pasó Lau?” le pregunté con ansias.
“Parece que Aldo e Iraís se encontraron con Poncho y él atacó a Iraís…” me dijo con preocupación
“Cómo está?” le pregunté.
“Perdió el conocimiento pero dice Aldo que no logró hacerle nada…”me respondió con seriedad.
“Lau…qué hacemos respecto a Asahel y Pancho?” le pregunté, “Ya pasó mucho tiempo…”
“Démosles otros 10 minutos…no deben de tardar” me dijo con esperanza en su voz.
“Está bien…” le dije con un tono bajo.

Los minutos pasaron y aún no había señal de ninguno de los dos. Me comencé a preocupar, pronto se habían cumplido los 10 minutos, tomé el radio y le pregunté a Laura.
“Ya pasaron los 10 minutos…Lau qué hacemos? Es peligroso seguir aquí…”
“Lo sé…” sentí la gran indecisión y preocupación en su voz. “De acuerdo…prepárense para retirarnos…”
Julio escuchó esto y prendió la camioneta, pronto se escuchó también como se prendía el motor de la hummer. Harry se exalto.
“Esperen!” dijo señalando a las escaleras donde tres siluetas iban subiendo las escaleras.
Estaba sorprendida, ante nosotros estaban Pancho y Asahel y…Mile.
Vimos como se subían a la hummer, pronto escuchamos nuevamente por la radio una voz muy contenta.
“Bien…estamos todos, prepárense para salir de Querétaro”.

Tuvimos suerte, estábamos todos sanos y salvos. El viaje fue relativamente tranquilo, tuvimos pocos problemas para salir de la ciudad. Pronto regresaríamos a nuestra bodega abandonada, mejor dicho, a nuestro hogar, era el lugar más seguro a nuestro alcance. Por un momento pude olvidarme de todo y relajarme aunque sea por ese momento.

Llegamos a aquella bodega vieja, a pesar de no ser el escondite más elaborado que pudimos haber encontrado, era un lugar viable para descansar, había servicios básicos, tenía varios cuartos tanto abajo como en una planta alta, y lo mejor de todo, sólo una entrada, de ese modo mantener la seguridad en aquella bodega sería mucho más sencillo.

De nuevo Pancho y Harry entraron a revisar de prisa el lugar esperando que no hubiera ningún visitante no deseado, después Aldo preparó nuevamente la instalación eléctrica, bajamos todas las cosas, escondimos los vehículos y nuevamente estábamos todos reunidos en el centro de esa bodega.

A estas alturas del juego, Pancho consideró que aquella bodega ya era apta para ser nuestro hogar por un tiempo, por lo cual decidió que los cuartos de la planta de arriba los utilizaríamos como dormitorios, había precisamente 4 cuartos pequeños en la planta alta, decidió que Mile e Iraís dormirían en uno, Laura y yo en otro, Aldo, Julio y Harry en otro y en el último Asahel y él. En la planta baja había dos cuartos, uno sería utilizado como centro de vigilancia y el otro, pues no tenía un fin en mente para ése.

Fue entonces que Julio tomó la palabra.
“Creo que como químicos que somos, deberíamos al menos intentar sintetizar una especie de antivirus…” dijo con su típica voz seria.
“No lo había pensado de ese modo…” dijo Pancho. “Aunque tienes un punto…no podemos darnos el lujo de perder a alguno de nosotros”
“Y después de todo, somos químicos…” agregó Harry.
“Pero no tenemos nada de material de laboratorio…o algo para hacer las investigaciones necesarias” dijo Asahel algo desanimado.
“Te equivocas…recolecté algo de material y reactivos mientras revisábamos el almacén, todo está en la camioneta” dijo Julio algo imponente.
“Entonces convertiremos ese cuarto en un laboratorio y comenzaremos las investigaciones para sintetizar el antivirus…” dijo Pancho con una cierta emoción. “Julio, quiero trabajes junto con Harry y Aldo para esto…ambos son QFB´s, ellos saben mucho más sobre esta área que nosotros”
“Está bien, también creo que Asahel debería ayudarnos…” le dijo Julio a Pancho.
“Tienes razón” Pancho accedió. “Ustedes empiecen con eso mientras yo preparo el circuito cerrado de vigilancia”
Asahel tomó esta vez la palabra. “En ese caso, lo primero que necesitamos es una muestra de sangre de cada quien, necesitamos saber de dónde proviene esa inmunidad que tenemos hacia el virus”.
“Cierto…” Aldo comenzó a hablar, “El saber por qué fuimos inmunes nos dará pie a encontrar la forma para crear algo que combata la enfermedad, pero también necesitamos una muestra de una de esas cosas…”
“Eso déjenmelo a mí” dijo Harry muy orgulloso. “Yo me encargo de conseguirte una muestra de esas cosas”.
“Pero ten cuidado Harry” fue lo único que le dije, él simplemente me dio una sonrisa para que me despreocupará.
“Entonces empecemos…” dijo Pancho también con una sonrisa.
Laura se acercó a él. “Y nosotras en qué podemos ayudar?” le dijo inocentemente.
“Descuida traten de descansar” le dijo con tranquilidad Pancho.
“Pero yo quiero ayudar en algo” le dijo nuevamente.
“Iraís sigue aturdida por su enfrentamiento con Poncho, Mile necesita descansar después de todo lo que vivió al igual que Jess, y tú manejaste todo el camino hacia acá, dejen que nosotros nos encarguemos de esto por ahora” le dijo un poco más serio.
“Está bien…”Laura termino accediendo.
“Por qué no van preparando los cuartos de arriba?” dijo Pancho pensando en algo que la entretuviera. Ella accedió.

Antes de ir a ver los cuartos, todos tuvimos que pasar con Aldo quien tomó una muestra de sangre de cada quien para analizarla. Tenían poca experiencia respecto a análisis clínicos, pero hacían lo mejor que podían para la poca experiencia que 5 semestre en química podían brindarles. Tras terminar con eso, Laura y yo subimos a ver los cuartos. Eran relativamente pequeños, un poco más grandes que un cubículo pero básicamente pequeños. Simplemente estaban nuestras bolsas de dormir y una que otra de nuestras posesiones que logramos rescatar en medio del alboroto inicial. Laura se sentó en un rincón sobre su bolsa de dormir, se había quitado sus botas y su chamarra junto con sus armas. Yo seguí su ejemplo también quitándome las botas y mi chamarra y sentándome a su lado sobre mi bolsa de dormir. Hubo un silencio momentáneo.

En el cuarto de a lado estaban Mile e Iraís, ambas acostadas sobre las bolsas de dormir viendo el techo fijamente. Finalmente Iraís decidió romper ese silencio.

“Mile…cuéntame todo lo que pasó” le preguntó con preocupación.
Mile simplemente se sentó y la vio a los ojos. “Está bien…te lo contaré todo”.

Ese día me fui temprano de la escuela. Iba con mi hermana cuando la ciudad comenzó a colapsarse. Apenas logramos llegar a nuestra casa, nos encerramos bloqueando puertas y ventanas, creímos que así estaríamos a salvo. Nos equivocamos, pudimos pasar la noche ahí pero al día siguiente nos retiramos, pronto estábamos invadidos de esos monstruos. Pensé en ustedes y tan sólo esperaba que estuvieran bien, tenía esperanzas que la facultad de química estuviera a salvo. Sin embargo mientras huíamos de nuestra casa, fuimos atacadas por esas cosas, mi hermana perdió su vida tratando de salvarme. A esas alturas lo único que se me ocurrió fue ir a la facultad de química, tenía esperanzas de encontrarlos ahí. Cuando llegué noté que también estaba dominado por esas cosas, pero había un pequeño grupo de chicos que aún estaban peleando contra esas cosas, me quedé con ellos, pero poco a poco fueron muriendo y al final me quedé yo sola. Para entonces me había escondido en el cubículo de la maestra Tolla, pero en verdad pensaba que era cuestión de tiempo antes que yo también muriera ahí. Fue entonces que llegaron Asahel y Pancho y me salvaron.

Iraís escucho atenta la historia y tan pronto termino la abrazó con fuerza y Mile no pudo evitar derramar unas lagrimas.

“Todo ya pasó….ya termino tu pesadilla, estás con nosotros” le dijo Iraís con seguridad.
“Gracias amiga…” Mile le respondió con una pequeña sonrisa.

Entonces Mile le pidió a Iraís que le contará la historia de ellos, de cómo habían llegado hasta este punto. Iraís simplemente le dijo. “Es una larga historia…” Ella le respondió. “Tenemos toda la noche por delante”. Iraís sonrió.

Laura y yo seguíamos sentadas sin decir una sola palabra, pude notar que estaba algo cansada pero tenía mucha curiosidad, quería saber qué había pasado entre ella y Julio, qué había causado ese cambio tan notable en su actitud egocéntrica. No pude esperar más y tomé la iniciativa en la conversación.

“Lau…qué pasó mientras estabas con Julio?” le pregunté inocentemente.
“A qué te refieres?”me respondió con una pregunta.
“Me refiero a que Julio regresó muy cambiado…tú oíste como propuso que hicieran una cura para ese virus…eso no es algo que Julio haría” le dije algo seria.
“No paso nada…” me dijo tratando de evadir el tema.
“Algo tuvo que pasar” dije enfatizando el principio.
Ella suspiro. “Bueno…algo pasó…” me dijo sin ánimos. “Qué?” le pregunté.
“Digamos que él me hizo enojar con una de sus posturas egocéntricas…y…le termine dando una cachetada…y…le dije cosas” me dijo sin darle mucha importancia.
Bueno eso explicaba la mejilla inflamada de Julio. “Qué le dijiste?” le pregunté con mucha mayor curiosidad.
“Que era un idiota…egocéntrico…y…” se detuvo de pronto. “Y…?” me mantenía al filo de la curiosidad. “y que debería estar muerto” dijo con mucho arrepentimiento en su rostro por la última oración dicha.
“Vaya…nunca creí que terminarías diciéndole algo así a Julio…” le dije tratando de ser comprensiva. “Pero lograste que cambiará esa actitud nefasta que tenía hacía nosotros…ahora es…productivo” le dije tratando de hacerla sentir mejor.
“No estoy muy segura de eso…” me dijo aún con esa mirada de arrepentimiento en su rostro.

De pronto escuchamos una transmisión en los walkie-talkies. Nos querían a todos abajo en ese instante. Las dos simplemente nos pusimos nuestras botas y bajamos de prisa.

“Qué habrá pasado?” le pregunté a Laura esperando su opinión.
“No estoy segura…tendrá que ver con el asunto del antivirus?” me dijo con poca confianza.
En eso vi como Julio se acercaba a nosotras con su habitual paso tranquilo. Se dirigió hacia Laura.
“Debes estar cansada…toma” le dijo mientras le daba una lata de coca-cola y se daba la media vuelta alejándose de nosotras. No tenía palabras para explicar la mirada llena de sorpresa de Laura. Simplemente me reí levemente.
“Parece que ya eres digna ante los ojos de Julio…” le dije aún riéndome.
Al final ella también se rio levemente ante la ironía de la situación.

Todos nos reunimos en el centro de la bodega. Parece que los chicos ya tenían los resultados de los análisis de sangre que nos había hecho. Aldo tomó la palabra.

“Parece que los análisis nos mostraron algo que por lo visto complica un poco las cosas…” dijo con seriedad.
“Al menos ya saben por qué fuimos inmunes?” le pregunto Iraís.
“Sí…resulta que hay tres tipos de inmunidad presentes entre nosotros al virus…la primera es la inmunidad natural, aquella que ya se encuentra escrita en el ADN de la persona, por otro lado las personas que tienen un sistema inmunológico muy fuerte, es decir aquellas que se enferman muy rara vez, debido a esa fortaleza crearon en sus cuerpos la inmunidad antes de que el virus se propagará e irónicamente las personas con una salud muy delicada, es decir aquellos que se enferman muy seguido, debido a esa falta de inmunidad general y a la cantidad excesiva de antibióticos en sus cuerpos terminaron también creando una cierta inmunidad al virus…” dijo Aldo seriamente.
“Y qué pasará entonces con el antivirus?” preguntó Laura con igual seriedad.
Aldo suspiro. “Con la muestra que conseguimos del virus, pudimos ver que es un virus que constantemente cambia su código genético, es decir está en constante cambio o mutación, esto hace muy complicado crear un antivirus…”
Julio tomó la palabra. “Pero tenemos una teoría…si lográramos juntar los 3 tipos de inmunidad en una sola…es posible crear un antivirus, al menos sería capaz de frenar el proceso de infección.”
“Pero no es un método seguro…” dijo Asahel. “Si llegará a servir, tan sólo sirve siempre y cuando sea una mordida y el antivirus sea administrado en un periodo menor a 24 horas…exponerse al antivirus después de ese tiempo, podría no servir” dijo Asahel con aún más seriedad. “Sin embargo, esto es tan sólo una teoría…tenemos que intentar sintetizar el antivirus primero”.

Todos observaron al grupo de chicos frente a ellos. Quizá no era mucho, pero nos daban algo de esperanza, al menos ya no tendríamos que perder a ninguno más de nosotros, y eso ya era más que ganancia.

Finalmente todos nos retiramos a dormir. Yo yacía en mi bolsa de dormir observando el techo.

Miles de pensamientos seguían invadiendo mi mente. Jamás podré olvidar las cosas que he visto, que he sentido. Mis amigos muertos, mi mundo entero destruido…pero por una vez sentí que realmente podríamos sobrevivir, quizá sea un sueño lejano y hasta imposible…pero quizá nosotros podríamos terminar con esta pesadilla…

Continuará…

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