Survivor

Una epidemia extraña a comenzado a infectar al mundo entero, algunos resultan inmunes a dicha enfermedad...pero los demás terminan convirtiéndose en zombies...cuando el mundo llega a su fin...sólo los más fuertes sobrevivirán

viernes, 30 de julio de 2010

Capítulo 4

SURVIVOR
When The WORLD COMES TO AN End...Only The Strongest Will Survive!

Part 4 “Confrontation With destiny”

Luchar contra esas criaturas? Acaso todos se habían vuelto locos? Eso sólo se atrevería a hacerlo un suicida...Por qué no simplemente nos escondemos? De todos modos, tarde o temprano vendrán por nosotros…no podemos escapar ese destino inevitable…

Ahí estaba, sólo en uno de esos malditos sofás de sala de espera, sentado con mis audífonos a todo volumen. Se notaba que no quería saber absolutamente nada de lo que ocurría a mí alrededor. Llámenlo apatía o como quieran, para mi es instinto de supervivencia.

Todos se habían levantado temprano y cada quien había tomado su propio camino en busca de todo lo necesario para la gran confrontación. Iraís me pidió que la acompañara, pero honestamente me opongo a esta idea de luchar. No es que me desagrade estar con ella, la verdad me tranquiliza mucho estar a su lado, tal vez sea porque me salvó la vida, ó simplemente porque es mi amiga…en fin ya me desvíe demasiado.

Finalmente me alcé de mi posición en el sofá. Creo que estar sólo no favorece mis ideas. Supongo que podría tratar de hacer algo útil, después de todo, iré con ellos, no tenía la menor intención de quedarme solo en aquel lugar. Llegamos juntos, nos iremos juntos; quizá no sea el más optimista del grupo, pero definitivamente soy fiel a ellos. Salí de aquel lugar y me dirigí a dónde estaban los demás.

Empecé a caminar por la plaza con tranquilidad, quizá demasiada tranquilidad. Salí por una puerta en los baños de la planta baja. Lo primero que vi fue a Pancho revisando un carro. Estaría considerando usarlo como transporte? Era una Hummer 4 puertas negras, admito que sí salíamos en eso, sería difícil que nos alcancen los zombies. Me acerque cautelosamente con él.

“Qué estás haciendo Pancho?” le pregunte con curiosidad.
“No podemos irnos a pie verdad? Estoy checando los carros que tienen en exhibición a ver cuál de estos puede servirnos…” me dijo mientras se metía debajo del carro.
“Y…alguno sirve?” le pregunte un poco esperanzado.
“Todos sirven…la cuestión es que hay que prepararlos” dijo asomando su cabeza.
“Prepararlos?” le volví a preguntar.
“Necesitamos ponerles protecciones contra esas cosas…” me dijo sin asomarse esta vez.
“Bien…y cuáles nos llevaremos” le pregunte sin mucha importancia.
“Esta Hummer nos servirá perfectamente, y también hay una Silverado que nos servirá para transportar las provisiones y algunas armas y municiones” me dijo mientras finalmente salía del carro.
Él se tomaba muy enserio la seguridad de todos, eso lo tenía que admitir.

Mientras tanto algo captó mi mirada, Julio estaba a unos metros de nosotros en una pequeña isla de “Victorinox”.

“Y él qué hace?” le pregunte a Pancho.
“Le pedí que reuniera todo lo que pudiera servirnos de ahí…tienen muchas cosas para supervivencia y armas…” me dijo con seriedad.
“Y por qué está contigo?” le volví a preguntar.
“Digamos que pocos lo toleran…no quería que empezará alguna pelea en un momento así…” me respondió con preocupación.

Y con eso me retire para dejarlo trabajar mientras empezaba a preparar los vehículos. Pancho definitivamente me sorprendía, parecía nuestro líder, era el más viejo entre nosotros, pero aún así, tenía un instinto nato para liderar.

Continúe caminando, entré a Liverpool, vaya, se me erizaron los cabellos sólo de recordar lo que habíamos vivido Iraís y yo el día anterior ahí. Juro que vi pasar mi vida frente a mis ojos por segunda vez. Subí las escaleras y me acerqué a la sección de electrónicos, dónde lo primero que vi fue a Laura mirando con atención una serie de monitores de plasma.

Me acerqué para poder observar con claridad aquello que llamaba su atención. Noticias? Quizá haya encontrado algo de información sobre el mundo exterior. Erré. Ella miraba fijamente diferentes películas de zombies, lo sorprendente era lo atenta y concentrada que estaba en ellas, tanto que ni siquiera notó mi presencia. Entonces vi en el suelo las cajas de las diferentes películas que veía…La trilogía de Resident Evil, El Amanecer de los muertos, Zombieland, Tierra de Muertos, Exterminio y El día de los muertos. Creo que se estaba tomando muy enserio el papel de “heroína mata zombies”. Simplemente decidí no interrumpirla y mejor me di la vuelta y vi a Asahel en la zona de computación.

Me acerqué a él, mientras estaba viendo diferentes laptops. Volteo a verme y después continúo viendo las computadoras.

“Lleva toda la mañana viendo esas películas…” me dijo con seriedad y luego alzó su cabeza. “Eso querías saber no?” me preguntó.
“La verdad no…no me extraña que éste haciendo eso…tal vez todos deberíamos estar viendo una película de cómo sobrevivir un apocalipsis de zombies” le dije con apatía.
Él simplemente se río de mi comentario.
“Y tú qué haces Asahel?” era obvio pero aún así le pregunté.
“Busco una nueva lap…la otra se destruyó recuerdas?” me dijo ignorando verme.
“Oh…” fue todo lo que pude decir.
“También estuve recolectando tecnología que podría sernos útil y alguna que otra cosa que podría sernos útil…” me dijo con seriedad. “Esta me servirá” dijo de la nada mientras tomaba una de las laptops frente a él.

Simplemente sonreí ante su expresión de “alegría” por su nueva laptop. Lo dejé lidiando con Laura, quien seguía atenta a las películas de zombies y continúe mi camino. Pasé por la zona de comida y vi a Jess recolectando comida y provisiones, aunque ya traía una bolsa llena de cosas que no pude distinguir. Poco después vi una isla que estaba prácticamente vacía. Seguramente los objetos de ahí eran los que estaban en esa bolsa.

Llegué a Sears, y pronto vi un rostro conocido. Harry estaba probando una moto que tenían en exhibición. Me acerqué a él con mucha curiosidad. No podía creer que considerará una moto como medio de transporte.

“Aldo…eres tú” me dijo con poca emoción.
“Sí…” dije rascándome la cabeza. “Qué planeas hacer con esa moto?” le pregunte.
“Pienso usarla” me dijo claramente.
“Pero no es muy arriesgado…te expones a que te hieran y te conviertas en uno de ellos” le dije con preocupación.
“Creo poder con ello…” dijo con voz seria.
“Y sólo conseguiste una moto?” le pregunte nuevamente.
“No…también conseguí muchas cosas más, armas improvisadas, armas, cosas en general útiles” me dijo con algo de orgullo.

Lo dejé trabajando en su moto. Él era el más suicida de todos, estaba seguro de eso ahora, aunque también admito que es de los más valientes. Decidí seguir caminando. Aún no encontraba a Iraís, me pregunto qué estaría haciendo ella…Llegué a Martí donde pude observar unos cabellos rizados corriendo de un lado a otro. Sonreí y entré.

“Vas a atraer a los zombies con ese escándalo!” le reclamé.
“Pues hago cosas más útiles que tú” me respondió desafiantemente.
“Meter basura en una bolsa no es útil” le volví a decir tratando de hacerla enfadar.
“Para tú información no son cosas! Son artículos deportivos que sirven como armas” me dijo con orgullo.
“Armas? Bromeas verdad?” le dije con descaro.
“Bats de baseball, palos de golf…y la lista sigue!” dijo prácticamente gritándome.
“Ok…ya entendí…” le dije para que se calmara.
“Y tú qué haces?” me pregunto tras calmarse.
“Nada…solo daba una vuelta” le dije mientras me sentaba en una pequeña banca para probarse tenis.
“Nada? No has hecho siquiera algo productivo?” me pregunto con recelo.
“Esto es un acto de suicidio y lo sabes muy bien” le dije desafiantemente.
“Te equivocas…yo apoyo la idea de Harry, sí, es peligrosa pero aún así, trataremos de pelear contra esta infección! Como QFO que eres deberías de al menos entender eso” me dijo con mucha inspiración en su voz.
“Ya, ya…no me regañes” sólo pude decirle eso…no me atrevía a decirle que tenía razón.

Finalmente terminé aquel recorrido y admito que mi punto de vista sobre la “operación suicida” como la había bautizado, había cambiado radicalmente. Morir luchando por algo era definitivamente más valioso que morir tratando de sobrevivir. Y por un momento sentí algo de esperanza. Quizá sí saldríamos vivos de ahí.

Todos tenían que prepararse, de eso no había duda alguna y tras todos reunir objetos útiles para la misión, cada quién vago por su cuenta, sabiendo que algo más haría falta definitivamente.

Cada quien tomó camino buscando algo de amplia necesidad. Las chicas buscaron ropa, pues las suyas estaban sucias y manchadas con sangre ajena. Algunos chicos también buscaron ropas, simples prendas nuevas para cambiar las rotas o manchadas. Zapatos útiles para pelear y demás. Cuando todos se volvieron a reunir notaron ciertas particularidades en cada quien. Todos vestían de modo que realmente parecían una resistencia.

Pancho les ordeno a todos que sacarán todo lo que habían recolectado para poder terminar de prepararse pues la hora final se acercaba.

Frente a ellos había una serie de armas de todo tipo y variedades, artículos de supervivencia, artículos de defensa, etc. Sin embargo, antes de cualquiera pudiera decir algo, Asahel alzó la voz.

“Primero que nada, todos deben de tener uno de estos” dijo mientras le pasaba a cada quien un walkie-talkie. “Serán nuestros medio de comunicación ya que los celulares no tienen señal” dijo finalmente.
“Yo también les conseguí algo útil” dijo Jess tan pronto Asahel termino y les entrego a cada quien lo que parecía una cangurera aunque el diseño era algo más militar. “Aquí podrán guardar, armas, objetos y demás” les dijo a todos.
“De acuerdo…” Pancho dirigió la atención de todos hacia él “Cada quien elija las armas con las que se sienta más cómodo…recuerden que sus vidas dependerán de ellas, así que elijan sabiamente” dijo con un poco de preocupación.

Tan pronto termino cada quien se acerco a la cantidad impresionante de armas que había. Laura rápidamente tomó un par de pistolas que había visto y se las colocó en su cinturón, también tomó una navaja de bolsillo y también tomó un palo de golf, como arma de reserva, así les dijo. Jess tomó un cuchillo y se lo guardo en una de sus botas, también tomó uno de los bats de metal. Iraís tomó una ballesta, también su debida cantidad de armas filosas y para concluir una cadena. Harry tomó la iniciativa entre los chicos y tomó un par de machetes como sus armas, también un rifle y finalmente una guitarra eléctrica negra. Pancho tomó un gran hacha y una pistola de gran calibre. Aldo tomó una moto sierra entre otras cosas. Asahel tan sólo tomo un palo de hockey y unas armas de defensa propia. Por último Julio simplemente tomó un rifle y un par de pistolas calibre 22.

“Entonces ya todos tienen sus armas…”dijo Pancho observando a todos. “Los vehículos están listos y cargados con provisiones, estamos listos para combatir” dijo con gran seriedad.
Todos lo observaron expectantes mientras él explicaba con detalle el nuevo plan para salir de ahí. Julio estaría encargado del vehículo que traería todas las provisiones, mientras que Asahel se encargaría de la Hummer. Los demás tomarían una de las cuatrimotos que había con las cuáles limpiarían el camino y tras terminar nos reuniríamos en los vehículos para iniciar el viaje a un nuevo escondite, mejor dicho, su base.

Todos tomaron sus puestos frente a la gran entrada de cristal y observaron como se empezaban a reunir aquellas criaturas frente a ellas. Hubo un silencio momentáneo hasta que lo rompió Pancho.

“Es hora!” se escucharon las motos encender y los motores de los dos vehículos rugir ferozmente. “Recuerden…destruyan sus cabezas!” Dio la señal y las cuatrimotos comenzaron a avanzar con velocidad y todas saltaron rompiendo aquella barrera que los separaba del exterior y cayendo sobre algunos zombies, detrás de ellos los seguían los dos vehículos con Julio y Asahel en ellos.

Todos brincaron de sus motos antes de que se estrellaran utilizándolas como distracción debido a las explosiones, lo demás sería batalla mano a mano.

Tomó la iniciativa Harry quién se dedicaba a cortar cabezas con sus machetes mientras ágilmente esquivaba a esas criaturas que para él eran simplemente demasiado lentas. Jess no se quedaba atrás mientras bateaba cabezas de zombies por doquier y si alguno se le acercaba por detrás simplemente tomaba su cuchillo y se los encajaba justo entre los ojos. Aldo los alejaba con aquella moto sierra con la cual solo salían volando partes de aquellas criaturas al igual que grandes cantidades de sangre coagulada. Laura corría y les disparaba con ambas pistolas descubriendo que tenía un talento nato para eso de la puntería con pistolas y si alguno se le acercaba más de la cuenta, simplemente lo pateaba con fuerza usando aquellas técnicas de pelea que aprendió alguna vez. Iraís les disparaba con su ballesta atorándolos contra diferentes árboles, coches, lo que tuviera cerca. Y finalmente Pancho lograba partirlos y cortarles la cabeza con aquella gran hacha que movía con gran facilidad.

La batalla parecía estar yendo a su favor y con ello crecía la confianza en ellos mismos. Pero pronto su lado humano era aquello que los detendría pues comenzaron a cansarse y aquellos eran demasiados para ellos. Tenían que retirarse, Pancho les dio la orden, habían logrado ya lo imposible, pelear contra ellos, pero aún no podían ganar la guerra. Todos comenzaron a correr hacia los vehículos, disparando o destripando uno que otro zombie en el camino, pero Harry se detuvo en seco.

“Hijin…” dijo en voz baja mientras un Andrés zombie se acercaba a él con gran apetito.
Harry lo observó con dolor en su rostro mientras guardaba sus machetes en su pequeña funda en la espalda.
“Harry! Qué haces?!” gritó Jess desde la Silverado.
“No puedo dejar a Andrés así…necesito al menos saber que está en algún tipo de paz…” se dijo así mismo mientras el zombie Andrés se le seguía acercando y él tan sólo tomó la guitarra y la alzó en el aire. “Perdóname Andrés…es mejor así” y con esas palabras lo golpeo con fuerza con la guitarra destruyendo su cráneo y cayendo lentamente al suelo. Harry lo miró por última vez y corrió a la Silverado donde Julio y Jess lo esperaban.

Los vehículos partieron de prisa y se perdieron en el horizonte, donde el sol rojo estaba poniéndose detrás de ellos. Dejaban la plaza comercial y con ello también dejaban sus antiguas vidas, aquellas vidas llenas de simpleza y normalidad. Todo quedaba atrás.

En la hummer iba Pancho manejando y Lau se había quedado momentáneamente dormida en el asiento de copiloto. Atrás iba en una esquina Asahel quien tecleaba sin césar mientras la luz de la pantalla iluminaba su rostro cansado y algo estresado. A mi lado iba Iraís quien también descansaba sobre mi hombro, la acción de la pelea la habían agotado completamente. Suspire.

“Pancho, a dónde iremos ahora?” le pregunte con cansancio en mi voz.
“No lo sé…pero debemos mantenernos en movimiento por lo pronto” me respondió con rapidez.
“De acuerdo…” le dije confiando en él.
Nuevamente me puse mis audífonos y escuchaba la música a un volumen relativamente alto.

Ahí estábamos todos…cansados…pero vivos…Creo que la misión suicida nunca fue tan suicida como lo hice creer. Jamás creía que aquel pesimismo que sentí, pudiera convertirse en optimismo. Quizá nuestras vidas apáticas habían terminado…habíamos ganado una batalla contra el destino…pero aún faltaba ganar la guerra…Este tan sólo era un nuevo comienzo…

Continuará…

1 comentario:

  1. El que narra este capitulo tiene mucho potencial de heroe...los mejores heroes suelen ser apáticos al principio XD

    ResponderEliminar